El "cáncer" de la cuestión kurda pone a Ankara contra las cuerdas
Estambul (AsiaNews) - En las calles de las grandes ciudades de Turquía hay un
aire extraño de tensión, debido a la situación de incertidumbre creada en la
frontera sur-este de Turquía, cerca de la frontera entre Irak y Siria. En
ciudades como Estambul, la población kurda es ahora el maestro.
La decisión de Ankara de no satisfacer las demandas de la ciudad kurda de
Kobane, sitiada durante semanas por el ejército islámico del Isis, provocó la
reacción inmediata de los turcos de origen kurdo, que salieron a las calles de
las grandes ciudades de Turquía para protestar contra esta decisión de entrega
a la masacre a sus compatriotas a manos de los talibanes del califato islámico.
Además, la declaración de Erdogan que el régimen de Assad y el PKK son más peligrosos que Isis, hace que la situación
sea aún más explosivo.
Esta crisis hizo surgir de una manera muy preocupante el siempre presente
conflicto entre turcos y kurdos, que ahora asume el carácter de un conflicto
nacional. En los hechos cerca de la frontera con Turquía en el sur-este, hay
que destacar también el filtrado de información en los medios de comunicación
turcos. Esta queja es aún más pesada dada la falta de uso generalizado de
Internet y su control.
Mientras tanto, entre la población crece un sentimiento anti-kurdo, tales como:
"Gracias a nuestros impuestos [que son muchos en Turquía - ndr], que pagan
los ingratos kurdos".
El
"cáncer" de la cuestión kurda
Los kurdos en Turquía son más de 15 millones. En el pasado vivían en el
sur-este del país, pero con las purgas militares y la depresión económica de
esas zonas se han movido a las grandes ciudades.
Analistas turcos e internacionales definen los kurdos un
"asunto-cáncer" de la Turquía republicana. Se pone al descubierto los
problemas endémicos del planeta turco, llevado en el vientre desde 1923, el año
de nacimiento de la república, con base en el Tratado de Lausana.
El Tratado define las fronteras actuales de Turquía, nacidas a partir del
colapso y desmembramiento del Imperio Otomano y nunca digeridos por el establecimiento
turco. En el se precisaban los derechos de las minorías no musulmanas. Nunca se
han observado estos derechos de una manera sustancial, con el resultado de la
desaparición casi total del elemento cristiano. En la operación de limpieza
étnica de los cristianos, se utilizó el elemento kurdo en Turquía como obreros
al servicio del gobierno central en Ankara.
Turquía firmó el Tratado de Lausana, en nombre de los kurdos, como su representante.
Como resultado, Turquía siempre ha rechazado la existencia de la etnia kurda en
sus propios territorios, llegando a llamarlos "turcos de las
montañas" o "gente de la montaña" y también se les prohibió
utilizar su lengua. Lo siguiente fa sido una serie de revueltas de los kurdos
por la conquista de sus derechos.
Por otra parte, Turquía en su historia republicana, aunque basada en una
democracia de estilo parlamentaria, pero con connotaciones fuertes del este,
nunca ha concebido, aceptado y promovido el desarrollo posterior de su sociedad
civil. Siempre ha tomado medidas para hacerla crecer en un nacionalismo
frenético y exasperado, bajo el manto parlamentario a lo oriental, siempre
viviendo en el temor de su desintegración. El intelectual e historiador Murat
Belge ha condenado esta posición, diciendo que Turquía "nunca ha sido
capaz de aceptar al otro".
En 1984, con el nacimiento del PKK (Partido de los Trabajadores de Turquía),
comenzó la lucha armada por la conquista de los derechos de los kurdos. En ese
momento, el PKK y sus partidarios han sido tratados como terroristas encaminados
a la desintegración de la gran nación turca.
Sólo en los años 90 se empieza a hablar débilmente de la cuestión kurda. Pero
incluso entonces resurgió la política anti-kurda, que ha producido el resultado
de llenar las cárceles de kurdos turcos y de proscribir cualquier partido de los
derechos de los kurdos, intensificación la confrontación militar con los
militantes del PKK y teniendo el tácito acuerdo de los grandes.
Turcos
y kurdos, dos naciones
Hasta finales de los años 90, el conflicto entre los kurdos y Ankara se basa en
la concesión de los derechos civiles; después de la guerra de Irak de 2003, ha
prevalecido la oposición nacionalista entre turcos y kurdos.
El nacimiento de Kurdistán, en el norte de Irak, donde hay grandes recursos
energéticos de la zona, ha creado un gran revuelo en Ankara. El nacimiento de
este pequeño Estado con el consentimiento de los Estados Unidos, nunca ha sido
digerido por Ankara, ya que hacia renacer los viejos fantasmas de la disgregación
que opera en la gran nación kurda.
En el 2007, el entonces primer ministro, Recep Tayyip Erdogan - actual
presidente --en nombre de la común religión islámica sunita ha intentado situar
los kurdos en el rebaño, anunciando varias concesiones en materia de derechos
civiles. Esto ha permitido a Erdogan ganar las elecciones de 2007, en el
sureste del país, poblado por kurdos, aunque más tarde se reanudó el bombardeo
de las posiciones del PKK cerca de la frontera con el Kurdistán.
En la crisis de Siria Ankara apoya a los yihadistas con el único propósito de
eliminar la amenaza kurda y el régimen de Assad. Ahora, su participación en la
eliminación de los talibanes del Isis con la intención de compartir el botín,
pone de relieve el cinismo de la política turca y el papel ambiguo de Ankara en
este tablero del ajedrez geopolítico, que sin duda no va a dejar pasivo el elemento kurdo de Turquía. Ankara
también especula sobre el hecho de que los Estados Unidos tratarán de evitar inmiscuirse
en una guerra en este momento en esa zona, sino quieren perder el control de
los recursos energéticos, y delegará a Turquía sus deseos.
Tal extraña y ambigua neutralidad (de hecho, un decisivo doble juego), siempre
ha caracterizado a la Turquía en el curso de su historia moderna, y desde luego
no dejará indiferentes a otros pretendientes - como Irán - el dominio de la
zona.