04/09/2024, 18.41
INDONESIA
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El Papa a la Iglesia indonesia: 'Misioneros mano a mano'

Encuentro con los obispos, el clero y los agentes pastorales en la catedral de Yakarta: "Anunciar el Evangelio no significa imponer u oponer la propia fe a la de los demás". Llamó a su lado a una catequista y afirmó: "Ellos son los que llevan adelante a la Iglesia". "Lo que mantiene al mundo en marcha no son los cálculos interesados, sino la caridad que se entrega".

 

Yakarta (Indonesia) – “Los catequistas son los que llevan adelante a la Iglesia. Ellos son los que van al frente. Luego vienen las religiosas - inmediatamente después de los catequistas -; y después vienen los sacerdotes, el obispo... Pero los catequistas están 'al frente', son la fuerza de la Iglesia". Antes de comenzar su discurso de esta tarde a los obispos, sacerdotes y agentes pastorales de la Iglesia de Indonesia, en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción en Yakarta, el Papa Francisco llamó a su lado a Agnes, la catequista que le había dirigido uno de los saludos.

El pontífice quiso subrayar de manera particular la importancia de estas personas y de todo el pueblo de Dios cuando habló a los representantes de las 37 diócesis del país en el encuentro dedicado al camino de la Iglesia en este inmenso país. “Hay cardenales, hay obispos, hay sacerdotes, hay religiosas, hay laicos, hay niños - comentó Francisco - pero todos somos hermanos. No es más importante el Papa, el cardenal, el obispo... Todos somos hermanos. Cada uno tiene su tarea para ayudar a crecer al pueblo de Dios. ¿Comprenden?”.

“Fe, fraternidad y compasión” - las tres palabras que se han elegido como lema para esta visita apostólica a Indonesia - fueron el tema central del discurso del Papa, que añadió muchas frases improvisadas al texto preparado. Junto a él se encontraba el Card. Ignazio Suharyo, arzobispo de Yakarta, mientras que el presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo de Bandung, Mons. Antonio Subianto Bunjamin, le dirigió el saludo inicial y le agradeció también por la nueva diócesis de Labuan Bajo, recientemente creada.

De la fe habla la misma tierra indonesia. “Es un gran país - comentó - con enormes riquezas naturales, en flora, fauna, recursos energéticos y materias primas. Una riqueza tan grande podría convertirse fácilmente, si se considera en forma superficial, en motivo de orgullo y presunción, pero, si se la considera con la mente y el corazón abiertos, puede ser en cambio un recordatorio de Dios, de su presencia en el cosmos, de su vida y de nuestra vida, como nos enseña la Sagrada Escritura. En efecto, es el Señor el que regala todo esto".

En cuanto a la fraternidad, es un estilo de vida al que la Iglesia está llamada en primer lugar en la evangelización: "Anunciar el Evangelio no significa imponer u oponer la propia fe a la de los demás - explicó Francisco - no significa hacer proselitismo, significa dar y compartir la alegría del encuentro con Cristo, siempre con gran respeto y afecto fraterno hacia todos". Citando una expresión del padre Maxi, el sacerdote que habló en nombre de todos los sacerdotes diocesanos de Indonesia, la definió como una misión que se abre camino "mano a mano", una profecía de "comunión, en un mundo donde en cambio parece que está creciendo, cada vez más, la tendencia a dividirse, a imponerse y a provocarse unos a otros. ¿Y saben quién es la persona que provoca más divisiones en el mundo? – preguntó -. Es el diablo. ¡Tengan cuidado!".

Por último, la compasión. Hay personas que tienen miedo de esta palabra - recordó Francisco - "la consideran una debilidad, y en cambio elogian, como si fuera una virtud, la astucia del que se ocupa de sus propias cosas, manteniéndose a distancia de todos". Pero lo que mantiene al mundo en marcha no son los cálculos interesados, sino la caridad que se entrega". Compasión "también significa abrazar los sueños y deseos de redención y de justicia, cuidar de ellos. Y eso no significa ser 'comunista', significa caridad".

“Los aliento a continuar su misión, fuertes en la fe, abiertos a todos en la fraternidad y cercanos a cada uno en la compasión”, concluyó Francisco, y recomendó que acojan siempre a todos en las propias comunidades. “Me impresiona mucho esa parábola del Evangelio – añadió – ​​cuando los invitados a la boda no quieren asistir. ¿Qué hace el Señor? ¿Se amarga? No. Envía a sus sirvientes: 'Vayan a los cruces de los caminos e inviten a todos a la boda' a todos. Pienso también en todas las islas... Y el Señor le dice a la gente buena, a ustedes: 'Vengan todos, todos'. 'Pero, Señor, aquel...'. 'A todos, a todos, buenos y malos… Les doy la bendición, les agradezco por todo el bien que hacen todos los días en estas hermosas islas. Rezo por ustedes. Y por favor les pido que recen por mí".

 

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