El acuerdo entre Seúl y Teherán corre el riesgo de desencadenar la ira de Riad
La presidente Park Geun-hye firmó con Irán un paquete de contratos por un valor de 45 millardos de dólares, abriendo así la posibilidad de una crisis con Arabia Saudita. Los analistas asiáticos, preocupados por el desequilibrio en las relaciones: las sanciones de la comunidad internacional todavía no han sido levantadas, y el petróleo del Reino saudita está en la cuerda floja. Y bien quisiera éste una “Riad Street” en la capital coreana.
Seúl (AsiaNews) – La toponimia corre el riesgo de crear un serio incidente internacional entre Corea del Sur y Arabia Saudita. El gobierno de la capital coreana, en efecto, ha rebautizado una calle con el nombre de su contraparte iraní, y el Reino ha solicitado tener el mismo honor; esto parece, no obstante, algo muy difícil de obtener. No se trata tan sólo de escaramuzas diplomáticas: detrás de la cuestión hay acuerdos comerciales por decenas de millardos de dólares, y la posibilidad de perder el acceso al petróleo saudita.
El “baile” comenzó el 2 de mayo pasado, cuando la presidente surcoreana (la conservadora Park Geun-hye) firmó un paquete de contratos con el Irán de Hassan Rouhani por un valor de 45 millardos de dólares. Se trata del mayor compromiso comercial con el exterior en la historia moderna de Corea, y éste ha acarreado el entusiasmo de la comunidad industrial del coloso asiático. Entusiasmo que, no obstante, parece haberse enfriado: diversos analistas surcoreanos subrayan, empero, que las sanciones de la comunidad internacional contra Teherán “siguen aún vigentes de manera sustancial”, y esto arriesga convertir en humo un giro económico que era de destacar.
Para complicar aún más la cuestión está Arabia Saudita, “archi-enemiga” del ayatolá, y desde hace tiempo, proveedor de petróleo de Seúl. La compañía petrolera saudita “Aramco” ha propuesto a la subsidiaria coreana S-Oil que haga de intermediaria en su pedido al gobierno de una “Riad Street” en la capital, luego de haberse inaugurado una “Teherán Street”. Para demostrar que hay buena voluntad de su parte, agregó que “podría pensarse” en una “Seúl Street” en su capital, Riad.
Los funcionarios del distrito de Mapo, en Seúl, declararon públicamente que “no aprecian” la idea de tener una calle que lleve el nombre “de un régimen represor”. Estas declaraciones han empujado al embajador saudita en Corea a presentar su desaprobación. Y hoy, con la llegada del príncipe saudita Al-Waleed bin Talal a la península, se teme que la situación pueda agravarse. El diario Chosun Ilbo, de matriz conservadora, comenta al respecto: “Está por verse si el príncipe habrá de presionar sobre una cuestión que es esencialmente trivial”.
Yu Dal-seung, docente en el Departamento de persa en la Universidad de Hankuk, hace sonar la alarma: “Debemos manejar con mucha atención nuestra diplomacia en Medio Oriente, evitando cualquier situación que pueda empujarnos a quedar en medio del conflicto entre Irán y Arabia Saudita. Y recordar siempre que, de querer aprovecharse, los sauditas podrían excluir a los coreanos de su mercado petrolero”.
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