El Papa recibe a Erdogan: Tema: Jerusalén, pero también sobre los prófugos, los derechos humanos y las condiciones de los católicos
El presidente turco tiene un coloquio con Francisco: la situación en Oriente Medio y la necesidad de “promover la paz y la estabilidad en la Región a través del diálogo y el negociado, en el respeto de los derechos humanos y de la legalidad internacional”. Más allá del clima cordial y de las buenas relaciones existentes en el plano diplomático, no se puede afirmar que en Turquía se pueda hablar de plena libertad religiosa.”
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Oriente Medio y en particular Jerusalén, pero también los prófugos, los derechos humanos y la situación de los católicos en Turquía en los coloquios que el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan tuvo esta mañana en el Vaticano, donde fue recibido primero por el Papa Francisco y luego por el secretario de Estado, Pietro Parolin, acompañado por Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las relaciones con los Estados.
Un comunicado difundido por el vaticano afirma que “en el curso de los cordiales coloquios fueron evocadas las relaciones bilaterales entre la Santa Sede y Turquía y se habló de la situación del país, de la condición de la Comunidad católica, del compromiso de acogida de los numerosos prófugos y de los desafíos a este relacionado. Luego se detuvieron sobre la situación en Oriente Medio, con particular referencia al Estatuto de Jerusalén, evidenciando la necesidad de promover la paz y la estabilidad en la Región a través del diálogo y el negociado, en el respeto de los derechos humanos y de la legalidad internacional”.
El encuentro con el Papa duró unos 50 minutos, presentes sólo los intérpretes. “Os agradezco por vuestro interés”, dijo Erdogan a Francisco, según cuanto referido por los periodistas presentes. El Papa a su vez agradeció por la visita.
Erdogan estaba acompañado por una delegación.
En la delegación turca que acompañaba al presidente Erdogan al Vaticano- llegado con un cortejo de una treintena entre autos y combis-había unas 20 personas, que entraron después del coloquio privado. Entre ellas también la esposa y la hija del presidente y cinco ministros. Eran seis las mujeres en total (de las cuales 4 llevaban el velo).
En el momento de los intercambios de los dones, Francisco donó a Erdogan un medallón con una representación de un ángel y explicó. “Este en un ángel de la paz que estrangula al demonio de la guerra. Es símbolo de un mundo basado sobre la paz y la justicia”. El Papa ofreció también a Erdogan un aguafuerte con un dibujo de la basílica de S. Pedro así como era en 1600, una copia de la encíclica “Laudato si” y el mensaje para la Jornada mundial de la paz de este año.
Erdogan donó al Papa un gran cuadro de cerámica con el panorama de Estambul y un cofrecito de libros del teólogo musulmán Mevlana Rumi.
La visita de Erdogan al Papa Francisco es la primera visita de un jefe de Estado de Ankara al vaticano desde hace 59 años. El último fue Celal Bayar, que fue recibido por Juan XXIII, que fue nuncio en Turquía entre 1934 y 1943.
Más allá del clima cordial y de las buenas relaciones existentes en el plano diplomático, no se puede afirmar que en Turquía se pueda hablar de plena libertad religiosa, no obstante la Constitución deseada por Ataturk afirmase la substancial laicidad del Estado. Más allá de los episodios de intolerancia también violenta-culminados con el asesinato del p. Andrea Santoro y de Mons. Luigi Padovese en 2010-no son raros los episodios, si bien afortunadamente no cruentos.
Por otro lado, en el país, las Iglesias no tiene personalidad jurídica, lo cual impide, por otro lado que ellas posean edificios religiosos. Obstáculo a veces superados con la creación de falsas fundaciones pero que recaen en el derecho civil ordinario. Así, también hace pocas semanas, se confiscan propiedades religiosas, también históricas y antiquísimas.
Por otro lado, a las Iglesias cristianas, está prohibido tener visiblemente un crucifijo desde la calle. Por esto, normalmente, en la fachada o dentro de un patio. Es así hasta para la sede del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, máxima expresión de la ortodoxia. Y el patriarca, no le es reconocido ningún rol supranacional, debe ser ciudadano turco.