El Vaticano pide a gobiernos y obispos que presten mayor atención a quien trabaja en el mar
Mensaje del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes por el Domingo del Mar 2016, que se celebrará el próximo domingo 10 de julio, para "recordar, a todas las comunidades cristianas y a todos y cada uno de los cristianos, lo importante y esencial que es la profesión de marinero y el sector del transporte marítimo para nuestra vida diaria".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Las dificultades de la vida de los que trabajan en el mar, lo esencial de la industria marítima para la vida cotidiana de todos y un llamamiento a los obispos, en particular las diócesis marítimas, a fin de establecer y apoyar el apostolado marítimo son los puntos centrales del mensaje publicado hoy por el Consejo Pontificio para los emigrantes e itinerantes para el Domingo del mar 2016, que se celebrará el próximo domingo 10 de julio.
El documento subraya que "casi 1.200.000 marineros provenientes de todo el mundo (la mayoría provenientes de los países en vías de desarrollo) a bordo de los 50.000 buques mercantes transportan casi el 90% de mercancías de todo tipo. La fuerza despiadada del mar y del océano expone a los buques a riesgos considerables, pero son los marineros los que "arriesgan la vida" bajo múltiples aspectos. Su integridad física está amenazada porque no sólo les afectan los peligros de las fuerzas de la naturaleza sino también la piratería y los atracos a mano armada. El hecho de pasar de un país a otro, de cambiar y tener que adaptarse constantemente a nuevas situaciones sigue representando una amenaza importante para la seguridad de la tripulación. Su bienestar psicológico se ve amenazado cuando después de días y semanas en el mar se les niega el derecho a bajar a tierra firme y de abandonar el barco. La vida familiar de los marineros está en peligro porque sus contratos les obligan a estar lejos de su familia y seres queridos durante meses e incluso durante varios años seguidos. Sus hijos crecen sin una figura paterna al lado y todas las responsabilidades familiares caen sobre los hombros de la madre".
En dicho contexto, el Consejo Pontificio se dirige "a los gobiernos y autoridades marítimas competentes para reforzar la aplicación del Convenio de la OIT sobre el Trabajo Marítimo (MLC 2006), especialmente la regla 4.4, cuyo propósito es “asegurar que la gente de mar empleada a bordo de buques tenga acceso a instalaciones y servicios en tierra que protejan su salud y su bienestar”.
“Por último, con ocasión de la celebración anual de este Domingo del Mar nos gustaría recordar a todas las comunidades cristianas y a todos y cada uno de los cristianos lo importante y esencial que es la profesión de marinero y el sector del transporte marítimo para nuestra vida diaria. Nos gustaría hacer un llamamiento a los obispos, especialmente a aquellos de las diócesis marítimas para establecer y apoyar al Apostolado del Mar como "un signo visible de su afecto y atención hacia aquellos que no pueden recibir atención pastoral ordinaria"”.