El Papa a los nuevos cardenales: 'Sinfonía de voces diferentes, pero para tocar juntos'

Francisco presidió la celebración de su noveno Consistorio en el que creó 21 nuevos cardenales. Desde Asia, monseñor Stephen Chow, obispo de Hong Kong, el malasio Sebastian Francis, obispo de Penang, y el patriarca Pierbattista Pizzaballa, de Jerusalén. Esta noche tendrá lugar una vigilia ecuménica con jóvenes y líderes de otras religiones de cara al Sínodo que se inaugura el 4 de octubre.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Los cardenales como una orquesta sinfónica que "vive de la hábil composición de los timbres de los diferentes instrumentos: cada uno da su contribución, a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el conjunto". Esta es la imagen que el Papa Francisco transmitió esta mañana, en el atrio de la Basílica de San Pedro, en su discurso a los 21 nuevos cardenales creados en su noveno consistorio. Prelados procedentes de todo el mundo, entre ellos tres expresiones de las Iglesias de Asia: monseñor Stephen Chow, obispo de Hong Kong, monseñor Sebastian Francis, obispo de Penang, en Malasia, y el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa. A cada uno de ellos -al imponerles el birrete cardenalicio- les asignó también el título de una iglesia de Roma, signo de la estrecha colaboración con el ministerio del Papa. Al arzobispo Chow el de San Juan Bautista de La Salle, al arzobispo Francisco el de Santa María Causa Nostræ Lætitiæ y al patriarca Pizzaballa el de San Onofrio. Con el Consistorio de hoy, el número de cardenales en Asia asciende a 34, de los cuales 24 son electores (de 137) y 10 tienen más de 80 años y ya no tendrían derecho a entrar en cónclave.

En la celebración -que tuvo lugar significativamente en vísperas de la apertura del Sínodo, prevista para el 4 de octubre- Francisco invitó a los nuevos cardenales a identificarse con los "Partos, Medos, Elamitas...", expresión de todos los pueblos mencionados en el relato de Pentecostés en los Hechos de los Apóstoles. Francisco les instó a "redescubrir con asombro el don de haber recibido el Evangelio en nuestras propias lenguas", "a recordar con gratitud el don de haber sido evangelizados y de haber sido atraídos por pueblos que, cada uno en su tiempo, recibieron el anuncio del misterio de la salvación". "Somos evangelizadores -les dijo el Papa- en la medida en que conservamos en el corazón la maravilla y la gratitud de haber sido evangelizados". Más aún -añadió-, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que pide ser renovado continuamente en la memoria y en la fe. Evangelizados evangelizadores, y no funcionarios".

Y en este movimiento, la Iglesia camina manteniendo la diversidad. "El Colegio Cardenalicio -dijo- está llamado a parecerse a una orquesta sinfónica, representando la sinfonicidad y la sinodalidad de la Iglesia. La diversidad es necesaria, es indispensable. Pero cada sonido debe contribuir al diseño común. Y para ello, la escucha mutua es fundamental: cada músico debe escuchar el de los demás. Y el director -añadió aludiendo al ministerio del sucesor de Pedro- "debe escuchar más que todos los demás, y al mismo tiempo su tarea es ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar al máximo la fidelidad creativa". Fidelidad a la obra que se interpreta, pero creativa, capaz de dar alma a esa partitura, de hacerla resonar en el aquí y ahora de una manera única'.

"Nos hace bien reflejarnos en la imagen de la orquesta -concluyó Francisco-, en la consoladora confianza de que tenemos al Espíritu Santo como maestro -Él es el protagonista-: el maestro interior de cada uno y el maestro del caminar juntos. Él crea la variedad y la unidad, Él es la armonía misma".

Y es precisamente al Espíritu Santo como único y verdadero protagonista de la vida de la Iglesia a quien mirará esta tarde la vigilia ecuménica "Juntos" deseada por el Papa Francisco como preparación a la apertura del Sínodo. Junto a él, para invocarlo en la plaza de San Pedro, estarán jóvenes de todo el mundo convocados por la comunidad de Taizé y numerosos líderes de otras confesiones cristianas: desde el Patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé hasta el arzobispo de Canterbury Justin Welby, desde el Patriarca sirio ortodoxo Efrén II hasta el Patriarca ortodoxo de Jerusalén Teófilo III.