Delhi, Corte suprema: el cupo social para las castas ‘privilegiadas’ no es inconstitucional
Sin embargo, un vasto sector de la población, sobre todo los dalits, considera que se trata de una medida discriminatoria. El tribunal resolvió que a quienes ganen menos de 800.000 rupias al año se les otorgará el 10% de los puestos de trabajo y los cupos de la universidad. El gobierno tomó como ejemplo las políticas relativas a las castas más desfavorecidas, que, sin embargo, siguen siendo marginadas -a tal punto, que los dalits hindúes se convirtieron en masa al budismo.
Milán (AsiaNews) - A principios de esta semana, la Corte Suprema india estableció que no es inconstitucional fijar un cupo del 10% para los “sectores económicamente más débiles” (Economically weaker sections, EWS) en el ámbito laboral y en la educación. La decisión ha desatado críticas y polémicas. Según los activistas, y en particular los dalits cristianos, se trata de un subterfugio que busca favorecer exclusivamente a los hindúes y a los que pertenecen a las castas privilegiadas (Forward Castes, FC).
Dentro de los sectores económicamente más débiles se incluye a las familias pertenecientes a lo que se define como categoría FC, a saber, aquellas cuyos ingresos anuales son menores a 800.000 rupias (10.000 dólares). Según uno de los dos jueces en desacuerdo (en un tribunal de cinco magistrados), el veredicto de la Corte Suprema convalida así “un principio discriminatorio y de exclusión”.
En efecto, la Constitución india ya preveía que el 50% de los puestos de trabajo y los cupos en las universidades estuviera reservado a las tribus y castas reconocidas (para las que se utiliza la sigla SC/ST, del inglés Scheduled Castes/Scheduled Tribes) y a aquellas denominadas Other Backward Classes (OBC), otras clases desfavorecidas.
Se trata de categorías de personas pertenecientes a castas inferiores que al día de hoy viven en condiciones de atraso económico y social a causa de discriminaciones históricas. Tras la independencia india se implementaron medidas dirigidas a estos grupos, mientras que la división en castas fue abolida formalmente un año después, en 1950.
“Sin lugar a dudas, hay que ayudar a los pobres”, comentó a AsiaNews el padre jesuita AXJ Bosco, quien se desempeña como coordinador del Frente Unido por los derechos de los cristianos dalits (a los que en otro tiempo se los definía como “intocables”, “parias” o “sin casta”). No obstante, cuestiona: “¿son ellos los verdaderos pobres? A los dalits se les otorgan cupos en base al atraso social”, pero los cristianos y musulmanes siguen siendo excluidos y discriminados por su pertenencia religiosa.
Según el profesor Satish Despande, que condujo un estudio sobre la situación socioeconómica de los dalits cristianos y musulmanes, la mayor parte de ellos percibe ingresos anuales por debajo de las 200.000 rupias.
“No hay esperanzas de obtener el estatus de casta reconocida para los dalits cristianos. ¿Acaso es un crimen o una injusticia ser cristiano? El cristianismo podrá ser una religión extranjera, pero los dalits son ciudadanos indios”, afirma Bipracharan Nayak, un activista de Orissa. En los hechos, el gobierno central justifica la exclusión de cristianos y musulmanes -a diferencia de los hinduistas, budistas y sijs- alegando que existe una “diferencia inteligible” con el Islam y el cristianismo, ya que estas religiones son de “origen extranjero”. En realidad se trata de una discriminación basada en la religión, y es por ello que días atrás, la ONG Centre for Public Interest Litigation presentó una demanda ante la Corte Suprema, reiterando los principios afirmados en la Constitución india.
Pero también hay que mecionar que los hindúes están cansados de la creciente polarización religiosa, que comenzó en el 2014 tras la llegada al poder del BJP, el partido nacionalista hindú del primer ministro Narendra Modi. En los últimos meses, miles de dalits hindúes se convirtieron en masa al budismo, en un signo de protesta contra los abusos y contra el gobierno central. A principios de octubre se celebró un evento en Delhi en el que participaron 8.000 personas, escribe Nikkei Asia. No es la primera vez que se asiste a conversiones en masa, pero la manifestación que tuvo lugar en la capital fue rotulada como “anti-hindú” por los parlamentarios del BJP. Un ministro del Aam Aadmi Party, Rajendra Pal Gautam, fue destituido de su cargo por “su intento de alimentar las tensiones en la comunidad y difundir el odio religioso en el país”.
Algunos sostienen que desde que el BJP llegó al gobierno, se asiste a un aumento de los crímenes de odio contra los dalits - sean ellos hindúes, cristianos o musulmanes. Según los datos del National Crime Records Bureau, en 2021 se denunciaron 6 crímenes por hora contra Dalits, una cifra que equivale a 50.900 casos. En el año anterior se reportaron 50.291.
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Nota realizada con la colaboración de Nirmala Carvalho y Purushottam Nayak.
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