Delhi vende armas al régimen birmano, pero quiere impedir que entren refugiados

Según la ONU, la India es el cuarto país en venta de armas a la junta golpista de Myanmar, pero el Estado nororiental de Manipur ha anunciado que quiere construir un muro de refuerzo en la frontera para evitar la afluencia de birmanos, que según el gobierno local alimentan el tráfico de armas y drogas. En realidad los problemas están relacionados con las tensiones interétnicas en la región. Nuevos bombardeos en Sagaing con miles de personas en fuga.

Rangún (AsiaNews)- Mientras continúan los brutales ataques de la junta golpista birmana contra las tropas de la resistencia y los civiles, la India anunció que construirá un muro adicional de 70 kilómetros a lo largo de la frontera con Myanmar en el estado nororiental de Manipur (sacudido desde mayor por conflictos interétnicos). Los grupos de defensa de derechos humanos señalaron las ambiguas relaciones entre el gobierno indio y el régimen birmano (al que vende armas) y expresaron su preocupación porque la medida podría impedir el desplazamiento de miles de civiles que huyen de los bombardeos del ejército, que tomó el poder con un golpe de Estado en febrero de 2021 y derrocó al gobierno democrático encabezado por Aung San Suu Kyi. Desde entonces se libra un brutal conflicto civil entre las tropas del gobierno y las milicias de resistencia, formadas por grupos heterogéneos de combatientes de las diferentes etnias del país.

Ayer en la región de Sagaing, al norte del país, unas 10.000 personas abandonaron sus hogares cuando más de 150 soldados atacaron las aldeas de los municipios de Ye-U y Depayin, cubiertos por bombardeos aéreos. Algunas aldeas habían sido atacadas de la misma manera hace exactamente un año, lo que demuestra que los territorios de Myanmar están siendo reconquistados cíclicamente año tras año por el ejército y luego por las milicias. Las zonas más afectadas siguen siendo la región norte de Sagaing y el vecino estado occidental de Chin, donde la población es predominantemente cristiana. Ayer mismo murieron dos menores, uno de cinco años, y otros siete civiles, entre ellos sus padres, resultaron heridos en los ataques aéreos del ejército. “Todos huyeron durante la noche para escapar de las incursiones de la Junta”, dijeron hoy algunos prófugos a The Irrawaddy. "Las tropas abandonaron nuestra aldea esta mañana, pero nosotros todavía no hemos vuelto". Ya en otras ocasiones las tropas del ejército han rodeado iglesias, campos y viviendas con minas antipersonales para impedir el regreso de civiles y debilitar el apoyo a las milicias anti golpistas.

Sin embargo recientemente una organización vinculada al Ejército de Liberación Karen (una de las principales milicias étnicas) difundió un documento en el que afirma que el régimen está perdiendo progresivamente el control de la zona sureste del país, en el lado diametralmente opuesto al Estado Chin, lo que supone una mayor fragmentación de Myanmar.

Si bien los desplazados internos ya rondan los dos millones de personas, miles de civiles han buscado refugio fuera del país, sobre todo en Tailandia, al este, y en la India, al oeste. Se estima que desde que se produjo el golpe unas 60.000 personas han huido a los estados indios de Mizoram y Manipur, en el noreste de la India. Pero mientras el primero acoge a los refugiados, el segundo los está rechazando. Según datos del mes de enero de las Naciones Unidas, hay al menos 38.200 refugiados birmanos en Mizoram y solo 6.950 en Manipur.

El tema está relacionado con la composición étnica de la población del noreste de la India, una región que también está geográficamente separada del resto del país. En Mizoram viven principalmente poblaciones de la etnia Kuki y de religión cristiana, muy similares a los Chin que huyen de Myanmar. La situación se invierte en Manipur, donde el 53% de la población es meitei de religión hindú.

Sin embargo, como han explicado reiteradamente a AsiaNews fuentes locales, el conflicto de Manipur, aunque a primera vista puede parecer de naturaleza étnica, estalló el 3 de mayo de este año debido a cuestiones relacionadas con la prestación de servicios por parte del Estado indio. Los enfrentamientos sectarios comenzaron tras una protesta pacífica de la minoría Kuki, que se manifestó contra la propuesta de incluir a los meitei en el programa del gobierno para las tribus reconocidas de la India, un programa que asigna subsidios y cuotas a las poblaciones indígenas desfavorecidas.

Sin embargo el gobierno local indio afirma desde hace meses que la afluencia de refugiados birmanos ha provocado un aumento del tráfico ilegal de armas y drogas en la frontera, y por eso quiere impedir el paso de los refugiados. Las milicias Chin de Myanmar, en cambio, declararon que no querían causar daños y que habían ayudado a las fuerzas del orden de la India a arrestar a algunos traficantes..

"Nosotros no tenemos ningún problema con su muro porque ya no construimos nuestros campos de refugiados en el lado indio, sino sólo en el lado birmano de la frontera", dijo un refugiado birmano a Radio Free Asia. “Las autoridades indias nos expulsaron a nosotros, pero los traficantes tienen su propia manera de cruzar la frontera. Los refugiados comunes y corrientes no se involucran con ellos". Según un informe del relator especial de las Naciones Unidas para Myanmar, Tom Andrews, publicado en mayo de este año, la India es el cuarto país, después de Rusia, China y Singapur, que ha suministrado armas al régimen birmano, pero no parece interesada en afrontar las consecuencias de sus propios tráficos.