El Papa, Palestina e Israel: 'No a la guerra. Sí al diálogo
Desde el Vaticano, volvió a pedir por la paz en Oriente Medio. Tampoco olvidó a la "martirizada Ucrania" que "está sufriendo mucho". Envió sus mejores deseos a los hermanos y hermanas de las Iglesias ortodoxas que hoy celebran la Pascua, según el calendario juliano. "Que el Señor resucitado consuele a las comunidades que están siendo probadas".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Envío con mucho afecto mis mejores deseos a los hermanos y hermanas de las Iglesias ortodoxas y de algunas Iglesias católicas orientales que hoy, según el calendario juliano, celebran la Santa Pascua”. Así comenzó el Papa Francisco su discurso esta mañana desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano inmediatamente después de rezar el Regina Caeli. “Que el Señor resucitado llene de alegría y de paz a todas las comunidades y conforte a los que están en la prueba. ¡Felices Pascuas para ellos!”. Sus palabras fueron recibidas con aplausos por la multitud reunida en la plaza de San Pedro. Esta festividad se celebra seis semanas después de la Pascua católica, que sigue el calendario gregoriano.
No ha faltado un nuevo llamamiento a la paz. “Por favor, sigan rezando por la martirizada Ucrania que está sufriendo mucho”, dijo el Pontífice. También dirigió un pensamiento lleno de sufrimiento a Oriente Medio y pidió que se rezara por "Palestina e Israel, para que haya paz”, y sus palabras fueron recibidas con atronadores aplausos. “Para que el diálogo se fortalezca y dé buenos frutos. ¡No a la guerra! ¡Sí al diálogo!”, insistió. El Pontífice se había referido al principio a la población del Estado de Rio Grande do Sul, en Brasil, afectada por grandes inundaciones que han dejado cerca de 70 mil personas desplazadas. “Aseguro mis oraciones - afirmó -. Que el Señor acoja a los difuntos y consuele a sus familias y a quienes han tenido que abandonar sus hogares".
Antes de recitar el Regina Caeli, el Papa Francisco comentó el Evangelio del día (Jn 15,9-17), en el que Jesús dice a sus discípulos "Ustedes son mis amigos". E insiste: “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado”. El Pontífice explicó qué significa ser llamados "amigos" en vez de "sirvientes". Estos últimos, dijo, son "personas especiales" - entre los que se encuentran Moisés, el profeta Elías y la Virgen María - a quienes Dios confía importantes misiones. “Pero todo eso, según Jesús, no es suficiente para decir quiénes somos para Él", afirmó Bergoglio. En efecto, "hace falta algo más grande, que va más allá de los bienes y de los planes, hace falta la amistad".
La amistad toma diversas formas según la edad que se está atravesando, evoluciona con el paso del tiempo. El Papa Francisco compartió ejemplos ambientados en los distintos momentos de la vida. Cuando somos niños, se expresa ofreciendo “nuestros juguetes y regalos más hermosos” a los amigos; en la adolescencia, confiándoles "los primeros secretos"; como jóvenes entregándoles nuestra "lealtad"; como adultos compartiendo "satisfacciones y preocupaciones", mientras que, como ancianos, los "recuerdos" y los "silencios". Luego el Santo Padre pidió dirigir el pensamiento "a nuestros amigos, a nuestras amigas", agradeciendo al Señor por su presencia, e invitó a los fieles reunidos este día de primavera en la plaza de San Pedro a dedicar "un espacio para pensar en ellos", seguido por unos momentos de recogimiento.
Francisco explicó que la amistad "no es fruto del cálculo ni de la coacción", sino que "nace espontáneamente cuando reconocemos algo de nosotros mismos en la otra persona". De hecho, si es “verdadera”, es capaz de sobrevivir incluso a la “traición”, “como lo demuestra Jesús cuando le dice a Judas, que lo traiciona con un beso: '¡Amigo, para eso estás aquí!' (Mt 26,50)”. “Un verdadero amigo - continuó - no te abandona, ni siquiera cuando cometes un error: te corrige, puede reprenderte, pero te perdona y no te abandona”. En el pasaje del Evangelio según Juan que se lee hoy, se comprende que para Jesús "somos precisamente eso, amigos"; es decir, "personas queridas más allá de todo mérito y de toda expectativa, a las que Él tiende la mano y ofrece su amor".
Al concluir, el Papa Francisco hizo a los presentes algunas preguntas que ayudan a integrar la Palabra en la vida de cada persona. “¿Qué rostro tiene el Señor para mí? ¿El rostro de un amigo o de un extraño?”. E incluso: “¿Me siento amado por Él como un ser querido?”. Por último, pidió la ayuda de María para "crecer en la amistad con su Hijo y difundirla a nuestro alrededor".
21/04/2024 15:56
02/05/2021 13:09