El regreso de la Teología a las universidades rusas
De ahora en más, la teología será una orientación específica en los centros de estudio, que estarán en grado de conceder títulos de especialización y de doctorado. Una gran victoria de la Iglesia ortodoxa rusa, y en particular del Patriarca Kirill, que fue quien más ha insistido para obtener este resultado. Plasmar la cultura de la nación, superando una pertenencia formal a la Iglesia. Los temores de los académicos laicos.
Moscú (AsiaNews) – El 14 de junio pasado, el Ministerio de Justicia ruso emitió un decreto de aprobación del grado académico de estudios teológicos: Lo comunicó la ministra de instrucción pública, Olga Vasileva, en la primera conferencia científica pan-rusa sobre “La teología en el ámbito formativo humanitario”, según fue reportado por el corresponsal de RBK.
El decreto prevé que la Teología no sea considerada solamente como una rama de la Historia o de la Filosofía, sino una orientación específica, que permita conceder títulos de especialización (“kandidat”) y de doctorado. Vasileva considera éste como “un día verdaderamente histórico”, y como consecuencia, se necesitará “hacer todos los esfuerzos posibles para preparar a los especialistas” en el campo teológico.
La ministra también hizo presente la necesidad de reforzar las cátedras de Teología en los ámbitos formativos y científicos rusos. “En el campo de la instrucción, la Teología se desarrolla en tres direcciones: como disciplina autónoma (que prevé bachillerato/licenciatura, máster y especialización) como disciplina preparatoria en los planes de estudios mixtos, y como disciplina optativa”, que es enseñada en 51 institutos superiores rusos. Actualmente, son más de 4500 personas las que siguen programas de Teología. “Dado que recién estamos iniciando el camino, ahora es importante aclarar las etapas del desarrollo y los aspectos de esta rama del saber”, agregó.
Ya en 2015, luego de una fuerte intervención pública del Patriarca Kirill (Gundjaev), la Teología fue reconocida como disciplina científica por la Comisión superior para certificaciones en el Ministerio de Instrucción e Investigación científica. A partir del 2016, una vez que se formaron los consejos de expertos y de evaluación de las disertaciones, pasó a ser posible presentar las primeras tesis de licenciatura en esta disciplina.
El primero de junio pasado, finalmente, se celebró al primer especialista oficial (”kandidat nauk”) en Teología, el sacerdote ortodoxo P. Pavel Khondzinskij, decano de la facultad de Teología de la Universidad humanitaria ortodoxa de San Tikhon, que defendió su tesis sobre el tema: “Solución de los problemas de la teología rusa en el Siglo XVIII, en la síntesis de San Filaret, metropolita de Moscú”. En la histórica sesión de tesis, no fueron admitidos extraños ni periodistas.
Se trata de una gran victoria de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y en particular del Patriarca Kirill, que más que nadie, había insistido para obtener este resultado. La participación de la cultura cristiana en el proceso formativo público ha sido uno de los puntos distintitos de su Patriarcado, inaugurado en el 2009. Kirill, siendo jovencísimo, se desempeñó como rector de la Academia Teológica ortodoxa de Leningrado en los años Setenta, y siempre ha tenido una gran sensibilidad por los estudios teológicos, incluso a raíz de su histórica amistad con los jesuitas del Pontificio Instituto Oriental de Roma.
En épocas antiguas, la Teología en Rusia fue muy sacrificada, por la dificultad de distinguirse de la ascesis monástica y de evitar la acusación de racionalismo. A partir del siglo XVIII, ingresó a Rusia la Teología escolástica de los jesuitas, con la formación de la Academia Teológica de Petr Mogila en Kiev, y de las primeras escuelas rusas en Moscú y San Petersburgo, también éstas muy influenciadas por la teología occidental (el latín fue lengua académica en Rusia hasta mediados del Ochocientos). En el siglo XIX, las facultades ortodoxas de Moscú, San Petersburgo, Kiev y Kazán fueron mantenidas rígidamente separadas de las universidades estatales, por temor de invalidar la pureza de la ortodoxia. El primero en tratar de superar esta barrera fue el famoso filósofo religioso Vladimir Solov’ev, que estudió en ambas partes, y fue imitado por grandes teólogos de la etapa previa a la revolución (Berdjaev, Bulgakov, Florenskij). Recién hoy, la cultura teológica regresa oficialmente al mundo académico ruso, en medio de la desconfianza de la mayor parte de los profesores laicos, que ven en estas reformas un intento de la Iglesia por imponerse ideológicamente en el país, a través de las estructuras de formación. La esperanza del Patriarca Kirill y de su vice, el metropolita Hilario (Alfeev) es más bien usar la cultura como herramienta de crecimiento de la conciencia ortodoxa de la población, a menudo anclada en una visión puramente formal de la pertenencia eclesial.
31/07/2018 11:06