Del presidente a los fondos de donantes, la «encrucijada libanesa» para Teherán
La conferencia de París asignó mil millones para Líbano, pero sólo se garantizan 200 millones para el ejército. Diputado francés a AsiaNews: «Los países no darán nada si no se garantiza la transparencia». Beirut se compromete a desplegar 8.000 soldados al sur del Litani. Advertencia de Macron: «Israel sabe por experiencia que el éxito militar no es necesariamente una victoria en el país de los cedros».
Beirut (AsiaNews) - «El Líbano es siempre más grande que sí mismo». Así lo subrayó el presidente francés Emmanuel Macron en su discurso de apertura de la conferencia internacional organizada en París en apoyo del pueblo libanés y de su soberanía, el 24 de octubre. Un modelo político, el libanés, tan peculiar y de nuevo en el punto de mira por sus peculiaridades. Para ilustrarlo, el Jefe del Estado francés citó la célebre fórmula del Papa Juan Pablo II, expresada en octubre de 1989 en una carta a todos los obispos de la Iglesia católica, según la cual: Líbano es más que un país, es un mensaje de libertad y un ejemplo de pluralismo tanto para Oriente como para Occidente».
La reunión concluyó con un paquete de mil millones de dólares: 800 millones en ayuda humanitaria urgente y 200 millones en fondos adicionales para las fuerzas armadas libanesas. A cambio, el gobierno de Beirut se comprometió a desplegar 8.000 soldados al sur del río Litani.
En el plano político, la conferencia permitió al Jefe de Estado francés reiterar, junto a su apego al Líbano, las cuatro verdades relativas a Irán e Israel. Lamento amargamente», subrayó el inquilino del Elíseo, »que Irán haya comprometido a Hezbolá contra Israel, cuando al Líbano le convenía mantenerse al margen del conflicto de Gaza. Lamento que Israel prosiga sus operaciones militares en Líbano y que siga aumentando el número de víctimas civiles. Sigue siendo necesario que Hezbolá ponga fin a sus ataques contra Israel, sea cual sea el pretexto. Israel sabe por experiencia que el éxito militar no es necesariamente una victoria en el Líbano».
En su intervención en la conferencia, Monseñor Miroslaw Wachowski, Subsecretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, recordó también por qué el Líbano merece ser defendido: «La Santa Sede está convencida de que el Líbano es una nación en la que el concepto de coexistencia armoniosa entre sus diferentes comunidades religiosas es un aspecto integral de su identidad». El Patriarca maronita Card. Beshara Raï se felicitó de que la conferencia hubiera trazado una «hoja de ruta» ideal para salir de la crisis, vinculando como elementos esenciales el alto el fuego, el despliegue de tropas al sur del río Litani y la celebración de elecciones presidenciales.
En términos de ayuda, la conferencia superó sus modestas previsiones. Sin embargo, según una fuente francesa, la cifra de 1.000 millones de dólares, por impresionante que sea, debe considerarse de forma más realista, sin tener en cuenta los 200 millones destinados a las tropas. Esta última cantidad está descontada y responde a necesidades específicas formuladas por el mando del ejército: la paz civil, en un momento de tensiones internas potencialmente elevadas, y la defensa de las fronteras.
Los otros 800 millones deberían destinarse a ayudas humanitarias evidentes y diversas, como sanidad pública, alimentación, educación, asistencia y creación de centros de acogida para cientos de miles de desplazados. Este último punto es especialmente urgente, ya que su estancia podría prolongarse debido a los obstáculos y la destrucción causados por la guerra.
Sin embargo, según Joe Moukarzel, diputado francés en el extranjero, los resultados de la conferencia no deben eclipsar el papel que el país del cedro debe desempeñar en una perspectiva de recuperación interna. Entrevistado por AsiaNews, señala que no es en absoluto «seguro» que los mil millones «lleguen al Líbano». Algunos países», explica, »han condicionado la ayuda a la elección de un nuevo presidente de la República, otros a la proclamación de un alto el fuego, pero una condición muy importante es la transparencia. Los donantes quieren saber adónde va el dinero. Debemos desarrollar un sistema de rendición de cuentas que el Estado libanés aún no es capaz de aplicar».
Además, prosigue Moukarzel, existe «una gran falta de confianza en el Estado libanés». El diputado, cercano al presidente Macron, sugiere la formación de una «comisión ministerial presidida por el ministro de Medio Ambiente, Nasser Yassine, en cooperación con las Naciones Unidas y bajo la supervisión de Francia», a través de la cual «se garantice esta transparencia» y «se controlen todos los gastos». El ministro ha prometido que así será. Pero él mismo aún no está seguro de que esta promesa pueda cumplirse. Y sin esta transparencia, los países donantes», concluye, “no darán nada”.
Por último, en la conferencia de París también se planteó la cuestión de las vacaciones presidenciales en Líbano, que duran hasta el 31 de octubre de 2022. A este respecto, el subsecretario para las Relaciones con los Estados quiso reiterar la posición del Vaticano: «Está claro que la voz del presidente maronita del Líbano es una contribución necesaria, que actualmente está ausente. Como en el caso de cualquier nación, el nombramiento de un presidente no es sólo una opción, sino una necesidad [...]. La Santa Sede considera, por tanto, que este vacío institucional debe llenarse lo antes posible [...] y sin interferencias indebidas». El diputado francés concluyó adelantando una importante reserva a esta petición: «En las grandes maniobras regionales en curso», explicó, «Irán no dejará caer la carta libanesa».
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