Denuncian fábrica chino-birmana de armas químicas, 10 años de trabajos forzados a cinco periodistas
Yangon (AsiaNews/Agencias)- Un tribunal en el centro de Myanmar condenó a cinco periodistas- 4 redactores del Unity Journal y el director responsable del semanario- a 10 años de prisión y trabajos forzados, por haber "puesto en peligro" la seguridad nacional. A la base del arresto, una serie de artículos donde se denuncia donde se ocupaban de una empresa- iniciada por el gobierno birmano en colaboración con China- que se dedicaba a la producción de armas químicas. El caso levantó una profunda indignación en los grupos activistas por los derechos humanos y en el seno de la comunidad internacional; esto aparece como un paso atrás respecto al programa de reformas políticas y civiles iniciados- y en parte actuado- en 2011 en el País de Sudeste asiático, con la llegada al poder del gobierno semi-civil del presidente thein Sein.
El proceso inició en marzo pasado y se concluyó ayer con la sentencia de condena. Los abogados de los acusados no escondieron la sorpresa por la dureza del veredicto y anunciaron que recurrirán en apelación. Al centro de la controversia la decisión de los jueces de la corte del distrito de Pakkoku, en la división de Magway, que han reconocido como culpables a los reporteros de "difundir secretos de Estado". Robert Sann Aung, uno de los componentes del equipo de defensa, habla de "pena desproporcionada", porque según las previsiones "me hubiese esperado al máximo 3 meses" de cárcel.
Objeto de la investigación: una fábrica química en las cercanías de Pakkoku que, según los periodistas, gracias a la colaboración dada por especialistas de Beijing, se utilizaba para la producción de armas químicas. En un artículo publicado en enero pasado, los periodistas hablaban de una operación de los militares que se concluyó con el secuestro de más de 1200 hectáreas de terreno: finalidad de la operación, liberar el área donde debería surgir una fábrica de armas químicas, como lo había dispuesto el ex dictador, el generalísimo Than Shwe. Naypyidaw desmintió categóricamente que el establecimiento fuese construido para fabricar armas; Myanmar jamás ratificó la Convención sobre armas químicas, que prohíbe la producción de éstas.
En marzo pasado, el gobierno birmano, a nivel nominal semi-civil, después de decenios de dictadura militar, pero de hecho formado y sostenido por las altas esferas del ejército, verdadero poder fuerte del País, promulgó una ley sobre los medios. Según las previsiones esa habría tenido que garantizar la libertad d prensa, después de casi 50 años de censura y duras restricciones impuestas por los militares.
Pero en los hechos, como refiere la investigación anual de Reporter Sin Fronteras (Rsf), Myanmar queda al 145 lugar sobre 180 naciones en el mundo en tema de libertad de prensa. Por otro lado el mismo presidente Thein Sein en los días pasados, comentando las violencias inter-confesionales en Mandalay , después de haber definido a la prensa birmana "una de las más libres" del continente asiático, al mismo tiempo lanzó pesados advertimientos. La reciente libertad de prensa "concedida" a tv y periódicos, dijo el jefe de Estado podría ser "limitada" si se corriese el riesgo de la seguridad nacional, o "amenazas" a la "seguridad" del País.
17/12/2016 13:14
01/09/2021 15:28