Elecciones en Turquía: la diáspora, los jóvenes y la posibilidad de un post-Erdogan
El 14 de mayo el país acude a las urnas para las elecciones parlamentarias y presidenciales (con posible segunda vuelta el 28) en una ronda que se caracteriza por una gran incertidumbre. La votación en el extranjero comenzó a fines de abril y termina hoy. Mucha incertidumbre también con respecto a los expatriados, con choques en los colegios electorales de Francia entre oficialistas y opositores. El electorado de los que votan por primera vez, cansado de las promesas del sultán.
Milán (AsiaNews)- Con el control de la escena política turca desde hace dos décadas, el presidente Recep Tayyip Erdogan se prepara para enfrentar el desafío más duro de su carrera de líder absoluto, como primer ministro primero y presidente después, gracias a la reforma institucional que él mismo llevó a cabo. En efecto, el domingo 14 de mayo el país acudirá a las urnas para las elecciones presidenciales y parlamentarias, y los sondeos dan una ligera ventaja al líder opositor Kemal Kılıçdaroğlu, apoyado por la "Mesa de los Seis". El margen es insuficiente para una victoria en primera vuelta (donde se necesita una mayoría del 50%), y analistas y expertos coinciden en pronosticar un balotaje, en una primicia absoluta para Turquía, previsto para dos semanas después, el 28 de mayo. El nudo de la cuestión es prever cómo reaccionará el hombre fuerte ante el veredicto de las urnas, dado que nunca antes su dominio indiscutido pareció estar amenazado.
El dirigente, de 69 años y con algunos problemas de salud en los últimos tiempos, que provocaron una breve interrupción de la campaña electoral, ha mostrado una creciente deriva autoritaria a lo largo de los años, reclamando para sí mismo funciones y decisiones, sobre todo después del referéndum sobre la nueva Constitución de 2017. Todo esto en un contexto de acusaciones de intimidación de los electores, amenazas e irregularidades -por no decir fraudes- lanzadas por la oposición. En realidad el desafío hasta el último voto -e incluso más allá, con probables apelaciones- ya comenzó a fines de abril con la votación en el exterior -que también es importante para definir al ganador- y las primeras escaramuzas, cuando no verdaderos enfrentamientos en las calles, entre partidarios del oficialismo y opositores.
Los turcos de la diáspora
La orientación de los expatriados con derecho a voto podría tener un peso significativo en la elección del futuro presidente, lo que en el exterior también se considera como una especie de referéndum a favor o en contra de Erdogan. Con 17 días de antelación respecto de sus compatriotas, cientos de miles de turcos que emigraron a distintos países o a puntos fronterizos pusieron en marcha la maquinaria electoral. Según las estadísticas oficiales hay cerca de 3,4 millones de electores habilitados, lo que equivale al 5% del cuerpo electoral total, que ronda los 64,1 millones. Hay colegios electorales en 73 países y, aunque la participación en el exterior es "solo" de alrededor del 50% de media frente al 85% a nivel interno, estos votos son importantes para el resultado final. En el extranjero las cifras más altas se registran en Alemania (1,5 millones) y en Francia (400.000 expatriados), donde la votación termina hoy.
Entrevistado por Middle East Eye (MME) Ulas Tol, director del departamento de investigación del Centre for Social Impact Studies, considera que los votos en el extranjero podrían inclinar la balanza a favor de Erdogan especialmente en Europa, donde vive la mayoría de los emigrados, por lo general conservadores. En 2018, añade, el presidente saliente "recibió casi el 60% de los votos del exterior" y para esta ronda electoral cree que "podría valer el 0,5 %: si la participación sigue siendo la misma -explica- y Erdogan recibe el mismo nivel de apoyo que en 2018, el impacto total sería de alrededor de 0,4/0,5%". Otra cuestión es la competencia en el Parlamento. La cantidad de votos provenientes del exterior se distribuye en las 81 provincias de Turquía según los votos de cada partido y la población del distrito electoral. Por esta razón, los votos extranjeros en provincias sin candidatos se desperdiciarían y beneficiarían indirectamente al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan.
