En Kerala, cadena humana de 3 millones y medio de mujeres, para rezar en un templo hindú
El “muro” se extiende a lo largo de 620 kilómetros. Por primera vez en la historia de la India, dos mujeres logran ingresar al sancta sanctorum. En septiembre del año pasado, la Corte Suprema eliminó la prohibición que vedaba el acceso de las mujeres en edad fértil al templo de Sabarimala. Solidaridad de millones de mujeres y hombres en todo el país.
Thiruvananthapuram (AsiaNews/Agencias) – Más de 3,5 millones de mujeres indias han formado una cadena humana d 620 kilómetros de largo para afirmar su derecho a la igualdad y a la oración en un templo hindú. El hecho está sucediendo en Kerala, donde, desde ayer, las manifestantes cubren una superficie de 14 distritos. Han inaugurado el nuevo año con un “muro” extensísimo, para afirmar el derecho a ingresar en el templo de Sabarimala. Hoy, por primera vez en la historia del país, al despuntar el alba, dos mujeres de aproximadamente 40 años sortearon el muro perimetral y rezaron en el sancta sanctorum, la parte más interna del templo, que en el pasado era inaccesible a los fieles.
La cuestión del templo de Sabarimala acaparó el centro de la escena hace varios meses. En septiembre del año pasado, la Corte Suprema india estableció la ilegalidad de la prohibición que regía desde hacía cientos de años, por la cual se impedía el ingreso de mujeres en edad fértil (de 10 a 50 años) al templo. Los devotos más ortodoxos, entre ellos, el premier Narendra Modi, sostienen que las mujeres “menstruantes” constituyen una ofensa al dios Ayyappa, a quien se dedica el templo, dado que la divinidad es célibe.
Las mujeres han cosechado la solidaridad de millones de simpatizantes en todo el país, tanto masculinos como femeninos. En Bombay, cerca de 1.500 mujeres crearon un muro similar en el Shivaji Park. En Kerala, miles de hombres acompañaron la iniciativa, formando una segunda cadena junto a aquella creada por las fieles. Mientras, el templo acaba de abrir sus puertas, tras permanecer cerrado por algunas horas luego de un ritual de “purificación”, que se hizo necesario tras la incursión de las dos señoras, identificadas como Bindu y Kanakdurga.