El Patriarcado de Moscú está a favor de postergar el Concilio de Creta

de Marta Allevato

El Sínodo de la Iglesia rusa decide no participar a la cita pan-ortodoxa, que debería iniciarse esta semana. Ahora se espera la respuesta del Fanar. Según algunos comentaristas, las rivalidades entre Bartolomé I y Kirill son el nudo principal: para los rusos, Constantinopla mira a una hegemonía en el mundo ortodoxo y sostendría los pedidos de crear una Iglesia ucraniana independiente del Patriarcado de Moscú.

Moscú (AsiaNews)- El Patriarcado de Moscú comunicó su rechazo oficial a participar al Concilio pan-ortodoxo que debería iniciarse del 16 al 26 de junio en Creta, después de más de mil años. Al finalizar una reunión extraordinaria del Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa, el 13 de junio, el jefe del Departamento para las relaciones eclesiásticas exteriores el metropolita Hilarión (Alfeyev), insistió sobre la necesidad de postergar el esperado encuentro, a causa de las defecciones ya anunciadas de algunas Iglesias locales: la búlgara, la georgiana, la serbia y la de Antioquía.

Todas piden enmendar antes algunos de los documentos que los representantes de las catorce Iglesias ortodoxas auto-céfalas deberían promulgar y luego convocar un nuevo Concilio; pedido al cual se opone el Patriarcado de Constantinopla responsable de la organización del evento.

“Todas las Iglesias deberían participar al Concilio pan-ortodoxo y sólo en aquel caso las decisiones del Concilio serán legítimas”, declaró Hilarión, citado por las agencias rusas. Pero, el ministro de Exteriores del patriarcado de Moscú subrayó que “la situación no es catastrófica, es una situación regular”. “Debemos sacar enseñanza de esto y entender que las voces de las Iglesias no pueden ser ignoradas”, agregó.

En el comunicado publicado por el Patriarcado ruso, después de la reunión de su Sínodo, se pide sostener la posición de las cuatro Iglesias que han propuesto postergar el Concilio y realizar antes un debate general con el consentimiento de los jefes de todas las comunidades. La propuesta es la de “continuar la preparación del Santo y Gran Concilio, que debe ser un gran testimonio de la unidad de la Santa Iglesia”, intensificando el trabajo del secretariado pan-ortodoxo para estudiar soluciones sobre los documentos cuestionados.

“Nuestra decisión de postergar el Concilio fue referida a los jefes de las Iglesias ortodoxas, esperamos ahora la respuesta del patriarca de Constantinopla”, declaró a la Tv Rossia24 el vocero del patriarcado de Moscú, Vladimir Legoida. Bartolomé I se había ya declarado contrario a postergar el Concilio, también porque “ningún marco institucional permite la revisión del proceso sinodal ya en curso”.

“No está claro el motivo por el cual todas las dificultades ligadas a la convocación del Concilio se manifestaron abiertamente tan tarde y por qué las posiciones de la Iglesias locales, que al final rechazaron participar, las declararon justamente ahora, poco antes de la apertura del Concilio”, escribió Vladislav Petrushko, profesor de teología, en su intervención en el portal de información ortodoxa Pravmir.ru. A su parecer, hay errores en la preparación misma del encuentro en Creta, porque no fueron declaradas en modo abierto y enfrentados en modo adecuado las fricciones entre las comunidades y sus malhumores. “La pérdida de reputación del mundo ortodoxo en general, de cuánto sucedió en muy grande-escribió Petrushko- en vez de demostrar nuestra unidad, se vino a crear un cuadro de desacuerdo y de enemistades entre las Iglesias”.

Según muchos comentaristas, la cuestión principal que está obstaculizando el Concilio es la famosa rivalidad entre el patriarcado de Moscú, más numeroso y económicamente relevante y el de Constantinopla, con su rol histórico de “primus inter pares” y que a los ojos de Rusia está sosteniendo el pedido de una Iglesia ucraniana independiente de Moscú.

“Desde el Fanar-continuó Petrushko- llegaron declaraciones sobre el hecho que más allá de quien participará o menos al Concilio, sus decisiones serán vinculantes para todo el mundo ortodoxo. El Patriarcado de Constantinopla está evidentemente ultrapasando el límite aceptable en las relaciones con las otras Iglesias y más allá inicia el “papismo oriental”. Según él, “es necesario poner un límite” a esto y la participación de la delegación rusa a Creta era muy importante en esta óptica de moderación de las miras de “confirmación de una anómala hegemonía” por parte del patriarcado ecuménico.