El resultado descontado del referéndum. Padre León y la Providencia
Votó el 70 % de los electores. Putin ganó con el 80%. Los resultados comunicados antes de la clausura de todas las urnas en la Federación. Los milagros en la región de Optina, donde nació “Las narraciones de un peregrino ruso”: la construcción de la nueva iglesia; los exorcismos; las curaciones médicas.
Moscú (AsiaNews)- En Rusia se cerraron las urnas del referéndum para la nueva Constitución, que naturalmente contó con la presencia de más del 70% de los votantes y la abrumadora aprobación de la nueva forma del poder putiniano. El resultado era tan descontado que el comité electoral comenzó a comunicar los resultados oficiales desde las 15.00 (cuando se cerraron las urnas en las provincias del Extremo Oriente), sin esperar las 21 de Moscú, como previsto por la ley: a favor de las modificaciones sería casi el 80% de los votantes.
Una periodista, Elena Kucherenko (Foto 3) de Pravmir.ru, quiso durante estos días de “propaganda presidencial” contar sus experiencias en el aislamiento en el campo, desde donde votó on-line y donde vive desde hace tres meses protegiéndose de la pandemia. En vez de la nueva Constitución, ella contó que haber descubierto los milagros de la Providencia divina. El campo se encuentra cerca del monasterio de Optina Pustyn’ (Foto 2), uno de los lugares históricos de la santidad y la espiritualidad rusa y en el pequeño pueblo de Nizhnye Pryski hay un joven sacerdote al servicio de los fieles, el p. León. No viendo a la familia de Elena en la liturgia pascual, el sacerdote los fue a visitar y desde entonces nació una intensa amistad, que se extendió a los otros habitantes y hasta los monjes y monjas de Optina.
El padre León (Foto 1) es sacerdote desde hace un par de años y cuando llegó no existía la iglesia ni dinero a disposición. Sin pedir nada, comenzaron a llegar ofertas de pura beneficencia y el empezó a creer siempre más en el socorro divino, aunque su parroquia era sólo un pedazo de tierra vacío. Se recordó de la oración de un cohermano suyo, el p. Juan, que se encontraba en una situación similar en otro pueblo “¡Señor, por lo tanto ayúdame! Tú ves que yo soy el más tonto de los tondos, pero toda mi esperanza está puesta en Tí”.
Después de una semana de esta oración, llama a la puerta de la casita del sacerdote un hombre: “Padre, ¿no es que tiene que construir una iglesia?”. El hombre se apresura a dar consejos, prepara los papeles y deja una gran suma de dinero: el sacerdote llamará a su iglesia, dedicada a la Transfiguración, “el don del cielo”. La actitud confiado se difunde entre el clero de la zona y otro sacerdote, el p. Eugenio, decide dar todo el dinero que tiene a disposición para que una señora, una anciana parroquiana que está sola y necesita hacerse una operación muy cara. El dinero será restituido una semana después, con una anónima ofrenda.
El p. León también aprende a curar a los endemoniados: varias veces acogió en la iglesia a personas que gritaban contra Dios y contra la iglesia, como una joven que por toda la ceremonia gritaba “¡es sólo un circo!”. Sin particulares fórmulas de exorcismo, el sacerdote decidió que bastaba con acercar a los labios de la obsesa la comunión: después de haber gritado “quema, quema”, la joven tomó la comunión y sv calmó y aspi sucedió con otros.
Estas historias de santidad un poco loca y muy rusa recuerdan y renuevan las historias de monjes y de peregrinos, como los famosos “Las narraciones de un peregrino ruso” que fueron escritos justamente en Optina en el 800. Si aún hoy se repiten, quiere decir realmente que Dios decidió estar muy cerca de la “Santa Rusia” y de conducirla sobre el camino de la verdadera conversión, prescindiendo de las proclamaciones sonoras y de las leyes constitucionales de ayer y de hoy.
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