El temor de Moscú por los independentistas circasianos

de Vladimir Rozanskij

Desde finales de la década de los 90, los sentimientos independentistas han resurgido en todo el Cáucaso, y los vínculos con la diáspora circasiana se han extendido por muchos países. Con la pandemia, se suspendieron todas las manifestaciones públicas, y ahora, en la república de Kabardino-Balkaria, las autoridades rusas ya no permiten que se reanude ninguna expresión de autonomía local.

Moscú (AsiaNews) - El activismo de los movimientos circasianos en su patria, en Turquía y en Occidente preocupa considerablemente al Kremlin, que ya lucha por contener otros empujes autonomistas en el Cáucaso septentrional y en otras regiones de la Federación Rusa. Las tribus turcas circasianas, exterminadas por los zares en el siglo XIX, ocuparon amplias zonas de las actuales repúblicas de Karachay-Cherkesia, Adygeya, Kabardino-Balkaria y las regiones de Krasnodar y Stavropol, y luego se dispersaron en la emigración, quedando en minoría en los territorios rusos.

En un debate publicado por Kavkaz.Realii, el jefe de la asociación circasiana Khabze, Martin Kočesoko, habló de ello. Martin nació en Kabardia-Balkaria y es copresidente del "Congreso Democrático de los Pueblos de Rusia"; periodista freelance y colaborador de la disuelta asociación Memorial, fue condenado en 2021 a tres años por posesión falsa de estupefacientes e inscrito en el registro de "agentes extranjeros" en 2023. Tras la invasión rusa de Ucrania, consiguió abandonar el país y ahora vive en Turquía.

Cuenta que nació en un pueblo donde "prácticamente todos los habitantes son circasianos y hablan circasiano", e incluso en la escuela primaria se utilizaba la lengua local. En ese contexto, "no nos sentíamos oprimidos en nuestra identidad nacional, pero con el tiempo las cosas han cambiado mucho". Hoy en día, en el país natal de Kočesoko, el uso de la lengua rusa es obligatorio en todos los niveles, desde el jardín de infancia, y en las escuelas se permite un máximo de dos horas de lengua y literatura circasianas, y "esta situación está creando fuertes reacciones en todo el Cáucaso Norte".

En 2005, Martin se matriculó en la facultad de Historia de la Universidad de Nal'čik para aprender más sobre los problemas circasianos: "En mi curso había 60 estudiantes, 50 eran circasianos y ni uno solo de ellos sabía cómo era la bandera circasiana". Hoy, la bandera verde con las tres espadas y las 12 estrellas es conocida en todo el mundo, gracias a las actividades de los movimientos autonomistas. El 21 de mayo es la fecha en que se recuerda el genocidio de los circasianos a manos de los rusos, y las manifestaciones son siempre muy concurridas en el centro de Nal'čik.

Desde finales de la década de 1990, los sentimientos independentistas se han reavivado en todo el Cáucaso, y los vínculos con la diáspora circasiana se han extendido por muchos países. Un momento de gran despertar fue durante los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Soči, que se celebraron precisamente en las zonas históricas de los circasianos conquistadas por los rusos ciento cincuenta años antes. Ahora también se celebra el 25 de abril el Día de la Bandera Circasiana, con reuniones organizadas en 50 estados de todo el mundo. Con la pandemia se suspendieron todas las manifestaciones públicas, y ahora las autoridades rusas ya no permiten estas expresiones de autonomía local. El presidente de Kabardia-Balkaria ahora se llama simplemente "jefe de la república" y ni siquiera es elegido, sino nombrado directamente por el Kremlin. En 2020, las asociaciones de activistas locales decidieron escribir un llamado a las autoridades en lengua circasiana, lo que causó muchos problemas a los numerosos funcionarios, incapaces de traducirlo. En la actualidad, los eruditos locales de la cultura circasiana están cada vez más marginados, lo que provoca mucho enfado en los organismos estatales, a pesar de que nunca ha habido peligro de revueltas o disturbios callejeros, como en Daguestán, Bashkortostán u otras regiones.

Uno de los más eminentes eruditos circasianos, el físico Murat Khokonov, fue despedido de su universidad hace unos meses por haber realizado un viaje a Turquía, donde se reunió con sus compatriotas de la diáspora, que han abierto más de 250 asociaciones diferentes en ese país, organizadas en tres federaciones junto con otros exponentes de las etnias caucásicas. La mayor de ellas es Kaffed, que agrupa a 56 organizaciones diferentes, y que también imagina un "gran retorno" de los circasianos a sus tierras de origen, causando el pánico en todos los despachos y salones del poder en Rusia.