El ramen se acerca a los 1.000 yenes: la crisis del 'plato económico' en Japón

El aumento de los costos de los ingredientes y la mano de obra está haciendo entrar en crisis a los que elaboran la comida popular por excelencia de Japón. Según datos de Teikoku Databank, el 34% registró pérdidas en el último ejercicio fiscal. El aumento de los precios ya es inevitable, aunque muchos japoneses no parecen dispuestos a gastar más por un plato de ramen.

Roma (AsiaNews/Agencias) – El ramen se está convirtiendo cada vez más en uno de los platos icónicos de Japón en todo el mundo. Se trata de una combinación de noodle (fideos), dashi (caldo) y tare (salsa), con el agregado de grasa o aceite y otros varios ingredientes: un plato popular, completo y sobre todo muy económico. En su tierra de origen, sin embargo, el aumento de los precios en 2024 está creando problemas a muchísimos restaurantes del País del Sol Naciente que ofrecen esta especialidad, cada uno con las características de su propia región.

El relevamiento lo hizo Teikoku Databank, una empresa fundada en 1900 con el objetivo de “proteger a las empresas de fraudes” y que hoy posee la mayor base de datos de las empresas de Japón. Entre los restaurantes de ramen, el déficit de 10 millones de yenes aumentó más del 30% el año pasado, llegando a 72, en comparación con 53 en 2023. Esta situación no se debe solo al costo de las materias primas y los servicios, sino que hay que sumar el aumento de los gastos de personal por la escasez de mano de obra, acompañado por el imparable invierno demográfico, que en 2023 alcanzó el mínimo histórico.

La razón principal del elevado número de insolvencias es el hecho de que el costo del ramen se mantiene bajo a pesar del aumento de precios. El precio medio de un plato de ramen, en efecto, sigue siendo inferior a 700 yenes (unos 4 euros), según Teikoku Databank. Pero como en 2024 los costos de los ingredientes aumentaron más del 10 por ciento en promedio a partir de octubre, en comparación con 2022, las empresas se han visto obligadas a poner los precios cerca de los 1.000 yenes (alrededor de 6 dólares). Si bien ese precio sigue siendo bajo en comparación con muchas otras opciones culinarias, se considera que el hecho de aumentarlo afecta negativamente la imagen de este alimento popular y eso podría ahuyentar a los clientes.

Takatoyo Sato, gerente del restaurante Menkoi Dokoro Kiraku en el distrito financiero de Shimbashi, en Tokio, dijo a la agencia de noticias japonesa Kyodo News que la última vez que aumentó los precios fue en mayo de 2024. El más popular entre su clientela local es el ramen shoyu con caldo a base de salsa de soja, que cuesta 950 yenes, frente a los 780 yenes de 2021. "No pude evitar aumentar los precios, de lo contrario habríamos entrado en números rojos", dijo el hombre de 52 años durante un descanso entre el servicio de almuerzo y la cena, en uno de los turnos de 17 horas que cumple seis días a la semana.

Alrededor del 34 por ciento de los 350 restaurantes de ramen encuestados por Teikoku Databank reportaron pérdidas en el año fiscal 2023. Sato explicó que la decisión de aumentar los precios no ha sido bien recibida por muchos clientes habituales. “Hemos perdido una parte de nuestra clientela. Aunque no lo admitan abiertamente, mucha gente piensa que, después de todo, es solo ramen… Pero esa visión cambiará”, afirmó, refiriéndose al aumento de los costos para ofrecer incluso este alimento.

Por su parte, algunos consumidores están empezando a cambiar de opinión. Munayoshi Suzuki, un hombre de 34 años de Tokio, dijo que los clientes estaban "mal acostumbrados" por los bajos precios y que ahora los ramen se consideran un producto superfluo, al mismo nivel que el alcohol o los cigarrillos. De cara a 2025, Teikoku Databank predice que el cierre de negocios podría continuar y que las pequeñas y medianas empresas probablemente se mostrarán más reticentes que las grandes cadenas a ajustar los precios de sus menús. Sato también dijo que es escéptico sobre la posibilidad de convencer a los clientes de que paguen más. “Sólo podemos esperar que los costos no sigan aumentando este año”, concluye.