Declaran muerto a Abe, el hombre que sacudió a Japón después de Fukushima

de Guido Alberto Casanova

Los medios de comunicación japoneses anuncian la muerte en el hospital de Nara tras el atentado de esta mañana. El Primer Ministro más longevo de la historia reciente de Japón, había dejado de dirigir el gobierno por motivos de salud, pero siguió desempeñando un papel fundamental en el Partido Liberal Democrático. Las reformas económicas, el nacionalismo y el impulso al rearme fueron sus distintivos políticos, que polarizaron profundamente a la opinión pública.

Tokio (AsiaNews) - Los medios de comunicación japoneses anuncian la muerte de Shinzo Abe. El ex primer ministro japonés fue trasladado al hospital de Nara esta mañana, en estado agonizante, tras ser baleado por un atacante durante un mitin. El político se encontraba en la provincia, tradicionalmente conservadora, para promover a su partido en la actual campaña electoral que se desarrolla en el país.

Abe fue el político más influyente de Japón en la última década. Además de ser el primer ministro más longevo en la historia del país -con un primer mandato entre 2006 y 2007 y un segundo entre 2012 y 2020-, Abe fue el artífice del renacimiento de Japón tras Fukushima. Con sus políticas económicas heterodoxas (bautizadas como Abenomics), su hincapié en las reformas en materia de seguridad y el activismo internacional, Abe Shinzo intentó sacudir un país en vías de envejecimiento y en profunda crisis social. Al mismo tiempo, durante su carrera como primer ministro e incluso después, fue uno de los políticos que más polarizó a la opinión pública japonesa.

A pesar de que un problema de salud le obligó a dejar el mando del Gobierno en septiembre de 2020, Abe siguió activo en la política del partido. El año pasado, durante las consultas para elegir un nuevo primer ministro, fue uno de los artífices del ascenso del actual premier Fumio Kishida. Desde entonces ha sido el principal sostenedor de Kishida, pero también su principal rival.

Durante el último año, la política japonesa se caracterizó, de hecho, por un choque subterráneo entre Abe y Kishida. El apoyo del ex premier era crucial para cualquier gobierno japonés, debido a que el mayor grupo interno del PLD -el Partido Liberal Democrático que tiene mayoría en la cámara baja- tenía a Abe como punto de referencia. De hecho, el PLD, siendo un partido de derechas, aloja a una gran corriente de nacionalistas y conservadores que hasta ahora veían al ex premier como su líder político. Kishida, cuyas inclinaciones políticas personales son mucho más moderadas, jamás habría logrado convertirse en primer ministro sin este apoyo.

En el reciente escenario político, Abe se desempeñó en el rol de abanderado de la reforma de las políticas de defensa y seguridad del país. Los objetivos declarados son básicamente dos: reducir el gasto militar al 2% y reformar la constitución pacifista. Por el momento, la norma no escrita de la política japonesa es que el gobierno no debe gastar más del 1% en defensa, pero según Abe y sus partidarios esto no sería suficiente en el incierto escenario actual. Duplicar el presupuesto, llevándolo al 2%, no sólo aportaría nuevos recursos a las fuerzas armadas, sino que también sería ideal para ajustarse a los parámetros de la OTAN, con la que Japón está reforzando su alianza estratégica.

La enmienda a la Constitución de 1947, en cambio, se refiere al artículo 9, según el cual Japón renuncia al derecho de beligerancia y a la posesión de fuerzas armadas. Sin embargo, desde la década de 1950, el país mantiene lo que en realidad es un ejército completo con marina y fuerza aérea, bajo el nombre de "Fuerzas de Autodefensa". A lo largo de los años han circulado varias propuestas sobre cómo modificar la Constitución, pero la versión más reciente (y la más aceptada por la población) adoptada por Abe es la que simplemente añade un párrafo que reconoce expresamente la existencia legítima de las Fuerzas de Autodefensa.

Tetsuya Yamagami, de 41 años, el terrorista que disparó contra Abe esta mañana, es un ex miembro de la marina japonesa. Una circunstancia que podría sugerir una conexión con estas cuestiones, aunque por el momento no hay indicios concretos sobre el móvil del atentado.