Dmitrij Muratov, Premio Nobel de la Paz y heredero de Sájarov
Fue galardonado junto a Maria Ressa, filipina y como él, periodista. Dirige el periódico de la oposición Novaja Gazeta. El premio fue dedicado a los miembros de su redacción y a los numerosos colegas fallecidos, como Anna Politkovskaya. Muratov y su periódico son conocidos por sus informes sobre las relaciones entre el Kremlin y los dirigentes chechenos.
Moscú (AsiaNews) - El periodista ruso Dmitry Muratov es el ganador del Premio Nobel de la Paz 2021 junto con su colega filipina Maria Ressa. El prestigioso reconocimiento al editor de 60 años de Novaja Gazeta exalta la lucha por la libertad de expresión como condición para la verdadera paz entre los pueblos. Es el primer premio Nobel ruso en 11 años (el último fue otorgado en 2010 a los físicos Konstantin Novoselov y Andrej Gejm), y recuerda más que ningún otro el premio concedido en 1975 al líder de la disidencia en la época soviética, Andrej Sájarov. Las autoridades de la URSS confinaron al físico en la ciudad de Gorki durante años, pero recuperó su libertad durante el gobierno de Mijaíl Gorbachov, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1990.
Los fundamentos oficiales del reconocimiento se publicaron el 8 de octubre, y señalan "el compromiso con la defensa de la libertad de expresión, un requisito indispensable para la democracia y la consecución de una paz estable". El Comité Nobel explicó que asimismo, "la señora Ressa y el señor Muratov representan a todos los periodistas que han defendido sus ideales en el mundo, donde la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más desfavorables".
Muratov declaró que donará una parte sustancial del premio -de unos 980.000 euros- a la fundación "Círculo del Bien", creada en enero de este año por el Ministerio de Sanidad ruso para ayudar a los niños con enfermedades raras, confirmando así su conocido compromiso caritativo. El periodista entregó el premio a toda la redacción actual y pasada del periódico que dirige: "Es para Novaja Gazeta, para los que murieron defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión. Es para Igor Domnikov, Jura Ščekočikhin, para Anna Stepanovna Politkovskaya y Anna Baburova, Natalia Estemirova y Stas Markelov. Esta es la verdad, así pienso yo, este es su premio". Muratov también recordó al bloguero y líder de la oposición Alexei Navalny, quien permanece en la prisión de Vladimir desde principios de año.
Pocos días antes de la entrega del premio, se cumplieron 15 años del asesinato de Politkovskaya, que investigaba los vínculos entre la cúpula de Chechenia y el régimen de Putin. Con el aniversario prescribió la causa y por tanto, la investigación quedó sellada para siempre. El Kremlin también expresó su aprecio por Muratov a través de su vocero, Dmitry Peskov, quien dijo que "ha trabajado con gran coherencia, siguiendo sus ideales, con una entrega y un talento notable". Es un hombre valiente, y este es un gran reconocimiento, por el que merece felicitaciones".
Muratov es uno de los fundadores de Novaja Gazeta -periódico fundado en 1993- y se desempeña como su redactor jefe desde 1995. Durante los años soviéticos trabajó en el Komsomolskaja Pravda, una de las primeras publicaciones en abrirse gracias a las libertades de la glasnost de Gorbachov. Estuvo afiliado al partido liberal Yabloko durante algún tiempo y también apoyó otra revista de gran difusión, Krokodil.
El periódico que fundó y dirigió se hizo entonces conocido por sus numerosos y contundentes reportajes sobre las violaciones de los derechos humanos, especialmente en Chechenia, país que Politkovskaya investigó y donde el propio Muratov fue corresponsal durante los enfrentamientos armados de 1994-1995. El periodista ha tomado posición sobre muchos temas candentes de la vida política y social rusa, y ha criticado al presidente Putin en varias ocasiones: por la anexión de Crimea en 2014, y la represión contra Navalny y los movimientos de protesta juvenil en los últimos años.
Una de las investigaciones más recientes de Novaja Gazeta relata la persecución de los homosexuales en Chechenia, especialmente los castigos extrajudiciales que se les imponen en la república caucásica, documentados en marzo. Todos los colegas "mártires" que Muratov recordó murieron en Chechenia, o a causa de ella. Luego del último escándalo checheno que destapó el periódico, el día 15 de marzo sorprendieron a un mensajero esparciendo veneno en polvo en la entrada de la redacción.
El presidente checheno Ramzan Kadyrov, muy cercano a Putin, ha pedido a los servicios de seguridad que intervengan contra los periodistas de Novaja Gazeta, una de las publicaciones más leídas por el público ruso, a pesar de los ataques. El reconocimiento de Muratov supone un gran alivio moral para muchos medios de comunicación rusos, cada vez más presionados, señalados como "agentes extranjeros" y sometidos a un sinfín de limitaciones.
17/12/2016 13:14