El Covid-19 limita las oportunidades económicas y los viajes de los migrantes de Sri Lanka
Debido a la pandemia de Covid-19, los repatriados y los trabajadores migrantes esrilanqueses que permanecen varados en los países de destino deben afrontar enormes desafíos socioeconómicos. Si bien en Sri Lanka la migración circular es una característica predominante del discurso sobre la migración económica, la actual pandemia condujo a una desaceleración de las oportunidades económicas e impuso límites temporarios a los viajes. Como consecuencia, los repatriados no pueden incorporarse al mercado laboral interno, y tampoco pueden trabajar en el exterior.
Colombo (Asia News) - "Si el gobierno de Sri Lanka no crea una concientización sobre la cohesión social y la convivencia, el impacto de la pandemia podría culminar con pérdidas para los que viven de remesas del exterior, e impedir su participación activa en en el desarrollo socioeconómico”, afirma un empleador migrante católico, que trabaja en Dubai.
Hay cientos de migrantes de Sri Lanka, católicos y no, que se han quedado bloqueados en distintos países. Aquellos que quedaron varados en los países del Oriente Medio están afrontando enormes problemas por falta de comida, alojamiento, vestimenta y en muchos casos no tienen posibilidades de regresar a su patria.
Francis Solomantine (en la foto), es un empleador católico de Sri Lanka. Trabaja en el Middle East Center for Training and Development, en Dubai, como coordinador del programa. En diálogo con AsiaNews, cuenta que el gobierno de Sri Lanka y las demás autoridades debieran interesarse y prestar mayor atención a los trabajadores migrantes, ya que para el país, ellos son una de las principales fuentes de ingresos provenientes del exterior.
A causa de la pandemia de CoVID-19, los repatriados y los trabajadores migrantes originarios de Sri Lanka quedan bloqueados en los países de destino. Como consecuencia, deben afrontar grandes desafíos socioeconómicos. En Sri Lanka, la migración circular es una característica predominante del discurso sobre la migración por motivos de trabajo. Sin embargo, la epidemia actual ha provocado una desaceleración de las oportunidades económicas, y también limitaciones en los viajes para los repatriados que deben ser empleados en el mercado nacional o en el exterior.
Desafortunadamente, los repatriados sufren el estigma social de que se los asocie con casos de CoVID-19 señalados recientemente. La falta de conciencia y cohesión social ha hecho que esta circunstancia despierte ansiedad en la sociedad, por el temor a que la enfermedad pueda difundirse nuevamente por el flujo de repatriados. Un detonante de esta ansiedad fue un reciente comunicado del Ministerio de Salud, en el cual se afirmaba que casi 50.000 ciudadanos de Sri Lanka esperan regresar al país, y que el mayor número de repatriados llegaría de los países del Golfo. Según una nota del Sri Lanka Bureau of Foreign Employment (SLBFE), más de 2.000 trabajadores migrantes de Sri Lanka provienentes de 16 países contrajeron COVID-19 y 52 murieron.
La migración por trabajo es la principal fuente de divisas para el país y contribuye significativamente al PIB. A partir de los años ‘70, el gobierno tomó medidas para garatizar la protección y promoción de los trabajadores migrantes. Además, adoptó una legislación y políticas de fondo (Sri Lankan Foreign Employment Act 1985 y las enmiendas de 1994/2009, National Labour Migration Policy 2008 y un Plan nacional de repatriación y reinserción, en el 2015) para regular la migración por motivos laborales.
En efecto, el gobierno de Sri Lanka continúa promoviendo la migración segura, alentando a los potenciales migrantes económicos a registrarse en el SLBFE, para gozar de los beneficios sociales durante el ciclo migratorio, que incluye la etapa previa a la partida, el tiempo que dura el servicio, el regreso y la reinserción local.
En el año 2014, bajo la guía del ex ministro de Trabajo y Bienestar Social, los migrantes repatriados y sus familias formaron una asociación: "Rataviruvo" - "Migrant Worker Hero". El objetivo de esta asociación es ennoblecer los servicios que estas personas brindan para el crecimiento económico del país. Desde entonces, sus miembros fueron premiados en el convenio nacional que organiza la asociación de los migrantes, con ocasión del Día Internacional de la Migración, que se celebra el 18 de diciembre. Sin embargo, por diferentes motivos, la asociación dejó de funcionar. En vista de que los repatriados se encuentran en una situación de exclusión, es muy importante lograr que esta parte de la sociedad, hoy marginada, pueda hacese escuchar.
Durante la epidemia de CoVID, las misiones extranjeras que operan en Sri Lanka recibieron denuncias de migrantes registrados y no registrados. Por motivos humanitarios, las misiones, en colaboración con las comunidades de la diáspora esrilanquesa han brindado asistencia y sostén a las personas que atravesaban situaciones de emergencia. Sin embargo, en el caso del CoVID, algunos relatos que han circulado recientemente en las redes sociales denuncian la ineficiencia y los prejuicios del personal de las misiones extranjeras durante el proceso de repatriación. Como contracara, se remarca el coraje de los funcionarios de los servicios exteriores de Sri Lanka, que desempeñaron un rol fundamental para brindar refugio a los migrantes esrilanqueses que quedaron bloqueados durante la guerra del Golfo.
Según el ministerio de Salud, hay 65 centros donde se aloja a casi 10.000 repatriados que cumplen la cuarentena en Sri Lanka. Se estima que habrá un aumento en el número de repatriados (sumando registrados y no registrados) que deberán someterse a una cuarentena en estos centros de aislamiento. Aún así, crece la preocupación por la falta de funcionarios del SLBFE que visiten a los repatriados registrados una vez terminada la auto-cuarentena. Esto impide facilitarles beneficios sociales a los que tienen derecho (pedidos de resarcimiento), además de otros servicios sociales contemplados en concepto de retorno y reinserción.
