El viaje de Narendra Modi a los Emiratos: el nacionalismo hindú y la lucha contra el terrorismo islámico
Nueva Delhi (AsiaNews) - La tarea del prémier hindú Narendra Modi “es antes que nada crear un proceso de justicia y enfrentar el tema del terrorismo para crear un sentimiento de paz difusa en Asia y en el mundo entero. La cultura de la impunidad existe tanto en Medio Oriente como en la India, y también la cultura del silencio”. Lo dijo a AsiaNews el Dr. Lenin Raghuvanshi, presidente del Peoples’ Vigilance Committee on Human Rights (PVCHR), comentando uno de los temas tratados en la visita relámpago que Modi efectuó a los Emiratos Árabes Unidos, y que conluyó ayer. Entre los temas "calientes" tratados entre el primer ministro de la India y las autoridades de Abhu Dhabi (en la foto, Modi con H H Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vice-presidente y primer ministro de los EAU) estuvieron la lucha contra el terrorismo islámico, la colaboración económica entre ambos países y la situación de los 2, 6 millones de inmigrantes hindúes presentes en la monarquía del Golfo. El activista por los derechos de los Dalit ha remarcado que la India tiene los mismos problemas que los Emiratos.
Muchos medios de comunicación han definido la visita de Modi del 16 y 17 de agosto como un evento histórico, dado que él es el primer prémier hindú en visitar el Estado árabe en 34 años. La última visita oficial de un jefe de Estado a la India fue la de Indira Gandhi en 1981. El mismo Modi ha subrayado la importancia del viaje, describiendo a los Emiratos como un “socio valioso”.
La monarquía árabe es el tercer socio comercial de la India, luego de los Estados Unidos y China. El volumen de negocios entre los dos países, valuado en 180 millones de dólares en el año 1970, superó la cifra récord de 60 millardos (60.000 millones). La India importa petróleo y sus derivados, metales y piedras preciosas, perlas, minerales y otros productos químicos. Los líderes de ambos países han alcanzado importantes acuerdos en el campo de la energía y de las inversiones en infraestructuras de última generación, con los cuales podría lograrse una meta de 75 billones al año en concepto de intercambios comerciales.
El diálogo se ha concentrado en particular en la lucha contra el fundamentalismo islámico. Los gobiernos de Nueva Delhi y Abu Dhabi condenaron de manera unánime el comportamiento de algunos Estados que utilizan la religión para apoyar y justificar la violencia y el terrorismo. El Dr. Raghuvanshi advirtió que la India no es inmune al fundamentalismo religioso, que anida incluso entre los miembros del partido de Modi.“Es fundamental- sostiene- romper el ciclo de la pobreza y la cultura del silencio si Ud. aspira a una paz perdurable en la India y en Medio Oriente. Es necesario enfrentar la violencia de las fuerzas fundamentalistas y crear una sociedad basada en la justicia”. En homenaje al país islámico, Modi visitó la gran mezquita de Sheikh Zayed, donde se conserva la alfombra tejida a mano más grande del mundo, capaz de albergar a 40.000 fieles.
Como última parada de su viaje, el prémier hindú visitó un complejo habitacional donde residen 28.000 empleados especializados inmigrantes de la India, y el Dubai Cricket Stadium, copado por una multitud de 50.000 hindúes. En total, en el reino del Golfo residen 2, 6 millones de hindúes, que representan cerca del 30% de la población total. Según los analistas, ir al encuentro de la diáspora hindú ha sido una medida "astuta", puesto que los trabajadores inmigrantes producen actividades comerciales por un valor de 13 millardos al año. Con esta ocasión Modi tuvo también la posibilidad de “invocar el orgullo nacionalista” de sus compatriotas, recibiendo con mucho agrado la decisión de las autoridades de Abu Dhabi de conceder un terreno para la construcción de un templo hindú.
El Dr. Raghuvanshi subraya sin embargo la inadecuación del comportamiento del prémier y observa cómo, tanto en India como en Medio Oriente, no existe una clara demarcación entre política y religión. “La politización de la religión es un serio peligro. Actuando así se promueve todo tipo de terrorismo en modo insidioso. Modi tiene derecho a expresar su propia fe, pero siendo primer ministro de la India en una visita oficial, debió haber insistido sobre los principios democráticos laicos y no hacerse promotor de su religión ”.
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