En el Ángelus el Papa pidió a los gobernantes que 'Detengan la escalada. Empeño en el diálogo y la negociación'

Nuevo y sentido llamamiento desde la ventana del Palacio Apostólico dirigido a los gobiernos por la paz en Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar. También se recuerda la dramática crisis humanitaria en Sudán. Sobre la solemnidad del Corpus Domini: los cristianos están llamados a ser "eucarísticos", a "hacer de la propia vida un don para los demás".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Hago un llamamiento a la sabiduría de los gobernantes para que detengan la escalada y pongan todo su empeño en el diálogo y la negociación”. En la solemnidad de Corpus Christi que hoy se celebra en Italia y en otros países, una colorida extensión de paraguas abiertos para protegerse de la lluvia que cae sobre Roma en estas horas acogió las palabras del Papa Francisco compartidas desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano después de rezar el Ángelus a las 12. El Pontífice pidió que no se olvide a la atormentada Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar. Plaza colmada el día en que se celebra la Fiesta de la República Italiana, fecha del referéndum institucional de 1946, cuando las mujeres fueron llamadas a votar por primera vez.

Después de rezar el Ángelus, el Papa recordó también a Sudán, "donde la guerra que dura desde hace más de un año aún no ha encontrado una solución pacífica". El ejército del general Abdel Fattah al-Burhane se enfrenta con las fuerzas paramilitares de apoyo rápido (RSF). De hecho, el país del norte de África vive una gravísima crisis humanitaria desde abril de 2023, provocada por las consecuencias de los conflictos y una hambruna generalizada. La situación está provocando un éxodo masivo de personas hacia países vecinos y zonas más seguras y con mejores condiciones de vida. Los datos de la ONU hablan de 18 millones de personas que padecen hambre y un número exorbitante de niños - más de 3 millones- que sufren desnutrición. “Que callen las armas y, con el compromiso de las autoridades locales y de la comunidad internacional, se lleve ayuda a la población y que los numerosos desplazados, los refugiados sudaneses, puedan encontrar acogida y protección en los países vecinos”, dijo el Papa Francisco.

En el comentario del Evangelio del día (Mc 14, 12-16, 22-26), que narra la Última Cena de Jesús, explicó que en este célebre episodio lo esencial es "un gesto de entrega". “En efecto, en el pan que parte y en la copa que ofrece a los discípulos, es Él mismo quien se entrega por toda la humanidad - afirmó Bergoglio -. Y se ofrece a sí mismo por la vida del mundo." El Santo Padre señaló luego un "aspecto importante" de este pasaje: las palabras "se lo dio" (v. 22). La Eucaristía "recuerda ante todo la dimensión del don", añadió, ya que Jesús no toma el pan para comerlo solo, sino para compartirlo. “Jesús dio el regalo de toda su vida”. A partir de estas premisas Francisco compartió una reflexión sobre la celebración de la Eucaristía que vive el pueblo cristiano cada domingo. “celebrar la Eucaristía y comer este Pan, como hacemos especialmente los domingos, no es un acto de culto desvinculado de la vida o un mero momento de consuelo personal”, afirmó.

Luego, recordando a San León Magno, según el cual participar del cuerpo y de la sangre de Cristo sirve para "convertirnos en lo que comemos" (Sermón XII sobre la Pasión, 7), el Pontífice añadió que los cristianos están llamados "a ser Eucarísticos, es decir, personas que ya no viven para sí mismas, ni en la lógica de la posesión y del consumo. Personas que saben hacer de su vida un don para los demás”. "Gracias a la Eucaristía nos convertimos en profetas y constructores de un mundo nuevo: cuando superamos el egoísmo y nos abrimos al amor, cuando cultivamos los lazos de fraternidad, cuando compartimos los sufrimientos de nuestros hermanos y compartimos nuestro pan y nuestros recursos con los necesitados". Por último, el Papa Francisco provocó a los oyentes con algunas preguntas: “¿Guardo mi vida sólo para mí o la doy como Jesús? ¿Me gasto por los demás o me encierro en mi pequeño yo? Y, en las situaciones cotidianas, ¿sé compartir o busco siempre mi propio interés?”.