El Papa en Yakarta: 'Defiendan la unidad en la diversidad, promoviendo la justicia'

En el discurso ante las autoridades del país y el cuerpo diplomático, Francisco se refirió a la Constitución de Indonesia contraria al extremismo y la intolerancia que hoy se traduce en conflictos sangrientos en todo el mundo. Exhortó a pedir la bendición de Dios "para no depender sólo de nuestras propias fuerzas". El encuentro con el presidente Joko Widodo y la felicitación a su sucesor Prabowo Subianto.

Yakarta (AsiaNews)- Indonesia es un gran ejemplo de "unidad en la diversidad". Pero se trata de un equilibrio que "debe ser defendido continuamente contra cualquier desajuste". Y la Iglesia quiere hacer su aporte con el diálogo interreligioso, especialmente en este tiempo en el que tantos conflictos violentos en el mundo "son el resultado de la falta de respeto mutuo, del deseo intolerante de hacer prevalecer a toda costa los propios intereses, la propia posición o la propia visión parcial de la historia, aunque eso suponga un sufrimiento interminable para comunidades enteras y dé lugar a guerras verdaderamente sangrientas".

Este es el mensaje que desde Yakarta - el país musulmán más poblado - el Papa Francisco dirigió a Indonesia y al mundo entero en el primer discurso de su largo viaje apostólico por el Sudeste Asiático y Oceanía. La jornada del pontífice comenzó con la bienvenida, en el palacio presidencial, del presidente saliente Joko Widodo, con quien mantuvo una conversación privada. “Inmerso en la belleza de esta tierra, lugar de encuentro y diálogo entre diferentes culturas y religiones - escribió el pontífice cuando firmó el Libro de Visitas - expreso mi esperanza de que el pueblo indonesio crezca en la fe, la fraternidad y la compasión. ¡Dios bendiga a Indonesia!”.

A continuación, Francisco se dirigió a la parte más antigua del complejo Istana Negara, donde pronunció su discurso ante las autoridades, representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático, y saludó también al actual ministro de Defensa, Prabowo Subianto, quien ya fue elegido en febrero como sucesor de Joko Widodo y asumirá la presidencia el 20 de octubre. Se dirigió a él, presente en primera fila durante el encuentro, y le expresó sus mejores deseos de "un trabajo fructífero al servicio de Indonesia".

“Al igual que el océano es el elemento natural que une todas las islas indonesias, así el respeto mutuo de las particularidades culturales, étnicas, lingüísticas y religiosas específicas de todos los grupos humanos que componen Indonesia es el tejido conectivo indispensable que une y enorgullece al pueblo indonesio".

Esa armonía se logra cuando cada opinión particular tiene en cuenta las necesidades que son comunes y cuando cada etnia y confesión religiosa actúa con espíritu de fraternidad". Pero es una actitud que no nace por sí sola, es una tarea. Es un trabajo artesanal que corresponde a todos, pero de manera especial a la tarea que realiza la política - añadió - cuando se propone como objetivo la armonía, la equidad, el respeto a los derechos fundamentales del ser humano, el desarrollo sostenible, la solidaridad y la consecución de la paz, tanto en el seno de la sociedad como en la relación con los demás pueblos y naciones”. Y es sobre todo un trabajo que requiere aunar fuerzas “para vencer los desequilibrios y bolsones de miseria que todavía persisten en algunas zonas”.

En este sentido, la Iglesia católica también se pone en Indonesia al servicio del bien común y se propone recorrer con cada vez mayor convicción el camino del diálogo interreligioso "para eliminar los prejuicios y fomentar un clima de respeto y de confianza mutua que es imprescindible para afrontar los desafíos comunes, entre ellos luchar contra el extremismo y la intolerancia, que - tergiversando la religión - intentan imponerse sirviéndose del engaño y la violencia".

Francisco reiteró su no a cualquier forma de proselitismo y elogió el hecho de que en Indonesia la Constitución de 1945 en su Preámbulo se refiere dos veces en unas pocas líneas “a Dios todopoderoso y la necesidad de que su bendición descienda sobre el Estado naciente”. “En otros contextos – comentó – las personas consideran que pueden o deben prescindir de la búsqueda de la bendición de Dios, juzgándola superflua para el ser humano y para la sociedad civil, se piensa que estos deberían promoverse con sus propias fuerzas, sin embargo, al hacerlo se encuentran a menudo con la frustración y el fracaso. Y a la inversa, hay casos en los que la fe en Dios se coloca continuamente en primer plano, pero a menudo, lamentablemente, para ser manipulada y servir no para construir la paz, la comunión, el diálogo, el respeto, la colaboración y la fraternidad, para construir el país, sino para fomentar las divisiones y el odio".

En cuanto a la "justicia social", que el mismo Preámbulo de la Constitución indonesia invoca como fundamento del orden internacional, el Papa Francisco denunció las numerosas situaciones en las que "una parte considerable de la humanidad queda relegada al margen, desprovista de los medios adecuados para una existencia digna y sin defensas para afrontar los graves y crecientes desequilibrios sociales causantes de graves conflictos". Pero también condenó la "legislación de muerte", que pretende solucionar el problema limitando los nacimientos. “En vuestro país, en cambio, hay familias de tres, cuatro y hasta cinco hijos - comentó -. Y esto se puede ver en el promedio de edad del país. Sigan así. Es un ejemplo para todas las naciones".

A lo largo de todo su discurso Francisco exhortó a Indonesia a permanecer fiel a sus "principios inspiradores". “Espero que todos, en su quehacer cotidiano, sepan inspirarse en estos principios y hacerlos efectivos en el desempeño ordinario de sus respectivas funciones, porque la paz es fruto de la justicia – advirtió -. La concordia, en efecto, se alcanza cuando cada uno se compromete, no sólo en función de sus propios intereses y de su propia visión, sino con vistas al bien de todos, para construir puentes, para favorecer los acuerdos y crear sinergias, para aunar esfuerzos y derrotar toda forma de miseria moral, económica y social, y para promover la paz y la concordia. Queridos hermanos y hermanas, continúen por este camino, que es bueno y acertado. Que Dios bendiga a Indonesia con la paz, para un futuro lleno de esperanza".