Aydin Enes Seydanlioglu, diputado del opositor Good Party (IYI) quevive en Mersin, turca con ciudadanía alemana, afirma que las elecciones parlamentarias son las que tendrán más peso, especialmente en algunas provincias donde es importante el voto de Europa. Y no poco. "Espero - dice - que [el apoyo al AKP] cambie en estas elecciones". Por eso es importante conseguir "la mayor cantidad posible de diputados", incluso utilizando las preferencias del exterior. Mustafa Yeroglu, también turco-alemán y candidato en Estambul por el Republican People’s Party (CHP) de Kılıçdaroğlu, con años de experiencia a sus espaldas, pronostica una caída del consenso para el sultán. "Creo que muchos antiguos partidarios -señala- cambiarán de opinión debido a las dificultades económicas", porque "muchos están al tanto de los problemas por lo que cuentan sus familiares" que se quedaron en el país.
Votación, trifulcas y divisiones
Lo cierto es que, al igual que dentro del país, el electorado en el exterior también está polarizado y las elecciones son fuente de profundas tensiones y divisiones. En Berlín, una migrante llamada Fatma dice que votará por el presidente saliente porque “Erdogan es un hombre fuerte. Y nosotros lo apoyamos". Comparte sus palabras Ozlem Dinc, de 39 años que vive en París, quien expresa su plena confianza en Erdogan. "Realmente esperamos de todo corazón que pueda permanecer en el poder y pueda -afirma con cierto énfasis- conquistar el mundo". Las divisiones internas también se reflejan en las diferentes posiciones en el exterior, como se desprende del comentario de Sema Jude, quien emigró a la capital francesa. “Primero tenemos que cambiar el presidente y después el sistema. El sistema presidencial -explica- se ha convertido en Turquía en una especie de dictadura”. Cinar Negatir comparte este deseo, aunque por otras razones. “Sí al cambio, porque la economía está al 0%”.
El voto en el extranjero ha registrado momentos tensos que en algunos casos han degenerado en enfrentamientos, con intervención de la policía. Prueba de ello es lo sucedido en Marsella, Francia, la semana pasada, donde se produjeron varias peleas entre oficialistas y detractores de Erdogan frente a un colegio electoral, con un saldo final de cuatro heridos. Según informes de las fuerzas del orden de Bouches-du-Rhône, la primera pelea estalló a primera hora de la tarde en la zona sur de la ciudad costera, cerca del parque Chanot. Los agentes tuvieron que usar gases lacrimógenos para separar a los dos grupos. A pesar de la fuerte presencia policial, al final del día se produjeron nuevos enfrentamientos que concluyeron con el arresto de dos personas.
Jóvenes a las urnas
Junto con la variable relacionada con el voto en el exterior y el peso del electorado kurdo, cuyo apoyo puede ser decisivo para la oposición anti-Erdogan, hay otro elemento en juego, los jóvenes, muchos de los cuales acuden a las urnas por la primera vez, en un país en el cual representan un importante componente y son unos de los primeros afectados por la crisis. Hay más de seis millones de ciudadanos en su primera votación, alrededor del 10% del electorado, y la mayoría solo ha conocido al actual presidente. Como Efe (nombre ficticio), estudiante universitario entrevistado por al-Monitor que apoya al líder opositor porque es capaz de garantizar el respeto de la ley, las libertades personales y los derechos humanos violados bajo Erdogan. Una encuesta realizada el año pasado por el instituto Konda muestra que el 57% de los votantes jóvenes se describen a sí mismos como modernos, el 32% como tradicional-conservadores y el resto como religioso-conservadores. En las últimas semanas los partidos en el gobierno han hecho un guiño al electorado juvenil con promesas y garantías, como 10 gigas mensuales gratis para internet. "¿De qué sirve? El gobierno - responde Kaan Erdinc, de 19 años - ya ha bloqueado la mitad de los sitios que me interesa consultar”.
Una encuesta reciente de la agencia Raporu muestra que el 89% de los jóvenes se propone acudir a las urnas, pero todavía no tiene ideas claras y prevalece la indecisión. Por lo menos en la primera vuelta, dado que en realidad el que cuenta con más apoyo no es Erdogan ni Kılıçdaroğlu, sino el maestro y escritor Muharrem İnce, mientras que en caso de segunda vuelta las preferencias se decantan por el líder de la oposición. Muchos jóvenes no conocen ni comparten las batallas de sus padres: para una joven conservadora el velo no es un problema, ni para un joven liberal hablar con una empleada pública con hiyab. Lo que realmente importa es la economía, las perspectivas de futuro, las oportunidades de estudio y empleo y, al menos en ese sentido, el líder opositor representa una esperanza de cambio.
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