El Papa en el Vía Crucis: desarma la mano del hermano contra el hermano
La invocación de Francisco al final del rito del Viernes Santo en el Coliseo. Frente a la cruz, llevada conjuntamente por manos rusas y ucranianas, una oración silenciosa por la paz en lugar de la meditación criticada en Kiev. El limosnero Krajewski en nombre del pontífice arrodillado en el barro ante las fosas comunes de Borodianka.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Sólo silencio y oración. Así acompañó el Papa Francisco el gesto de Irina y Albina, las dos mujeres originarias de Ucrania y Rusia que, en pleno fragor de la guerra entre sus pueblos, han decidido llevar juntas la cruz en el Vía Crucis presidido por Francisco en el Coliseo. Tampoco se leyó la meditación que se había preparado para la XIII estación, que produjo descontento en Kiev: "Ante la muerte - se les dijo a los fieles que estaban en Roma y a los conectados en todo el mundo a través de la televisión - el silencio es más elocuente que las palabras: permanezcamos, pues, en un silencio orante y cada uno en su corazón rece por la paz en el mundo”.
Una oración que hizo el mismo pontífice al final del Vía Crucis acompañado por meditaciones, que dieron voz a las numerosas cruces que marcan las diferentes etapas y experiencias de vida de las familias. “Padre misericordioso que haces salir el sol sobre buenos y malos – dijo Francisco – no abandones la obra de tus manos, por la que no dudaste en entregar a tu Hijo único [...] Tómanos de la mano, como un Padre, para que no nos alejemos de Ti. Convierte nuestros corazones rebeldes a tu corazón, para que aprendamos a seguir proyectos de paz; haz que los adversarios se den la mano, para que gusten del perdón recíproco; desarma la mano levantada del hermano contra el hermano, para que donde hay odio florezca la concordia. Haz que no nos comportemos como enemigos de la cruz de Cristo, para que participemos de la gloria de su resurrección”.
Por la tarde el limosnero del Papa, el cardenal Konrad Krajewski, se hizo presente personalmente en nombre del pontífice en medio del lodo de Borodianka, al norte de Kiev, donde "se acercó a rezar ante las fosas y los cuerpos encontrados, como en un Vía Crucis". "En este momento estamos regresando - dijo Krajewski en un mensaje difundido por la oficina de prensa del Vaticano - de estos lugares difíciles para cualquier persona del mundo, donde hemos encontrado más muertos en una tumba de al menos 80 personas, enterradas sin nombre ni apellido. No hay lágrimas, no hay palabras. Gracias a Dios que tenemos fe y que estamos en Viernes Santo, cuando podemos unirnos a la persona de Jesús y subir con Él a la Cruz. Porque yo sé que habrá un Domingo de Resurrección. Y tal vez Él nos explicará todo con Su amor y cambiará todo dentro de nosotros, esta amargura y este sufrimiento que cargamos desde hace días”.
20/04/2017 15:47