El Estado islámico gana más de 100 millones de dólares por año vendiendo y traficando antigüedades
Es cuanto revela una fuente oficial del gobierno francés. Pero no se está de acuerdo sobre las cifras, que van de decenas de millones de dólares a diversas centenas. Un comercio que surgió para compensar la baja de introitos del petróleo. Bagdad y Unesco iniciaron la restauración de la antigua Nimrud.
Bagdad (AsiaNews)- Cada año los yihadistas del Estado islámico (EI, ex Isis) gana hasta 100 millones de dólares con la venta de objetos y antigüedades robados de los territorios bajo su control-en realidad siempre menos- en Irak y Siria, son revendidos en el mercado negro. Es cuanto revela una fuente oficial (anónima) de la seguridad francesa. Otros testigos y expertos consideran que el tráfico pueda variar de decenas a algunas centenas de millones y el mismo Wall Street Journal, en el contexto de una investigación, afirma que “no es posible” cuantificar con exactitud el valor total.
Lo que es seguro es que el comercio de objetos antiguos o preciosos, arte históricos de los lugares arqueológicos de Siria e Irak se convirtió en este último período en una de las principales fuentes de ganancia. También y sobre todo, cuando los ingresos derivados de la venta de petróleo han registrado una evidente flexión.
“El estado islámico-revela la fuente francesa-está aumentando el volumen del tráfico para cubrir las pérdidas en la venta del crudo”. A esto se agrega el hecho que para muchos comerciantes y traficantes en Siria, afectados también ellos por los 6 años de por el devastador conflicto, el comercio de antigüedades se convirtió en una “necesidad” para sobrevivir.
El valor dado al sector por los yihadistas del EI emerge ya desde el uso de milicianos extranjeros en el desarrollo de las operaciones. Esto porque los combatientes internacionales son considerados más confiables de las contrapartes locales, las cuales en un primer momento podían traficar en toda libertad mientras que ahora deben “pagar” un “impuesto” del 20% sobre el valor de cada objeto para para continuar traficando en toda libertad.
Un traficante sirio de nombre Muhammad Hajj Al-Hassan narra cómo, recientemente, medió en la venta de 2 antiguas Biblias a un comprador ruso, con el cual se encontró en una pequeña ciudad en el sur de Turquía, por un valor total de casi 12 mil dólares. Los dos volúmenes provenían de Siria oriental y superaron la frontera turca a bordo de un camión cargado con verdura.
En el verano de 2015 la Unesco, la agencia especializada Onu que promueve la cooperación entres estado a través de la educación, la ciencia y la cultura, había lanzado la alarma por las profundas devastaciones realizadas por los yihadistas del patrimonio histórico y cultural de Irak (y de Siria). El mismo patriarca caldeo mar Louis Raphael Sako había lanzado un pedido en diciembre pasado para que se tutelasen los bienes, objetos, obras de arte y de literatura que arriesgaban la destrucción, definiéndolo como un “bien universal” que vale “más que el petróleo”. Por otro lado los milicianos hicieron de la venta de objetos arqueológicos una de las principales fuentes de ganancia, junto al petróleo.
Un patrimonio que los dirigentes de las principales instituciones internacionales, entre las cuales la Unesco, esperan salvaguardar y proteger con intervenciones precisas. En estos días las autoridades iraquíes han confirmado el inicio de los trabajos, en colaboración con el organismo Onu para la Educación, la Ciencia y la Cultura, de restauración de la antigua ciudad de Nimrud, a orillas de río Tigris, a unos 20 km al sur de Mosul, liberad del EI en noviembre de 2016. Ella es la cuna de la civilización asiria, fundada en el siglo XIII A.C.
En el año 2015, los yihadistas han provocado enormes daños a los lugares arqueológicos, utilizando topadoras y explosivos para destruir los edificios más imponentes, filmando y difundiendo en la red sus acciones. Qais Rashid, subsecretario del ministerio iraquí de Cultura y del Turismo habla de destrucciones que han interesado más del 70% de la ciudad. El general Diyaa Kazem al-Saidi, de las fuerzas armadas iraquíes, entre los altos oficiales que han guiado la liberación de la zona, denuncia el robo de al menos 200 pinturas antiguas de Nimrud. (DS)