El Papa en Irlanda: las familias, ‘esperanza de la Iglesia y del mundo’
En el Festival de las Familias, el Papa Francisco afirmó que éstas se fundan en el amor de Cristo “que renueva todas las cosas y es eso lo que vuelve posible el matrimonio y un amor conyugal que se distingue por la fidelidad, la indisolubilidad, la unidad y la apertura a la vida”. En la nunciatura, el encuentro con ocho irlandeses que son sobrevivientes de abusos perpetrados por el clero, por religiosos o de abusos institucionales.
Dublín (AsiaNews) – Las familias son “la esperanza de la Iglesia y del mundo”. Fundadas en el amor de Cristo “que renueva todas las cosas -es eso lo que vuelve posible el matrimonio y un amor conyugal que se distingue por la fidelidad, la indisolubilidad, la unidad y la apertura a la vida-”, en cada sociedad ellas “generan paz, porque enseñan el amor, la acogida y el perdón, los mejores antídotos contra el odio, el prejuicio y la venganza, que envenenan la vida de las personas y comunidades”.
El Festival de las Familias congregó a casi 100.000 personas en el Croke Park Stadium de Dublín. Una fiesta donde estuvieron presentes las danzas típicas irlandesas, los cantos y los testimonios de 5 familias provenientes de la India, de Canadá, de Irak, de Irlanda y de Burkina Faso.
Una multitud alegre y bulliciosa en medio de la cual Francisco paseó durante un largo rato al llegar del Centro de acogida de los Capuchinos, y tras haberse reunido en la nunciatura con ocho irlandeses que son sobrevivientes de los abusos perpetrador por el clero, por religiosos y por personal institucional. Según informó el director de la Oficina de prensa vaticana Greg Burke, la reunión duró una hora y media.
Francisco no mencionó el encuentro y dijo a las 100.000 personas reunidas en el estadio que “Dios desea que cada familia sea un faro que irradia la alegría de su amor en el mundo. ¿Qué significa eso? Significa que nosotros, luego de haber encontrado el amor de Dios que salva, intentamos, ya sea con palabras o sin ellas, manifestarlo a través de pequeños gestos de bondad en la rutina cotidiana y en los momentos más simples de la jornada. Esto quiere decir santidad”
“La Iglesia es la familia de los hijos de Dios –agregó-. Una familia en la cual uno se alegra con los que están alegres, y llora con aquellos que están doloridos y sienten como si la vida los hubiese arrojados al suelo. Una familia en la cual se presta atención a cada uno, porque Dios, nuestro Padre nos ha hecho a todos hijos suyos en el Bautismo. Es por eso que continúo alentando a los padres a que hagan bautizar a los hijos apenas sea posible”.
“El matrimonio cristiano y la vida familiar son comrpendidos en toda su belleza y atractivo si están anclados al amor de Dios, que nos ha creado a su imagen, para que nosotros pudiésemos darle gloria como íconos de su amor y de su santidad en el mundo. Papás y mamás, abuelos y abuelas, hijos y nietos: todos están llamados a encontrar en la familia, el cumplimiento del amor. La gracia de Dios ayuda cada día a vivir con un solo corazón y una sola alma. ¡Incluso las suegras y las nueras, eh! Nadie dice que sea fácil”.
Francisco luego comentó los testimonios compartidos en el encuentro. Tomando como punto de partida a Nisha y Ted, de la India, él dijo: “ustedes también nos han ayudado a entender que los medios sociales no son necesariamente un problema para las familias, sino que pueden contribuir a construir una ‘red’ de amistad, de solidaridad y de sostén mutuo. Las familias pueden conectarse a través de Internet y obtener un beneficio de ello. Los medios pueden ser beneficiosos si se usan con moderación y prudencia. Por ejemplo, ustedes, que están participando en este Encuentro Mundial de las Familias, forman una ‘red’ espiritual, una trama de amistad; y los medios, las redes sociales pueden ayudarlos a mantener este lazo y a extenderlo para abarcar a otras familias en muchas partes del mundo. Sin embargo, es importante que estos medios jamás se vuelvan una amenaza a la verdadera red de relaciones de carne y hueso, aprisionándonos en una realidad virtual y aislándonos de las relaciones auténticas que nos estimulan a dar lo mejor de nosotros mismos, en comunión con los demás. Quizás, la historia de Ted y Nisha puede ayudar a todas las familias a cuestionarse sobre la necesidad de reducir el tiempo que pasan en estos dispositivos tecnológicos, y pasar más tiempo de calidad entre ellos y con Dios”.
Al comentar luego el caso de Aldo y Marissa, una pareja de esposos ítalo-canadienses de más de cincuenta años, definió el matrimonio de ellos como “¡un monumentos al amor y a la fidelidad!”. Una sociedad que no valora a los abuelos –agregó- es una sociedad sin futuro. Una Iglesia que no se preocupa por la alianza entre las generaciones, terminará careciendo de aquello que cuenta de verdad, el amor. Nuestros abuelos nos enseñan el significado del amor conyugal y parental. Ellos mismos han crecido en una familia y han vivido el afecto de hijos e hijas, de hermanos y hermanas. Por eso, constituyen un tesoro de experiencia y de sabiduría para las nuevas generaciones. Es una gran error no preguntar a los ancianos por sus experiencias, o pensar que hablar con ellos sea una pérdida de tiempo”.”.
“Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo –dijo, por último- ha creado a la humanidad a su imagen, para hacerla partícipe de su amor, para que fuese una familia de familias y gozase de aquella paz que sólo Él puede dar. Con el testimonio del Evangelio que ustedes brindan, pueden ayudar a Dios a realizar su sueño. Pueden contribuir a hacer que se acerquen todos los hijos de Dios, para que crezcan en la unidad, y aprendan qué significa para el mundo entero vivir en paz, como una gran familia”.
26/08/2018 13:09
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