El Papa reza por las víctimas de la estampida en Seúl
Recordó en el Ángelus a los jóvenes que murieron durante la estampida que se produjo anoche en la capital coreana, así como a las víctimas de la violencia terrorista en Mogadiscio. Entre los 153 muertos registrados hasta ahora en Seúl hay ciudadanos de otros países, como China, Irán, Rusia y Estados Unidos. Antes de la oración, Francisco comentó el pasaje del encuentro entre Jesús y Zaqueo y dijo: "Sólo es lícito mirar a una persona desde arriba hacia abajo para ayudarla a levantarse".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Y pidamos también al Señor Resucitado por todos los que murieron anoche en Seúl —la mayoría jóvenes— debido a las trágicas consecuencias de una repentina estampida de la multitud”. Con estas palabras el Papa Francisco ha querido expresar de inmediato en el Ángelus de hoy su cercanía a Corea del Sur, que se encuentra en estado de shock por la tragedia que ocurrió anoche durante los festejos de de Halloween en el barrio de Itaweon, el más frecuentado por los jóvenes. Al terminar el Ángelus, que rezó como de costumbre junto con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, Francisco relacionó estas muertes con las víctimas de la violencia terrorista en Mogadiscio, en un atentado que dejó un saldo de más de un centenar de muertos, entre ellos muchos niños. “Que Dios convierta los corazones de los violentos”, oró.
Mientras tanto, en Seúl el número de víctimas ascendió a 153 muertos confirmados, pero entre las decenas de heridos hay 19 en estado grave. La gran mayoría de ellas son jóvenes de entre 20 y 30 años que se habían concentrado en los clubes de esta zona de la capital coreana. Entre las víctimas también hay ciudadanos extranjeros, según los informes de la policía coreana provenientes de China, Irán, Rusia, Estados Unidos, Francia, Australia, Vietnam, Uzbekistán, Noruega, Kazajistán, Sri Lanka, Tailandia y Austria.
Antes de la oración central, el Papa Francisco había comentado el pasaje del encuentro de Jesús con Zaqueo que hoy propone la liturgia. “La mirada de Dios -observó el Papa Francisco, refiriéndose a la 'bajeza interior' de una persona que recaudaba impuestos en nombre de los romanos- no se detiene nunca en nuestro pasado lleno de errores, sino que ve con infinita confianza lo que podemos llegar a ser. Y si a veces nos sentimos personas de baja estatura, que no están a la altura de los desafíos de la vida y, menos aún, de los del Evangelio, empantanadas en los problemas y en los pecados, Jesús nos mira siempre con amor: como con Zaqueo, viene a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre y, si lo acogemos, viene a nuestra casa”.
Por eso invitó a preguntarse: "¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿Nos sentimos inadecuados y nos resignamos, o precisamente cuando nos sentimos desanimados buscamos a Jesús? Y después, ¿cómo miramos a quienes se han equivocado y tienen dificultad para levantarse del polvo de sus errores? ¿Es una mirada desde lo alto que juzga, desprecia, que excluye?”.
“Recordemos – concluyó el Papa – que sólo es lícito mirar a una persona desde arriba hacia abajo para ayudarla a levantarse; nada más. Los cristianos debemos tener la mirada de Cristo, que abraza desde abajo, que busca al que está perdido, con compasión. Esta es, y debe ser siempre, la mirada de la Iglesia: que es la mirada de Cristo".
17/12/2016 13:14
28/08/2016 13:40