El Líbano lamenta la muerte de Said Akl, gran poeta y el ejemplo de fe cristiana
Beirut (AsiaNews) - Un funeral extraordinario, celebrado el Domingo, ha caracterizado el adiós a Saïd Akl (1912-2014),
uno de los más grandes poetas que el Líbano ha conocido alguna vez después de Gibran
Khalil Gibran, que murió la semana pasada. Un poeta
que, a pesar de no haber tenido
un escenario internacional como Gibran, sin duda lo igualaba, si no lo superaba, en la
apertura de espíritu, en magnitud y en la fe. Para celebrar el servicio, que se realizó en la
Catedral de San Jorge de los maronitas,
en el centro de Beirut, estuvo el
Patriarca Maronita en persona, el
cardenal Bechara Rai.
En su homilía el Patriarca rindió homenaje a un hombre que era a la vez un gran poeta, como un gran cristiano. Tanto poeta como escritor,
filósofo y aún filólogo, Saïd
Akl (en
la foto) ha buscado constantemente,
a lo largo de su larga vida, la presencia de Dios en el rostro de Cristo. En particular,
escribió palabras simples de una canción
de adoración que todos los cristianos
libaneses saben pero ignoran quién es el autor. "Todo lo que
realmente no muestra Tú cara es quimera" ha
dicho de Cristo. Por otra parte algunos
de sus poemas han sido traducidos en canto por el gran Feyrouz
y se han convertido tanto en patrimonio universal del mundo árabe.
La búsqueda del sentido profundo de las cosas, la búsqueda de lo esencial - recordó el patriarca en la homilía - que han
marcado la vida de Saïd Akl, lo han al mismo tiempo llevado a escribir "una misa maronita"
en el que ha puesto en relieve el entusiasmo
que ha caracterizado toda su
obra, poemas, teatro o versos épicos.
El patriarca también hizo hincapié en que, cuando se le preguntó
acerca de su infancia, Said Akl un día me dijo: "Empecé
desde la teología, que es lo más grande de la filosofía, la ciencia y el arte. Mi amor por estas
cosas es grande, pero mi amor por
la teología es aún más". Y añade el cardenal, habría
firmado con gusto la fórmula del querido Dostoievski:
"La belleza salvará el mundo".
La "belleza inscrita
por Dios en la naturaleza, en
lo humano y en el Líbano era la perla preciosa que
Saïd Akl compró
al precio de todo lo que tenía",
agregó el jefe de la Iglesia maronita.
Fallecido a la edad de 102 años, Saïd Akl
ha calado el siglo libanes y árabe con su genio. ¿Excéntrico?
¿Cómo este espíritu que se dedico primero que todo a la ingeniería civil, no podía serlo, frente al convencionalismo y limitaciones artísticas y literarias e ideológicas de su época, que prevé
la redacción de los libaneses en letras latinas, y
nos encontramos hoy en todos los portatiles?
Para el funeral de Saïd Akl, todo el Líbano
político e institucional se reunió
en la catedral de San Jorge. Sin embargo, una silla quedó
vacía, la del presidente de la República, vacante desde 25 de mayo. A los políticos presentes, el patriarca recordó lo que dijo Said Akl
un día: "A veces, descanso en silencio, cuando
alguien comete un error. Soy indulgente con los errores cometidos en el campo literario Pero en política, no puedo permanecer en
silencio... por naturaleza no
siento odio, pero odio a los
políticos que están desperdiciando oportunidades valiosas para el Líbano".
"La desaparición de Saïd Akl - dijo el Patriarca
- es una gran pérdida para el Líbano, pero su prodigiosa producción mantendrá viva su memoria en los espíritus, en las mentes y corazones, de generación en generación".
Crítico, Saïd Akl
lo fue vigorosamente. El patriarca recordó en
particular que el poeta amaba
descubrir a los libaneses en el patrimonio
cultural fenicio, citando en particular
Cadmo, inventor del alfabeto o Euclides, padre de la
geometría. En este esfuerzo por
corregir una duda exclusivista cultural
árabe-musulmán, Saïd Akl se ha dejado llevar por movimientos descarados. Hoy podemos encajar las cosas de acuerdo a una mejor perspectiva.
Desafortunadamente, sobre algunos temas nuevos y atrevidos,
como la existencia de la famosa Caná del Evangelio en territorio
libanés, una élite hipócrita y bien pensante ha dudado en seguirlo. Políticamente,
fue criticado por complacer a algunos grupos cristianos extremistas, que reclamaban su legado ideológico, en el comienzo de la guerra civil. "Id
en paz poeta, escritor, gigante de la fe en el corazón de la bondad divina - concluyó el Patriarca - que esperan
por ti en el cielo, tú que
has dicho un día que ver a Jesús
era lo único aún más hermosa, que
el pensar en él".
22/10/2018 18:42