El Papa Francisco a los genoveses, un año después del derrumbe del puente Morandi

En un Mensaje publicado hoy, el Pontífice expresa su cercanía a todos los afectados por la tragedia y confiesa que no tiene "respuestas preconcebidas". Pero enfatiza a la población que "no están solos". Confiar a Cristo "nuestras demandas, nuestro dolor, nuestra ira". Levantemos los ojos hacia Nuestra Señora de la Guardia. Reconstruir en solidaridad junto con la Iglesia de Génova.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "No te he olvidado" y "no están solos": estas son las declaraciones que vuelven aquí y allá, como un estribillo, en el Mensaje que el Papa Francisco dirigió hoy al pueblo de Génova, un año después del derrumbe del Puente Morandi, que causó la muerte de 43 personas. El Mensaje, publicado en el periódico genovés "Il Secolo XIX", fue difundido hoy por la Oficina de Prensa del Vaticano.

El Papa no ha olvidado la "herida infligida" a la ciudad, la tragedia de los muertos, la tragedia de los heridos y la vida angustiada de los que tuvieron que abandonar sus hogares y vivir como desplazados. Confiesa que no tiene "respuestas preconcebidas que darles, porque en ciertas situaciones nuestras pobres palabras humanas son inadecuadas". Pero quiere ofrecer un "mensaje que brota de mi corazón de padre y hermano": "No dejen que los acontecimientos de la vida rompan los lazos que tejen vuestra comunidad, borrando la memoria de lo que ha hecho que su historia sea tan importante y significativa”.

Para corroborar "las esperanzas de los genoveses", el Pontífice recuerda que "no están solos": "La respuesta de Dios a nuestro dolor ha sido una cercanía, una presencia que nos acompaña, que no nos deja solos. Jesús se hizo igual que nosotros y por eso lo tenemos a nuestro lado, para llorar con nosotros en los momentos más difíciles de nuestra vida. Mirémoslo a Él, confiémosle nuestras demandas, nuestro dolor, nuestra ira”.

"No estamos solos, tenemos una Madre que nos mira desde el Cielo, que nos cuida con amor y está cerca de nosotros. Invitó a los genoveses a levantar la mirada hacia "Nuestra Señora de la Guardia", el santuario mariano en las montañas que dominan la ciudad, donde en 1490 María se le apareció a un humilde campesino, pidiéndole que construyera una capilla”.

Es precisamente este hecho de construir en la esperanza lo que lleva al Papa a reiterar que "no están solos porque la comunidad cristiana, la Iglesia de Génova, está con ustedes y comparte sus sufrimientos y dificultades". E invita a los genoveses a redescubrir "la belleza de las relaciones humanas", "la solidaridad", "estar al lado de los más necesitados".

Y concluye: "Sé que incluso después de una gran tragedia que ha herido a sus familias y a su ciudad, han podido reaccionar, levantarse, mirar hacia adelante. No pierdan la esperanza, ¡no se la dejen robar!".

En la foto, un momento del funeral de las víctimas del derrumbe, presidido por el Card. Angelo Bagnasco (18 de agosto de 2018)