Dirigente cristiano: el equilibrismo de Netanyahu entre el mundo árabe y los aliados radicales
Sobhy Makhoul señala las "preocupaciones" que ya expresaron los Emiratos en relación con el cumplimiento de los "Acuerdos Abrahámicos". El verdero punto crítico es el "reparto de los ministerios", con las pretensiones de la ultraderecha de Ben Gvir. El colapso de Meretz y el distanciamiento de los partidos árabes. Está en juego la capacidad del primer ministro para traducir en políticas el "discurso de pacificación" que pronunció la víspera de las elecciones.
Jerusalén (AsiaNews) - El resultado de las elecciones en Israel, con la victoria de Benjamin Netanyahu y sobre todo el alto consenso que ha conseguido la ultraderecha nacionalista y religiosa, ya ha despertado "preocupación" en el mundo árabe y en el Golfo, especialmente en los Emiratos Árabes Unidos. Ahora se podrá ver la verdadera capacidad del veterano primer ministro "para gestionar a los aliados" y traducir en políticas de gobierno "el discurso de pacificación y moderación que pronunció en la víspera de la votación". Para Sobhy Makhoul, miembro de la Iglesia Maronita de Jerusalén y ex administrador del Christian Media Center, "los 65 escaños que las proyecciones asignan a la mayoría" deberían permitir una legislatura "estable" después de muchos años turbulentos, pero el verdadero quid será "el reparto de los ministerios" entre las diferentes almas de la coalición.
Esta mañana el partido Yesh Atid del primer ministro saliente Yair Lapid informó que ya comenzaron los procedimientos para una transferencia del gobierno “ágil y responsable”. Con el 93% de los votos escrutados, el partido de izquierda Meretz (3,15%) se mantiene por debajo del umbral del 3,25% y parece destinado a la exclusión de la Knéset, el parlamento israelí. El Likud de Netanyahu debería obtener 32 escaños, Yesh Atid 24 y los religiosos de la ultraderecha 14. Solo cinco escaños para Ra'am, lo que refleja el castigo del electorado a las divisiones dentro del mundo árabe.
Queda por ver qué peso tendrá el resultado de la votación por correo en el cómputo total de escaños, con al menos "400 mil votos que todavía quedan por asignar", explica Sobhy Makhoul, aunque cree que "no deberían cambiar las cifras que se conocen hasta el momento". El resultado final se dará a conocer el 9 de noviembre con la comunicación oficial de la Comisión Electoral al Presidente de la República; dos días después comenzarán las consultas, con el mandato otorgado a Netanyahu, que tendrá dos semanas (más una tercera, si es necesario) para definir la estructura del gobierno.
“Cuando se discutan los ministerios -sigue diciendo el dirigente cristiano- comenzarán los problemas. [Itamar] Ben Gvir quiere el del Interior para controlar la policía, y también se habla del de Defensa, pero es poco probable que el primer ministro in pectore entregue carteras tan importantes. Es más probable que les ofrezca Economía, Finanzas o incluso Educación, que para los nacionalistas religiosos es de gran valor porque les permite decidir los recursos y el plan de estudios de las instituciones, incluidas las religiosas”.
Por otro lado, califica como un "retroceso" la clara derrota de Meretz, que inevitablemente cambia los votos en el Parlamento y el equilibrio de poder en el país. “En las próximas semanas -prosigue- se verá la fuerza y la inteligencia de Netanyahu para mantener bajo control a Ben Gvir y tranquilizar a los nuevos aliados en el mundo árabe, que ya han dado (en primer lugar a Abu Dabi, principal patrocinador de los Acuerdos de Abrahám) señales de preocupación".
Sentimientos similares se perciben en la "sociedad civil y los israelíes moderados", que temen una deriva radical. "En este momento, más que en el pasado -dice- se podrá evaluar la capacidad política del primer ministro", pero predomina la sensación de que incluso el partido Poder Judío "terminará atemperando su ideología extremista y las proclamas radicales cuando participe en el gobierno".
Por último, el dirigente cristiano destaca "la alta participación en la votación" con las cifras "más altas desde 2015" y la "radicalización del país, cada vez más inclinado hacia la extrema derecha". Una tendencia, concluye, "probablemente favorecida por algunos episodios oscuros que ocurrieron en los últimos meses", como el ataque en Tel Aviv ejecutado por supuestos "lobos solitarios", que se considera una grave amenaza para el país y sobre el que "nunca más se supo nada".