Ejército, peshmerga y chiíes contra el ejército islámico
Bagdad (AsiaNews/Agencias)- por primera vez en tantos meses, soldados iraquíes, peshmerga kurdos y milicias chiítas han lanzado una contraofensiva contra los jihadistas del Ejército islámico (EI) en Irak. Gracias al apoyo de los ataques aéreos Usa, ha hace dos días que han interrumpido el asedio dela ciudad turcómana de Amerli (v. foto) y "en pocas horas" lograron retomar la localidad de Suleiman Bek, a 175 km al norte de la capital, que desde junio había caído en manos del EI. Fuerzas kurdas y chiíes también han rodeado el pueblo de Yankaya, donde se está librando un intercambio pesado de fuego de artillería.
La convergencia de las fuerzas militares es un resultado del tentativo de lograr unir las fuerzas políticas iraquíes, hasta ahora divididos en varios frentes entre suníes, chiíes y kurdos. A esta finalidad han contribuido ya sea el patriarca caldeo de Bagdad, ya sea el gran ayatollah chií Ali Al Sistani.
También la comunidad internacional parece que esté dando pasos más decididos: la ayuda de los ataques de los Estados Unidos que están dando a la lucha contra el EI es fundamental y ha cambiado la suerte en la batalla. En el mundo europeo, los gobiernos están siempre más preocupados por sus connacionales enrolados en las milicias islamistas, que se pueden convertir en un peligro terrorista dentro de sus patrias cuando éstos vuelvan. Por esto los algunos Estados, entre ellos Italia y Alemania, han decidido enviar armas a los kurdos y aumentar los controles en sus fronteras.
El Concejo de la Onu por los derechos humanos decidió por unanimidad enviar una misión a Irak para iniciar una investigación sobre las atrocidades cometidas por el EI, un "monstruo terrorista"-como lo definió el ministro iraquí para los derechos humanos, Mohammad Shia al Sudani.
Según la Onu, en el mes de agosto, en plena ofensiva del EI, fueron asesinadas 1420 personas, 1370 son los heridos. En estos momentos los islamistas se apoderaron de varias localidades y han hecho retroceder a los combatientes kurdos hacia sus fronteras.
En un año, al menos 1,6 millones de iraquíes fueron evacuados a causa de las violencias; 850 mil en el solo mes de agosto. Entre éstos hay centenares de miles de cristianos, miles de yazidíes y turcómanos expulsados de sus casas, bajo la amenaza de muerte si no se convertían al islam radical.