El Papa en el Ángelus sobre Oriente Medio: "Nadie amenaza la existencia de nadie"

Tras el ataque iraní a Israel, desde la Plaza de San Pedro hizo un llamamiento para evitar "un conflicto bélico aún mayor"; las naciones deben defender la paz por la vía de la negociación. Se invocó la solución de los dos Estados: "un deseo profundo y legítimo" de israelíes y palestinos. Sobre Gaza: "Hay que ayudar a esa población sumida en una catástrofe humanitaria".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Después de una noche de aprensión causada por el ataque a Israel por parte de Irán, amenazado en los últimos días - cerca de 300 misiles y aviones no tripulados dirigidos hacia el Estado judío en las últimas horas, el 99% interceptados -, el Papa Francisco esta mañana después del rezo del Regina Caeli lanzó un " sentido pedido" para poner fin a cualquier acción destinada a fomentar una "espiral de violencia" que arrastraría a Oriente Medio a "un conflicto bélico aún mayor". El Santo Padre hizo saber que sigue "en oración, y con preocupación, incluso dolor" las noticias sobre la escalada de tensiones en la región. "Nadie debe amenazar la existencia de los demás", dijo desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano.

"Todas las naciones deberían, en cambio, ponerse del lado de la paz". Es la petición del Pontífice, que intercepta los encuentros entre líderes mundiales que tienen lugar en estas horas: el G7 se reunirá por videoconferencia a primera hora de la tarde, convocado por la presidenta Giorgia Meloni. La petición es ayudar a "israelíes y palestinos a vivir en dos Estados, uno al lado del otro, en seguridad". Una solución apoyada por la Iglesia en numerosas ocasiones en los últimos meses. "Es su deseo profundo y legítimo. Y es su derecho. Dos Estados vecinos", dijo el Papa Francisco antes de pedir que se garantice también el alto el fuego en la Franja de Gaza. El camino a seguir en este delicado momento de tensiones internacionales es el del diálogo. "Que se sigan los caminos de la negociación", dijo Bergoglio. "Negociación", puntuó por segunda vez. A continuación, dirigió un nuevo pensamiento de cercanía al sufrido pueblo palestino. "Con determinación se debe ayudar a esa población sumida en una catástrofe humanitaria. Que se libere inmediatamente a los rehenes secuestrados hace meses. Cuánto sufrimiento!", prosiguió. Las palabras que siguieron inmediatamente fueron secundadas por un largo aplauso que se elevó desde una soleada plaza de San Pedro. "Recemos por la paz. No más guerras. No más atentados. No más violencia. Sí al diálogo y sí a la paz".

En su discurso tras el rezo de la oración dedicada a María, el obispo de Roma saludó con afecto a los niños y niñas presentes en San Pedro para conmemorar la primera Jornada Mundial de la Infancia, que se celebrará en el Vaticano los próximos 25 y 26 de mayo. "Invito a todos a acompañar con la oración el camino hacia este acontecimiento -dijo Francisco- y doy las gracias a quienes trabajan para prepararlo". Dirigiéndose después a los pequeños protagonistas del esperado acontecimiento, añadió: " Los espero, a todos ustedes. Necesitamos su alegría, su deseo de un mundo mejor, un mundo en paz". También aquí dedicó un pensamiento al sufrimiento que cunde en el mundo, del que las primeras víctimas son a menudo los más pequeños. "Recemos, hermanos y hermanas, por los niños que sufren a causa de las guerras", pidió el Santo Padre. Son muchos en Ucrania, en Palestina, en Israel, en otras partes del mundo, en Myanmar. Recemos por ellos y por la paz".

El Pontífice dirigió también un saludo a la Università Cattolica del Sacro Cuore, que celebra hoy su centenario en Italia, con el tema "Demanda de futuro. Los jóvenes entre el desencanto y el deseo". "Animo a esta gran universidad a continuar su importante servicio formativo en fidelidad a su misión, y atenta a las instancias juveniles y sociales de hoy", dijo el Papa Francisco.

Antes del rezo del Regina Caeli, el Santo Padre comentó el Evangelio del día (Lc 24, 35-48), que narra el encuentro entre los discípulos reunidos en el Cenáculo y Jesús, que tuvo lugar después de que los dos de Emaús le reconocieran al partir el pan. Una experiencia que estaban compartiendo con los demás apóstoles en aquel mismo momento de reencuentro. "Jesús llega justo cuando ellos están compartiendo el relato de su encuentro con Él", explicó el Papa Francisco, abundando en sus siguientes palabras sobre el significado y el valor de "compartir la fe en Jesús resucitado" y, por tanto, "nuestro encuentro con Jesús." Un tema del que es difícil hablar, argumentó Bergoglio. Es importante compartir la historia de este momento porque "es bueno hablar de las buenas inspiraciones que nos han orientado en la vida, de los buenos pensamientos y sentimientos que tanto nos ayudan a avanzar -añadió-, también de los esfuerzos y trabajos que hacemos para comprender y progresar en el camino de la fe". La petición que ha hecho esta mañana a quienes le escuchan, en Roma o en conexión, es "recordar un momento fuerte de nuestra vida de fe, un encuentro decisivo con Jesús". Para ello, el Papa Francisco ha pedido un momento de silencio, para pensar. Por último, invocó a la Virgen para que "nos ayude a compartir nuestra fe, a hacer de nuestras comunidades lugares cada vez más de encuentro con el Señor".