Después del no de Hamas a la tregua vuelven los bombardeos e Israel ordena a 100.000 civiles a abandonar sus hogares
Jerusalén (AsiaNews) - Volvió esta mañana el
bombardeo israelí de Gaza,
suspendido ayer durante
seis horas después de la aceptación
por parte de Jerusalén de la
tregua propuesta por Egipto,
pero fue rechazada por Hamas, que
nunca ha suspendido el lanzamiento de
misiles contra Israel. Por primera vez, dio lugar a una víctima, un hombre de 38 años de edad, fue muerto por un proyectil de mortero disparado desde Gaza,
cerca de la frontera norte con Israel.
La reanudación de los bombardeos fue acompañado esta mañana por una notificación dirigida por teléfono por el ejército israelí a los habitantes de la parte noreste de
Gaza (100 mil
personas) para salir de la zona
antes de las 8 (5 GMT) de hoy. El anuncio es la primera ejecución de las palabras pronunciadas ayer por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, frente al no de Hamas a
la tregua: "Si no hay un alto el fuego, nuestra respuesta es el fuego".
Netanyahu agregó que Hamas ha elegido continuar
la guerra y "va a pagar el
precio de esta decisión".
Por su parte, las Brigadas Izz al-Din Qassam,
brazo armado del Movimiento, afirmó que
el choque con Israel "crecerá en ferocidad e intensidad". Y la
cifra de muertos crece, llegó hoy
a 205 muertos y más de 1.500 heridos. La
agencia de la ONU para los Refugiados
Palestinos (UNRWA) también ha
informado de que hasta el momento
560 viviendas han sido destruidas,
y más recientemente - y parece la dirección de la nueva raid - las de algunos
miembros de Hamas, como Zahar, Jamila Shanti,
Fathi Hamas e
Ismail Ashkar. Y la Cruz Roja Internacional dijo que los bombardeos han dañado "el frágil
sistema de agua" en Gaza, dejando a cientos de
personas sin agua.
Y siempre existe la posibilidad de que Israel dará el pistoletazo de salida para atacar por Tierra. En este sentido, Netanyahu se enfrenta a un dilema. Hay representantes
de gobierno de derecha que lo quieren
y él no quiere parecer
débil en la política interna. Pero
el choque por Tierra puede causar gran número de víctimas,
incluso entre los soldados israelíes. El
primer ministro sabe que los israelíes les gustaría ver a Hamas debilitado y los
ataques con cohetes detenidos con
la campaña aérea. Pero si la guerra aérea no es
decisiva, la presión política va a crecer para la invasión, con el
riesgo de un choque de largo
plazo, que también puede alienar la simpatía de los
aliados de Jerusalén. Significativo al respecto una declaración del portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Jen Psaki, por el que Israel tiene derecho a defenderse, pero "nadie quiere una guerra terrestre".
Por su parte, Hamas, ya en una crisis
de consenso en la Franja de Gaza,
en especial por la crisis económica que
está golpeando, fue severamente dañado por las consecuencias de la Primavera Árabe.
Apoyado en el pasado, también económicamente, tanto por el Egipto de Morsi, como por
parte de Irán y Siria, el Movimiento, como parte de la Hermandad musulmana sunita, se ha puesto del lado de
los rebeldes que combaten en Siria contra Bachar al-Assad.
Irán ha respondido cerrando los grifos
financieros, mientras que el nuevo
gobierno egipcio de al-Sisi tiene a la Hermandad
Musulmana como una organización terrorista, y no
sólo no da más ayuda, sino que también
ha cerrado los túneles
a través de la que Hamas fue capaz de obtener armas y mercancías de todo
tipo y también una mejora
sustancial.
Es en este contexto que el Movimiento ha
llegado a un acuerdo con los tradicionales, acérrimos enemigos de Fatah, para formar
un gobierno de unidad nacional. Pero esta línea fortalece los grupos más duros de los
islamistas, en particular la Jihad Islámica, que tiene unos cinco mil hombres contra 20.000 Hamas
bien armados, también gracias a Irán.
Ahora Hamas necesita
un "éxito" que le permita reclamar la victoria sobre
el nivel de la propaganda y,
especialmente, para conseguir un
alivio del bloqueo económico impuesto por Egipto. En el interior, el cuadro de la tregua no se ha roto y ahora se está implementando en tres lugares: el liderazgo
en Gaza, encabezado por Ismail Haniyeh, el liderazgo
en el extranjero, dirigida por Khaled Mashal y en la
actualidad un alto funcionario en
Egipto, Mousa Abu Marzook, que actúa como intermediario. El liderazgo en Gaza
se inclina a poner fin a la situación actual, mientras que Mashal es aún más radical con el fin de obtener mejores condiciones.
El juego está completamente abierto,
mientras que en Gaza se seguirá muriendo.