En Amán, encuentro ‘fraterno’ de los ortodoxos, contra Constantinopla

de Vladimir Rozanskij

La reunión, bastante marginal, pretende condenar la autocefalia otorgada a la Iglesia ucraniana. Dieron su presente los patriarcas de Mocú, Serbia y Jerusalén, y los metropolitanos de Kiev y Eslovaquia. Profundas divisiones intestinas. Para Bartolomé, es una farsa.

Moscú (AsiaNews) - Con una convocatoria impulsada por el patriarca de Jerusalén, Teófilo III (Giannopuolos), ayer se realizó en Amán (Jordania) un “encuentro fraterno” de las Iglesias ortodoxas (que no fue, sin embargo, una “sinaxis” oficial). El objetivo era discutir y superar la crisis en la que se encuentra la Ortodoxia desde fines del 2018, cuando el Patriarcado de Constantinopla reconoció la Iglesia autocéfala de Ucrania, lo cual dio lugar a la ira y excomunión por parte de Moscú.

En el encuentro participaron los representantes de 6 de las 15 Iglesias ortodoxas autocéfalas: el patriarca ruso Kirill, junto al metropolitano filoruso Onufryj (Berezovskyj) de Kiev y al metropolitano Ilarion (Alfeev); el patriarca Irinej (Gavrilović) de Serbia,el metropolita Rastislav (Gont) de República Checa y Eslovaquia, además de Teófilo III y algunos delegados menores de Rumania y Polonia, llegados a último momento. El encuentro resultó ser un verdadero fracaso.

La asamblea demostró ser bastante marginal, al punto de atraerse el calificativo de reunión de los “mencheviques ortodoxos”, “minoritarios” de leniniana memoria. Los rusos justificaron la ausencia del Patriarcado de Antioquía con la “cuestión de Qatar”, que divide a los sirios del Patriarcado de Jerusalén. El metropolitano ruso Ilarion (Alfeev) declaró que “muchas de las Iglesias que no han venido comparten nuestras posiciones, y no han podido participar por cuestiones prácticas”.

El patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé (Archontonis) expresó su disgusto con relación a la asamblea, por considerarla una farsa organizada por Moscú para atacarlo a él. “Si queremos ser fieles a nosotros mismos y vivir según Dios, y seguir los principios pluriseculares de la Ortodoxia, entonces toda Iglesia local debiera negarse a participar en un encuentro de Iglesias favorables a la Federación Rusa” – declaró el patriarca, en cuyo tono volvió a surgir la antigua hostilidad hacia el co-hermano de Jerusalén, que siempre ha respaldado a Moscú.

Los rusos destacaron que también sucedió que cuatro Iglesias no adhirieron al encuentro que tuvo lugar en Creta, en el 2016; y que Bartolomé decidió celebrar el Concilio igualmente. Además, las Iglesias representadas en Amán constituyen el 80% de los fieles otodoxos del mundo, cerca de 160 millones de personas (de las cuales el 80% está en Rusia). Sin embargo, cabe decir que los fieles rusos se calculan tomando una base étnica y no por su profesión de fe explícita: esto vuelve poco creíbles los números totales. De todas maneras, Constantinopla respondió diciendo que “la superioridad numérica nunca ha sido la quintaesencia de la moral ortodoxa”.

Además de condenar la autocefalia ucraniana, el encuentro abordó otros temas: la Iglesia serbia expuso la dramática situación de Montenegro, donde el gobierno quiere favorecer a la Iglesia local, perjudicando al patriarcado de Belgrado: Teófilo de Jerusalén insistió en que debía reivindicarse la jurisdicción de Qatar.

Para el patriarca de Moscú, Kirill, es necesario organizar estos encuentros de forma periódica, ya que “las Iglesias quieren tener una plataforma común para discutir varios problemas… la que existía antes dejó de tener significado, porque el Patriarca de Constantinopla quería resolver todo solo”. El comentario es en alusión al Concilio Pan-Ortodoxo celebrado en Creta en el 2016, que fracasó precisamente por la no participación de los rusos, en polémica con el “papismo ortodoxo” de Bartolomé.

El comunicado final de la asamblea recuerda que “las cuestiones referidas a problemas de índole pan-ortodoxa, incluyendo la concesión de la autocefalia a Iglesias en singular, deberán ser resueltas de manera definitiva en el espíritu del diálogo pan-ortodoxo y de la unidad. Y también del consenso de todos los ortodoxos”: según el parecer de los participantes esto es lo que ha faltado en la crisis ucraniana de los últimos años, Se expresa el deseo de organizar un próximo encuentro “antes de fin de año”, con la esperanza de que puedan participar las demás Iglesias, empezando por la de Constantinopla.