El gran juego del crimen en Uzbekistán

de Vladimir Rozanskij

Los juicios de los criminales más notorios de Taskent transcurren entre informes de torturas en prisión y condenas increíblemente leves. Otras figuras prominentes, fugitivas en el extranjero, aparecen junto a políticos locales en las gradas de los grandes acontecimientos deportivos.

Taskent (AsiaNews) - Casi un año después de la gran redada de los «40 días de asalto» en Taskent, los procesos y apelaciones contra los criminales más notorios de Uzbekistán siguen en una fase bastante confusa y contradictoria, entre protestas por torturas en prisión y todo tipo de presiones sobre la magistratura, con intervenciones de familiares y políticos ligados a los cabecillas incluso dentro de los órganos policiales.

Se ha perdido el rastro de Salim Abduvaliev, «el rico» condenado a sólo seis años y recluido en un lugar desconocido incluso para sus familiares más cercanos, pero otras «autoridades» criminales de Uzbekistán también escapan a la acción de los órganos de investigación y de los tribunales. Por ejemplo, Gafur Rajimov (conocido como Graf, el «Conde»), principal adversario de Salim, y su sobrino Ravšan Mukhiddinov, refugiado en el extranjero pero muy conocido en las gradas de los grandes acontecimientos deportivos, como los Juegos Olímpicos o los partidos del París Saint-Germain, incluso junto a personalidades políticas como Otabek Umarov, cuñado del presidente de Uzbekistán Šavkat Mirziyoyev.

En los últimos días, Saidaziz Saidaliev, de 36 años, conocido como «Saidaziz Medgorodok» («de todos los países»), que llevaba en prisión desde el verano pasado y fue condenado en agosto a 20 años de cárcel, ahora en apelación, volvió a comparecer ante el tribunal de Tashkent. Junto con 28 de sus socios, Saidaziz regulaba un vasto sistema de corrupción e influencia en todas las instituciones de Uzbekistán y de muchos otros países. Por los 17 cargos de la acusación, el capo admite «haber cometido algunos abusos», pero espera demostrar su inocencia en la mayoría de los casos. Su comportamiento en prisión ya le ha llevado al aislamiento en dos ocasiones, lo que ha provocado gritos de «persecución y tortura» por parte de los guardias.

Saidaziz Medgorodok es, además, muy cercano a Salim «el rico» Abduvaliev, al que reconoce como «un padre», que ha limitado sus condenas gracias a la complicidad de las autoridades uzbekas, y ahora se teme un trato de favor similar para Saidaziz y sus cómplices, con el fin de apoyar el tráfico de contrabando procedente de China, muy activo en las rutas uzbeka y kirguisa. Actuando como intermediario entre los distintos grupos criminales estaría su sobrino Mukhiddinov, buscado internacionalmente desde 2007 y detenido ya dos veces en Estambul y Dubai, para perderle de nuevo la pista, y que se ha ganado el título de «jefe del grupo de los Hermanos», una de las definiciones del «sindicato criminal de Eurasia» gobernado por Rakhimov.

Mukhiddinov agradeció recientemente en Instagram a su cuñado presidencial Umarov su apoyo a los deportistas uzbekos, siendo el deporte uno de los ámbitos favoritos de las mafias centroasiáticas. Las autoridades de Uzbekistán siguen manteniendo en absoluto secreto toda la información sobre estos personajes y sus juicios, a los que sólo pueden acceder parcialmente los periodistas, a diferencia de las de Kirguistán, que quieren demostrar su decidida actuación contra las mafias locales.

El mayor éxito de Kirguizistán fue el asesinato de otro de los cabecillas, Kamči Kolbaev, el 4 de octubre de 2023, lo que desencadenó el inicio de importantes operaciones de limpieza y excelentes detenciones, que ahora parecen disiparse en ajustes que la opinión pública no alcanza a comprender. Otro destacado criminal uzbeko, Bakhtiyor Kudratullaev, conocido como Bakhty Taškentskij, ha hecho un llamamiento a las autoridades y al poder judicial para que «moderen los castigos» a todos los demás acusados, que «sólo intentan hacer el bien a su pueblo».