El estilo de Moon está conquistando a todos. Índice de preferencia récord para el nuevo presidente
Paga de su bolsillo los gastos personales. Pide a sus guardaespaldas que mantengan bajo perfil. Rompe el protocolo en las ocasiones oficiales, llevando a los ciudadanos a la primera fila. Cada tanto, sale del palacio presidencial en mangas de camisa, llevando una taza de café en la mano, y da un paseo con sus colaboradores. Se hace fotografiar con todos, y concede autógrafos a los niños. En un mes, ya se reunió tres veces con los periodistas. Lucha contra la corrupción y por el respeto de los derechos civiles. Moon saborea el suceso en su país, aguardando vencer los desafíos que le deparan las relaciones internacionales, con la reapertura al diálogo con Pyongyang y una mayor independencia de los Estados Unidos.
Seúl (AsiaNews/Agencias) – Hijo de refugiados norcoreanos que huyeron de la guerra de Corea en 1950-1953. Católico, su nombre de bautismo es Timoteo. Activista del movimiento estudiantil, graduado en Derecho en la Kyung Hee University de Seúl. Abocado a la defensa de los derechos humanos junto al presidente Roh Moo-hyun, del cual fue consejero y jefe de Gabinete entre 2003 y 2008. Candidato del partido demócrata en las elecciones presidenciales del 2012, que dieron el triunfo a Park Geun-hye. Electo luego de la destitución de esta última por corrupción en mayo de 2017. Segundo presidente católico en la historia del país, después del premio Nobel de la Paz (año 2000) Kim Dae-jung. Las notas biográficas del presidente de Corea del Sur dicen mucho acerca de su formación, pero lo que realmente sorprende es su personalidad, que a tan solo un mes de su elección, ya ha inducido a muchos observadores internacionales a referirse al “Moon style”.
Su estilo está constituido por un particular modo no autoritario de concebir su rol, algo inusual para Corea, que está generando una gran admiración por su persona. Es algo que se vio de inmediato: en el momento de su elección, antes de subir a la limusina presidencial, él rompió el ceremonial, dirigiéndose al hall de la asamblea general de su partido. Sin vacilar, se metió entre la gente que había acudido al lugar para felicitarlo, ofreciendo su total disponibilidad para tomarse fotografías o estrechar la mano. Luego, a causa de algunas obras de remodelación de la residencia presidencial, Moon se vio obligado a ir y venir de su apartamento al palacio presidencial. Esta mañana aceptó posar sonriente para el beneplácito de las máquinas fotográficas y las cámaras de TV, junto a sus vecinos, que competían por saludarlo. Otro episodio que ha impresionado a la opinión pública fue el relativo a una pausa de trabajo en su oficina, cuando en mangas de camisa, y llevando una taza de café en la mano, salió a dar un paseo junto a sus colaboradores, en el parque adyacente a la oficina presidencial. En dicha ocasión, se le acercaron algunos niños que estaban haciendo una excusión, y, pacientemente, él esperó a que un chiquillo sacase de su mochila una notebook para pedirle un autógrafo. Apenas asumió el mandato, pidió pagar sus gastos personales y los de su familia de su propio bolsillo, redimensionando en gran medida el presupuesto presidencial y destinando los recursos excedentes a los pobres y a los desocupados. Como presidente, su intención es continuar luchando por los derechos civiles.
Pequeños gestos, que, sin embargo son significativos de un gran cambio de rumbo anunciado por Moon durante su campaña electoral: decir basta a las actitudes presidenciales autoritarias, y prestar gran atención a la comunicación con los ciudadanos. Es también por esto que su índice de preferencia entre la población es altísimo. En el sondeo, que fue conducido por Gallup tomando como base unas 1.004 entrevistas conducidas del 30 de mayo al 1ero de junio, más del 84 por ciento de los entrevistados dijo que Moon “está haciendo un buen trabajo”. Un récord absoluto, batiendo incluso el registrado anteriormente en 1993, establecido por el presidente Kim Young-sam al término de su primer mes en el cargo.
La mayor fortaleza de Moon está representada por su convicción de que la función que se desempeña está al servicio de los ciudadanos. No pasó desapercibido el hecho de que durante la celebración del Memorial day del 6 de junio, junto al presidente estaban sentados soldados inválidos, veteranos de guerra, mientras que el año anterior los mismos puestos estuvieron ocupados por representantes de gobierno. El vocero presidencial, Park Soo-hyun ha resaltado que el protocolo presidencial será modificado en ocasión de todos los eventos nacionales futuros, haciendo que los ciudadanos pasen a ocupar las primeras filas.
Otro gesto importante es representado por el redimensionamiento de su seguridad personal. Moon ha pedido que sus guardaespaldas mantengan una conducta “amigable, abierta y de bajo perfil”. Luego, con sus más estrechos colaboradores, Moon ha pedido eliminar todos los estereotipos de comportamiento basados en la jerarquía. Por lo tanto, si en las reuniones de las administraciones anteriores era habitual ver a secretarios y secretarias vestidas de punta en blanco, tomando nota de las instrucciones dictadas por instrucción del presidente, ahora, en cambio, se han introducido reuniones sobre asuntos de Estado basadas en el debate, tal vez encendido, durante las cuales Moon promueve la adopción de un look informal, para una mayor comodidad.
Por último, si su predecesora, Park Geun-hye, raramente bajaba a la sala de prensa de Cheong Wa Dae, salvo a excepción de la conferencia de prensa de Año Nuevo, Moon, en cambio, en tan solo un mes ya lo ha hecho tres veces. En general, se trata de un cambio de actitud que ha sido muy bien recibido hasta ahora, pero que no está exento de riesgos. “Si Moon, apartándose de un régimen totalitario, logra reformar la cultura organizativa del gobierno entero y mejorar la productividad y la eficiencia, entonces, será un éxito. Caso contrario, los cumplidos se transformarán rápidamente en la crítica de estar meramente preocupado por su imagen”, explicó a Yonhap un profesor de la Universidad de Seúl.
Un desafío en el frente interno que viene a sumarse a aquellos lanzados en el campo de las relaciones internacionales, con la reapertura del diálogo con Pyonyangg y una mayor independencia de los Estados Unidos, con los cuales Moon tiene intenciones de renegociar el acuerdo sobre la instalación del sistema anti-misiles THAAD, que peligra comprometer las relaciones con China, primer socio comercial de Corea del Sur.
22/02/2022 12:46