El ‘Nowruz’, la primavera persa en la noche de la guerra

de Vladimir Rozanskij

Patrimonio inmaterial de la humanidad para la Unesco desde el 2009, esta fiesta es celebrada por muchos pueblos de Rusia y Asia Central. Promueve los valores de la paz y la solidaridad; plantea la cuestión de la aceptación del otro y la búsqueda de un lenguaje común, un problema que ha estallado en la guerra entre Rusia y Ucrania.

Moscú (AsiaNews) - El 20 de marzo comenzó la fiesta del "Nowruz", una festividad de origen persa, que en la cultura turca e iraní simboliza el comienzo de la primavera y es recordada con gran entusiasmo por muchos pueblos de Rusia y Asia Central. En 2009, la fiesta fue incorporada al patrimonio inmaterial de la humanidad de la UNESCO. Este año, la celebración coincide con las tragedias de la guerra en Ucrania, y muchos se apoyan en ella para buscar un respiro a las tensiones y amenazas del futuro.

El presidente del Instituto Ruso de Religión y Política, Anton Ignatenko, reunió a representantes de distintas comunidades y confesiones para hacer un llamamiento a la paz con motivo del Nowruz. Subrayó que esta fiesta "nos ayuda a unir culturas y religiones sin pretender elevar una sobre las demás, dando preferencia a Oriente sobre Occidente en detrimento de la unidad de la humanidad".

Según los miembros del Instituto, tal y como afirman en su declaración conjunta, "esta fiesta contribuye a difundir los valores de la paz y la solidaridad, a través de las generaciones y dentro de las familias, así como la reconciliación y la convivencia pacífica, preservando la diversidad cultural y fortaleciendo la amistad entre los pueblos y las comunidades".

Ignatenko señaló que a la presentación del Nowruz en la ONU asistieron muchos países, como Azerbaiyán, Albania, Afganistán, Macedonia, India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Turquía.

A pesar de las dramáticas tensiones por la guerra, el Presidente ruso Vladimir Putin no dejó de felicitar a los pueblos vecinos de Rusia que celebraban el Nowruz. Su mensaje fue divulgado en la página web de la presidencia de Uzbekistán, donde se hace referencia a una conversación telefónica entre Putin y el presidente Šavkat Mirziyoyev, que comenzó con un saludo por la Fiesta de la Primavera.

El vicepresidente de la Administración Religiosa de los Musulmanes en Rusia, Rušan Abbasov, intervino y aseguró que "la fiesta de Nowruz no contradice los cánones del Islam". Agregó que ésta "supo integrarse en la vida y las tradiciones de muchas sociedades diferentes... cuando estas tradiciones no violan los principios de la Sharjah, siempre se han conservado, como puede verse en las diferencias arquitectónicas en las mezquitas en varios países".

Las celebraciones del "Nooriz", como se lo denomina en Kirguistán, fueron especialmente solemnes, y el Presidente Sadyr Žaparov acudió con su esposa a la provincia de Batken, la más "persa" del país, prometiendo encontrar soluciones a los graves problemas económicos de la zona y de todo el país. Recientemente se creó una nueva unidad administrativa en Batken, "donde comienza la frontera de nuestra patria, y debemos insistir en el desarrollo de estas estructuras", dijo el presidente, sobre todo para evitar el resurgimiento de los conflictos fronterizos con Tayikistán. Pidió "no dejar a las generaciones futuras un legado de conflicto y enemistad".

El filósofo y escritor ruso-uzbeko Akbar Tursunov, docente en San Petersburgo, opina que "esta fiesta es un acontecimiento cultural común a todos los pueblos, que ha sido estudiado desde un punto de vista mitológico, antropológico, teológico y artístico. El Año Nuevo de los pueblos de Irán y del mundo turco es también una tradición que aún debe ser estudiada en profundidad, ya que presenta diversos aspectos históricos, folclóricos y etnográficos". Según Tursunov, "aquí está la cuestión de la aceptación del otro, y la búsqueda de un lenguaje común": un problema especialmente agudo, que ha estallado en la guerra entre Rusia y Ucrania.