En Moscú se refuerza el eje Rusia-Irán-Siria
Moscú (AsiaNews)- A pocos días de la apertura de la esperada Conferencia internacional sobre Siria-prevista para el 22 de enero en Montreux, en Suiza- es ya evidente el "surgir con fuerza el eje Teherán-Moscú- Damasco". Están convencidos analistas rusos como Andrei Baklisky, del Centro para estudios políticos PIR, a la luz de dos días de intercambios en Moscú entre las diplomacias de los 3 Países. El ministro de Exteriores ruso, Serghei Lavrov, que entre el 16 y 17 de enero encontró varias veces ya sea a su homólogo iraní Javad Zarif, como al sirio, Walid al-Mouallem- sin embargo, negó la existencia de un plan a 3 para resolver la crisis en Siria. "No tenemos nada que esconder y no tenemos ninguna agenda secreta", aseguró el jefe de la diplomacia rusa.
"Rusia e Irán apoyan al presidente Assad y una solución política al conflicto- explica Baklitsky- ésta es la sola cosa que puede funcionar en este momento. El Occidente no tiene otras alternativas". Sobre la huella del "suceso" obtenido para lograr convencer al aliado sirio a que renuncie a sus armamentos químicos, frenado aquello que parecía ya un inevitable ataque Usa a Damasco, la Rusia de Vladimir Putin ahora apunta a llevar también a Irán a Ginebra II. El objetivo es asegurar el apoyo a sus esfuerzos de mantener en vida al régimen de Assad y al mismo tiempo poner freno a la futura influencia de sus enemigos en la región. "Partamos de la premisa que en todo caso, Irán debería inevitablemente ser parte constituyente de una serie de medidas que hay para resolver el problema sirio", explicó claramente Lavrov.
Zarif, por su parte, hizo saber que Teherán participará a la Conferencia internacional sólo "si es invitada". Oficialmente, la invitación a los participantes debería llegarles de parte del Secretario general de la Onu, según el acuerdo entre Rusia y Usa, promotores de la iniciativa. "El secretario general es un político responsable- declaró el ministro ruso- nosotros tenemos confianza en él". Lavrov subrayó que los iraníes tienen influencia sobre los procesos en curso en Siria y por esto deben participar. El problema es que Teherán no acepta pre-condiciones, mientras que EEUU subordinan su presencia a compartir todos los objetivos estables para la Conferencia de paz y a la firma del comunicado de Ginebra, del 2012. Un documento que Irán rechazó, porque abre el camino a la formación de un gobierno de transición que podría reemplazar a Assad.
Los coloquios en Moscú entre Damasco y sus dos mayores aliados siguen a pocos días del último encuentro del "Grupo Amigos de Siria", que en París, reunió la mayor parte de los Países occidentales y del Golfo que apoyan la posición siria. Y se desarrollaron sobre el fondo de la noticia- no confirmada oficialmente- de negociados por un acuerdo "petróleo en cambio de bienes", entre el Kremlin y el régimen de los ayatollah. Hipótesis que permitiría de hecho a Irán eliminar la suspensión de exportación del crudo, en desafío a las sanciones occidentales. Justo en esta prospectiva de este tipo de "intercambios" habría empujado a Teherán, en noviembre, a concordar un acuerdo preliminar para poner fin a su programa nuclear.
Según fuentes de la agencia Reuters, Moscú adquiriría hasta 500 mil barriles al día de crudo iraní, en cambio de bienes procedentes de Rusia, entre los cuales sistemas de defensa anti-misiles Antey-2500. Para algunos analistas, en este momento, Rusia e Irán están tratando de dibujar el "plan de post-guerra", basado en la creciente preocupación de Washington por la presencia de simpatizantes de al-Qaeda entre las filas de los rebeldes. "Una gran parte de estos negociados están focalizados sobre lo que sucederá después de Ginebra II, sostiene Alexander Konovalov, del Institute for Strategic Assessment de Moscú. El Kremlin tiene una fuerte influencia sobre la república islámica, deseosa de adquirir arm
