En Erbil la Iglesia caldea relanza la misión en Irak y entre sus comunidades de la diáspora
El 20 y 21 de junio en programa un encuentro de sacerdotes y obispos. El patriarca Sako recuerda los desafíos y las oportunidades en este Año de la Misericordia. Se necesita “un despertar humano, espiritual y nacional” frente a “desafíos, riesgos, tentaciones”. El futuro de la Iglesia, advierte, depende “de la calidad de su clero”.
Bagdad (AsiaNews)- En concomitancia con el Año de la misericordia convocado por al Papa Francisco y en un período de crisis profunda atravesado por Irak, la Iglesia caldea promueve un encuentro del clero para relanzar la obra pastoral y la misión en el país y entre las comunidades de la diáspora. El encuentro está programado para el 20/21 de junio en Erbil, en el Kurdistán iraquí, donde han encontrado refugio centenares de miles de cristianos en fuga de Mosul y de la llanura de Nínive con la avanzada del Estado islámico en el verano de 2014. El evento será también ocasión, como escribió el patriarca caldeo, para repensar en la obra de evangelización y en el rol del sacerdote en la comunidad.
En un documento publicado en el sitio del patriarcado y enviado para conocimiento a AsiaNews, Mar Louis Raphael Sako subraya la exigencia de “relanzar” la misión de la Iglesia caldea y el rol del clero en el país. Él reclama a las enseñanzas contenidas en el Evangelio, para un “despertar humano, espiritual y nacional” frente a los “desafíos actuales, a los riesgos y a las tentaciones”.
Irak está atravesando un período de profunda crisis, no sólo política debida al punto muerto de las instituciones y a la crisis de gobierno, pero también en el plano social y de la seguridad, con ataques continuos en la capital y en otras zonas del país que producen centenares de víctimas entre la población civil. Es la misma comunidad cristiana vive una fuerte crisis de identidad aumentada por el éxodo-en el último decenio- de casi la mitad de la población en busca de refugio en el extranjero.
Los “cambios rápidos” que se registran en la política y en lo social advierte Mar Sako y que han realizado una escalada “de la caída del régimen” de Saddam Hussein en 2003, “han interesado a todos los aspectos de la vida, comprendida también a aquella de los sacerdotes”. Un trastorno que “hizo surgir”, agrega, “múltiples preguntas fundamentales” que van a tocar “la vocación sacerdotal y el impacto sobre la misión de hoy”.
El futuro de la Iglesia caldea, explica el patriarca, “depende en primer lugar de la calidad de su clero” y sus vértices deben encontrar “un nuevo estilo en la administración y en la formación/enseñanza”, para responder a los problemas surgidos en Irak y en las comunidades de la diáspora.
Mar Sako ofrece por lo tanto una serie de puntos en los cuales reflexionar, en preparación del encuentro de junio en Erbil: “cómo vivir la vocación y la misión” en “circunstancias imprevisibles”; cómo “testimoniar el Evangelio” con “alegría, esperanza, lealtad y admiración”; usar las homilías para “influenciar en modo positivo” el corazón y el ánimo de los parroquianos; para que siempre más fieles se unan a los grupos evangélicos, si esta crisis es debida a la “indiferencia” o al “abandono” de los sacerdotes; y también el tema de la inculturación, el encuentro con los no cristianos y cómo conciliar el compromiso pastoral con el llamado la atención sobre la oración y la meditación.
Analizando el rol del clero, el patriarca recuerda en reclamo evangélico “al amor, al servicio, a la atención de los más vulnerables” y a ser siempre “un signo de esperanza” para los fieles; además, él lanza una admonición contra cuantos “aprovechan la autoridad” que deriva de la sotana para “un interés personal” que termina por dañar a la Iglesia y que mina los fundamentos. Mar Sako pide también a todos los miembros de la comunidad caldea mirar a Cristo, siguiendo “con el ejemplo” los principios y los valores predicados.
Al final, el patriarca caldeo invita a sus sacerdotes a no perseguir un modelo “ideal”, sino “admitir que cometemos errores” que deben admitir y a los cuales es luego necesario poner remedio, en vez de “acumular secretos”. En vista del encuentro pide a todos “prepararse en modo serio”, que “deberá reforzar la vocación” y dar un nuevo impulso a la misión de la Iglesia.
17/12/2016 13:14
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