El campo de trabajo de Mons. Marek Zalewski el nuevo nuncio en Hanói

de J.B. An Dang

El arzobispo polaco es también nuncio en Singapur y sucede a Mons. Leopoldo Girelli. Mons. Joseph Nguyễn Chí Linh sobre las relaciones entre Estado e Iglesia: “Existen obstáculos entre el gobierno y la comunidad católica que todavía no han sido removidos”. Las restricciones a la libertad religiosa y las disputas sobre la tierra están entre las principales dificultades que la Iglesia encuentra en Vietnam.

Hanói (AsiaNews)- El pasado 21 de mayo, el Papa Francisco nombró al arzobispo polaco Marek Zalewski (foto 1) como nuncio en Singapur y representante no residente de la Santa Sede en Vietnam. Mons. Joseph Nguyễn Chí Linh (foto 2), arzobispo de Huế y presidente dela Conferencia episcopal vietnamita (CBCV), recibió con favor la decisión. “El arzobispo Leopoldo Girelli concluyó su mandato como representante del vaticano en noviembre de 2017 y estoy convencido que todos los católicos de la nación esperaban con ansia su substitución”, afirma el prelado. Con referencia al ex enviado papal, el arzobispo Joseph Nguyễn observa: “Estaba consciente del hecho que el deseo más ardiente en el cargo de su Excelencia era poder elevar la relación entre la Santa Sede y Vietnam a un nivel superior”.

“El arzobispo Girelli-prosigue Mons. Nguyễn Chi Linh – consultaba con regularidad a la Conferencia episcopal vietnamita sobre cualquier cuestión, de la más grande a la más pequeña, en todo lo que se refería a la Iglesia, sobre cada diócesis y sobre cada una de las congregaciones. En base a los reglamentos del gobierno vietnamita, el representante no residente de la Santa Sede puede permanecer en el país sólo por un mes. Él siempre acató con precisión la regla diplomática. Al mismo tiempo, como pastor, no se preocupó sobre las distancias o por las condiciones viales, fue siempre a visitar a las parroquias en áreas remotas y aisladas, visitando a los desheredados y desafortunados, prescindiendo de su religión, para compartir amor”.

Refiriéndose a la posibilidad de una normalización de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Vietnam, el arzobispo de Huế declara: “A partir del 1957 en el Norte y después de 1975 en el Sur, el gobierno vietnamita no mantuvo relaciones con el Vaticano, algo que no sucedía en cambio con los precedentes regímenes políticos. Pero, según los acuerdos bilaterales, cuando se presente una necesidad, una parte puede enviar a la otra parte una delegación para negociar o intercambiarse informaciones. Desde 2011 a la Santa Sede se le permite nombrar a un representante en Vietnam, pero solo con un status no permanente, o sea a un nivel diplomático más bajo”.

“La historia reciente del pueblo vietnamita es complicado, consecuencia tal de la mentalidad de la guerra fría, todavía radicada a fondo en las mentes de muchos ciudadanos. Esto se debe también al hecho que las mentes de las personas no están al unísono y a la presión proveniente de Asia oriental y meridional. Las relaciones entre Vietnam y Santa Sed fueron creadas en un contexto muy difícil, por lo tanto no sorprende que encuentren muchos obstáculos”, afirma el prelado. “Por el momento-continúa- uno de los objetivos políticos fijados por el gobierno es el de promover la integración del país en la comunidad internacional. Pienso que las relaciones con la Santa Sede podrán mejorar, si las autoridades vietnamitas integrarán también sus posiciones diplomáticas, como sucede en la mayor parte de los países del mundo”.

El presidente de la CBCV enfrenta también el tema de las restricciones a la libertad religiosa, que la Iglesia vietnamita se encuentra para enfrentar. “De hecho, hay todavía muchas limitaciones, sobre todo en el nombramiento de los obispos, la propuesta de los obispos es un derecho del Vaticano, pero el Estado puede rechazarla o aprobarla. En el pasado, se trataba de una cuestión más bien difícil, pero debo reconocer que hoy la tarea más difícil es el nombramiento de los obispos se convirtió en más fácil respecto al pasado”.

“Hay obstáculos entre el gobierno vietnamita y la comunidad católica que no fueron todavía removidos: por ejemplo, la comunidad católica hasta hoy no está autorizada a promover la propia involucración en actividades sanitarias, educativas o sociales a nivel nacional. Respecto al período de las reformas, muchas actividades religiosas son parte permitidas, como las celebraciones, las ordenaciones y las actividades de construcción. Sin embargo, esperamos que el gobierno continúe aún más acelerando el proceso de autorización en una escala siempre más amplia”, declara Mons. Nguyễn”.

La cuestión espinosa más actual son las disputas sobre la tierra entre la Iglesia y el gobierno. “La tierra es un argumento caliente- afirma el arzobispo de Huế – No sólo para la Iglesia en Vietnam, pero también para muchas otras componentes sociales. Las estadísticas oficiales demuestran que un 73% de los reclamos tienen que ver con la tierra y la habitación. Obviamente, sobre cuestiones relacionadas con las propiedades de la Iglesia, la Conferencia episcopal tiene la responsabilidad de hablar en un cierto modo. El problema es: ¿cómo hablar y con quién? Pienso que dirigirse al público y a los medios ya sea un problema muy delicado. Sin una adecuada consideración, puede arruinar las relaciones y las convicciones. Los católicos son ya sea cristianos como también vietnamitas. Ser al mismo tiempo fieles a ambos status en una sociedad monolítica como Vietnam no es una cuestión simple. No obstante esto, la Conferencia episcopal debe tomar una posición que debe externar cuando es necesario, hablar abiertamente pero con delicadeza. Quiero decir, su voz debe ser escuchada y reconocido como el mensaje de una comunidad bien intencionada que quiere construir, mejorar, no atacar y causar incomprensiones”.