El patriarca de Moscú recuerda el encuentro con Francisco en Cuba
Es la primera vez que Kirill comenta el contenido del encuentro con Papa Francisco. Un mismo sentir sobre el “genocidio de los cristianos”. La dura condena de los greco-católicos, un grupo que “no se logra gobernar”. Para Kirill, el Papa Francisco también “tiene dificultades” con ellos. El Patriarcado de Moscú, “juez” de los conflictos étnicos y eclesiásticos.
Moscú (AsiaNews) - El 30 de octubre pasado, el patriarca de Moscú, Kirill (Gundjaev), recibió en su residencia moscovita del monasterio de San Daniel al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdes. En esa ocasión recordó el encuentro con el Papa Francisco, en el 2016, y se quejó de los católicos griegos ucranianos, a quienes culpa de fomentar el conflicto con los rusos, y del Vaticano, que no es capaz de controlarlos.
El encuentro con el patriarca y sus colaboradores fue de máximo nivel (estuvieron presentes el Ministro de Relaciones Exteriores cubano y otras personalidades del gobierno). Éste sucedió a la visita de Díaz a Putin, que confirmó la histórica amistad entre los dos países. Kirill felicitó al sucesor de Raúl Castro por su elección como presidente en abril del año pasado, y recordó las numerosas visitas al país del comunismo caribeño, primero como jefe del departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado (en 1998, 2004 y 2008) y luego como patriarca de Moscú, cuando efectuó una visita apostólica a todos los países de América Latina, en el 2016.
El mismo Kirill recordó que “el culmen de la visita fue sin lugar a dudas mi encuentro con el Papa de Roma, Francisco: como dijera él entonces, nuestro encuentro se llevó a cabo en el lugar justo y en el momento justo. Cuba ofreció sus condiciones ideales para semejante encuentro histórico, que jamás se había dado antes. En una atmósfera absolutamente neutral, en el aeropuerto de La Habana, pudimos conversar durante dos horas en un clima de verdadera fraternidad. Afrontamos cuestiones muy importantes, haciendo que se afirmara la expresión “genocidio de los cristianos” para referirse a tantas persecuciones en curso, sobre todo en África, y muchas más. En Occidente tenían miedo de usar este término, pero después del encuentro con Francisco, hasta el Congreso de los EEUU comenzó a usarlo regularmente”.
Prosiguiendo con el recuerdo del contenido del encuentro con el Papa, Kirill aludió a la lucha contra el terrorismo, y luego a la situación vigente en Ucrania; “Nuestro llamamiento en común ha sido muy importante para Ucrania, invitando juntos a la concordia social y a la pacificación. El Papa de Roma y el patriarca de Moscú han declarado de modo inequívoco una posición común respecto la crisis ucraniana: la participación de la Iglesia en acontecimientos de este tipo no debe agudizar las contraposiciones entre las personas”.
Sin embargo, la línea que comparten los dos líderes no fue seguida por los “greco-católicos de Ucrania” destacó el patriarca, agregando que ellos “no solo participan en el conflicto social, sino que además, en gran parte, son los inspiradores. Pienso que no solo nosotros tenemos problemas con los greco-católicos, sino que el mismo Papa Francisco debe tener dificultades con ellos, porque no logra gobernar a este grupo de personas y condicionar sus acciones que, al contrario, se ven reforzadas por la protección de Roma.
Es la primera vez que el patriarca de Moscú comenta públicamente los contenidos del encuentro con el Papa realizado hace tres años (cuatro, en febrero). Resulta sorpresivo que haya querido usar la ocasión para una condena tan explícita de los greco-católicos ucranianos, sin dejar de acusar al Papa de debilidad, por la manera de manejar la cuestión. Tal como sucedió en el aeropuerto de La Habana, más que la “neutralidad” cubana lo que salta a la vista es la conveniencia rusa de usar al colaborador sudamericano para imponer su visión, “universal”, arrogándose el rol de juez en los conflictos étnicos y eclesiásticos.
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