Encarcelados dos sacerdotes de la Iglesia subterránea. Las dudas sobre las reformas "sin precedentes" de Xi Jinping
Los dos nuevos sacerdotes eran activos en dar lecciones de catecismo a adultos de Qinyuan. Multas saladas a los fieles que los ayudaban. Algún católico espera que la concentración del poder en el Concejo de seguridad nacional, quitará peso a las asociaciones patrióticas y dará más libertad religiosa. Otros temen que la situación podrá empeorar porque entre las reformas se reitera el monopolio del poder del Partido comunista.
Roma (AsiaNews)- Desde los primeros días de octubre dos sacerdotes de la Iglesia subterránea están encarcelados. Sus "crímenes" es el de haber organizado sesiones de catecismo para adultos en la pequeña ciudad de Qinyuan, cerca de Baoding (Hebei). Se trata del p. Tian Dalong y de otro sacerdote del cual AsiaNews desconoce la identidad, ambos de unos 40 años: fueron arrestados y llevados y puestos en incomunicación en unas cabañas de propiedad de la policía de Baoding, uno de los centros de mayor concentración de las comunidades no oficiales. Cuatro fieles laicos, que ayudaban a los sacerdotes en las tareas de catequesis, fueron obligados a pagar cada uno una multa de 4 mil yuan (unos 400 euros), correspondientes a unos dos meses de trabajo de un obrero especializado.
Según fuentes de AsiaNews hay al menos unos 10 sacerdotes en condiciones similares, algunos hasta condenados al laojiao (campos de trabajo forzado de "reforma a través del trabajo") por años. El hecho es que estos últimos arrestos sucedieron a pocas semanas del tercer Plenario del Partido comunista chino, justo mientras la dirigencia gritaba a los cuatro vientos que tal encuentro habría dado como resultado reformas "sin precedentes".
Los medios mundiales, embaucados por las controladas noticias de Xinhua, han elogiado estas posibles reformas, quedándose sobre todo en el aspecto económico: limitación de la influencia del gobierno en la economía, valorización de las inversiones privadas y extranjeras; reformas de los impuestos, eliminación del certificado de residencia obligatoria (hukou) para los migrantes, reforma de la ley sobre el hijo único, etc...
AsiaNews presentó estos aspectos mostrando también las ambigüedades.
En el mundo católico chino se pregunta si el Plenario traerá alguna esperanza para los católicos y para la libertad religiosa en general. Tales preguntas se concentraban sobre la función que tendrá el Nuevo Concejo nacional de seguridad, nombrado justamente por el plenario, como ejemplo de una nueva reforma.
Según la Xinhua, el Concejo de seguridad nacional (Csn) debería llevar a la "perfección el sistema y la estrategia de seguridad nacional, garantizando la seguridad de la nación". Las pocas explicaciones sobre el Csn fueron dadas por el mismo Xi Jinping, para el cual el nuevo organismo debería "reforzar la unidad de la dirigencia del Estado", haciendo de la "seguridad nacional y de la estabilidad social las precondiciones para las reformas y el desarrollo" (Xinhua, 15/11/2013).
Varios expertos piensan que "la unidad de la dirigencia en la seguridad del Estado", significa que el Csn será un grupo de poder superior al ejército, a la policía, a los servicios secretos, a la magistratura que debería garantizar la estabilidad social interna y las relaciones con los países extranjeros.
Algunos católicos de China oriental y del norte piensan que esta concentración en manos del gobierno central y quizás del mismo Xi Jinping, podrá favorecer la libertad religiosa. A menudo las prisiones, las expropiaciones de terrenos de las iglesias, los arrestos de sacerdotes o fieles dependen de las decisiones de los jefes locales, que no se preocupan ni siquiera de seguir los reglamentos nacionales sobre las religiones. Es más, el dar más fuerza al poder central debilitará al ministerio de Asuntos religiosos-actualmente entre los stalinistas de las oficinas del gobierno- y las asociaciones patrióticas.
Como prueba de una disminución del control de las periferias, los católicos citados dicen que la policía deja vivir a las comunidades subterráneas, se preocupa de la salud de los obispos (por temor de enfrentar casos de nuevos nombramientos), se entretiene en diálogo (quizás para controlarlos) con los sacerdotes clandestinos.
Otros fieles de Beiging y de china central dicen que, en vez, "nada ha cambiado" y que la situación es siempre la misma. Sacerdotes subterráneos arrestados (como los dos antes citados); prohibición de encuentros entre los fieles; dominan en las asociaciones patrióticas. Si a esto se agrega la lista de obispos desaparecidos en manos de la policía desde hace años; el obispo de Shanghai en arresto domiciliario, el control sobre los otros obispos (también aquellos oficiales), se entienden sus conclusiones: "Por ahora nada cambió. Será necesario esperar algunos meses para ver si algo cambia en política. En todo caso, esto dependerá de la idea de reforma que la dirigencia tenga en mente. La concentración de todo el poder en manos de pocos podría aún más empeorar la situación".
Según el activista Hu Jia, la concentración de poder "podrá ser usada contra los defensores de los derechos humanos, aquellos que sostienen los valores universales y la libertad de palabra y religión- personas que el Partido no puede tolerar porque los ve como una amenaza al propio gobierno". Para confirmar esto vemos el hecho que en los comunicados de Xinhua en el texto resultado del Plenario (del cual no se tiene aún una versión oficial) repite que todas las reformas están en función de un reforzar el poder monopolístico del partido comunista chino.
02/08/2016 19:26