El Papa: buenos resultados del diálogo con China
Respondiendo a una pregunta durante una conferencia de prensa sobre su viaje de regreso de Asia y Oceanía, Francisco renovó su deseo de visitar Beijing. Sus impresiones sobre Singapur, Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea e Indonesia, las cuatro naciones que visitó. Sobre la guerra en Gaza: «No me parece que se estén dando pasos para hacer la paz». Sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos: «Sobre el aborto y los inmigrantes, ambos contra la vida, cada uno en conciencia elige el mal menor».
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - «Estoy contento con los diálogos con China, el resultado es bueno, incluso para el nombramiento de obispos estamos trabajando con buena voluntad». En la conferencia de prensa con los periodistas celebrada en el largo viaje de regreso a Roma, ayer por la tarde, de su viaje de 12 días a Asia y Oceanía, el Papa Francisco - respondiendo a una pregunta - hizo este balance del acuerdo provisional entre la Santa Sede y Pekín sobre el nombramiento de obispos, que expira a finales del próximo mes y cuya renovación se está esperando.
Preguntado también por su sueño de viajar a Beijing, el Pontífice respondió: «China para mí es un deseo, en el sentido de que me gustaría visitar China, porque es un gran país; admiro a China, respeto a China. Es un país con una cultura milenaria, una capacidad de diálogo, de comprensión mutua que va más allá de los distintos sistemas de gobierno que ha tenido. Creo que China es una promesa y una esperanza para la Iglesia». En cuanto a la posible contribución de Beijing a la solución de los conflictos que tiñen de sangre el mundo, Francisco recordó la misión que confió al Card. Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, que «se mueve en esta dirección y también tiene relaciones con China».
La conferencia de prensa fue una oportunidad para responder a las preguntas de los periodistas de algunos de los países que el Papa ha visitado en los últimos días. A los de Singapur confió su asombro por la realidad que había visto, «un país desarrollado, limpio, gente educada, una ciudad con grandes rascacielos y también una gran cultura interreligiosa. También vi los rascacielos para los trabajadores: también están bien construidos y limpios, y eso me gustó mucho. Me llamó la atención el papel internacional de una capital que atrae culturas». Aunque observó que en Singapur -a diferencia de Timor Oriental- vio pocos niños: «Quizá sea algo que hay que aprender, porque el futuro son los niños».
A quienes señalaron que no mencionó la pena de muerte, a la que tras la pandemia volvió Singapur, el Papa respondió que no se le había ocurrido. Pero la pena de muerte no funciona -añadió-. Poco a poco debemos intentar eliminarla. Muchos países tienen la ley, pero no ejecutan la sentencia'.
Un periodista de Timor Oriental le preguntó si en sus palabras sobre «los cocodrilos que amenazan la cultura local» al final de la misa de Taci Tolu se refería también a las sectas, que están creciendo en el país. «No hablo de esto -respondió el Pontífice-, pero puede ser. Hay que respetar todas las religiones, pero se distingue entre religión y secta. La religión es universal, cualquier religión; la secta es restrictiva, es un pequeño grupo que siempre tiene otra intención».
De Papúa Nueva Guinea alabó «el arte, las danzas, las demás expresiones poéticas. Esto me impresionó mucho. Los misioneros que visité están en la selva, van al bosque a trabajar'. A un periodista indonesio que planteó la cuestión de la explotación de los recursos naturales, que con demasiada frecuencia beneficia a pequeñas oligarquías, Francisco respondió que es un problema común a muchas «naciones en desarrollo». Quizá una de las cosas que hay que desarrollar es precisamente ésta: la relación social. Pero me alegré de la visita a su país». En cuanto a las naciones que no cumplen los compromisos del Acuerdo de París sobre la lucha contra el cambio climático, el pontífice lamentó que sobre la crisis medioambiental «se habla, se habla pero no se hace. Esta es mi impresión».
Sobre la guerra en Gaza, con las siempre nuevas noticias de masacres sangrientas, Francisco comentó: "Cuando se ven los cuerpos de los niños asesinados, cuando se ve que, suponiendo que haya guerrilleros, se bombardea una escuela: esto es feo. Pido disculpas por decir esto, pero a veces no me parece que se tomen medidas para hacer la paz".
En relación con las elecciones presidenciales de Estados Unidos, un periodista le preguntó qué consejo daría a un votante católico que tiene que decidir entre un candidato que está a favor del aborto y otro que querría deportar a 11 millones de inmigrantes. «Los dos van contra la vida, tanto el que echa a los migrantes como el que mata a los niños», respondió el Papa Francisco. »En moral política se suele decir que no votar es malo: hay que votar. Y hay que elegir el mal menor. Quién es el mal menor, no lo sé, cada uno en conciencia piensa y elige».
Por último, una pregunta planteó la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia, citando lo que está surgiendo en Francia sobre la figura del abate Pierre, pero también el caso del ex arzobispo de Dili Carlos Felipe Ximenes Belo en el que muchos pensaron cuando el pontífice se refirió a esta cuestión en Timor Oriental. 'Gente buena, gente que hace el bien y luego, con tanto bien que han hecho, ves que son feos pecadores', comentó Francisco. 'Esta es nuestra condición humana. No debemos decir 'tapemos, tapemos, para que no se vea'. Los pecados públicos son públicos y deben ser condenados. El trabajo contra el abuso es algo que todos tenemos que hacer: pero no sólo contra el abuso sexual. Contra todo tipo de abuso: abuso social, abuso educativo, cambiar la mentalidad de las personas, quitarles la libertad... El abuso es algo demoníaco, porque destruye la dignidad de la persona, intenta destruir lo que todos somos: la imagen de Dios. Me alegro cuando estos casos salen a la luz».
16/02/2018 14:48
10/08/2018 14:22