De la APEC al G20, la opción de Xi Jinping por América Latina
Ayer comenzó la gira por la región, que incluye la inauguración "virtual" del puerto de Chancay, un polo fundamental para el comercio entre Beijing y la región. El objetivo es relanzar la colaboración y reforzar el multilateralismo. El desafío para el futuro con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Beijing (AsiaNews) – Relanzar la colaboración y fortalecer el multilateralismo en las puertas de Estados Unidos, en el que Washington considera desde hace mucho tiempo su "patio trasero". Estos son los objetivos del viaje que comenzó ayer el presidente chino Xi Jinping a América del Sur para participar en la 31ª reunión de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico) en Lima, Perú, y en la XIX Cumbre de los países del G20 que tendrá lugar en Río de Janeiro, Brasil. La ambición, no oculta, es reforzar el vínculo entre Beijing y los países latinoamericanos dando vida a una comunidad con un futuro compartido, una mayor cooperación y una mejor gobernanza para un mundo "multipolar" y una economía globalizada "ventajosa e inclusiva".
Son objetivos de largo alcance en un momento histórico en el que parecen prevalecer las divisiones, los conflictos, el caos y los desafíos sin precedentes aunque estrechamente relacionados entre sí: desde la desaceleración económica hasta el recurso cada vez más frecuente al proteccionismo comercial, pasando por los conflictos regionales, estas crisis requieren una respuesta global y eficaz. Desde este punto de vista, el presidente chino siempre ha prestado atención a la APEC y ha trabajado para establecer un mecanismo que prevea reuniones periódicas entre los líderes con el propósito de fomentar la apertura y el desarrollo, comprometiéndose a apoyar lo que se ha denominado el "milagro de Asia-Pacífico".
Una región con un enorme potencial por la riqueza de sus recursos naturales, el turismo, el dinamismo de los mercados internos, el poder adquisitivo y el desarrollo de una economía digital. En octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la economía mundial crecerá un 3,2% en 2024, mientras que la realidad asiática, en una fase de gran desarrollo, debería alcanzar el 5,3% en el año en curso. Todo ello apuntando a la inclusión y la colaboración, pese a la posición de fuerza de Beijing, en respuesta a quienes empujan en dirección a la confrontación, la construcción de muros, los aranceles y el proteccionismo. Y, en esta perspectiva, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca para un segundo mandato cuatro años después del primero, y en un mundo aún más dividido por los conflictos, ciertamente no parece conducir a una mayor apertura en una perspectiva de globalización.
Xi en América del Sur: APEC y G20
Perú es uno de los primeros países latinoamericanos que estableció relaciones diplomáticas y una asociación estratégica integral con China. También es el primer Estado latinoamericano que ha firmado un paquete de acuerdos de libre comercio con Beijing, que se ha convertido en el principal socio comercial de Lima y el mayor mercado de exportación durante 10 años consecutivos. Por su parte Brasil, el segundo destino del viaje de Xi, es un viejo amigo de China con avances sustanciales en las relaciones. En efecto, China ha sido el mayor socio comercial de Brasil durante 15 años consecutivos, mientras que Brasil es el principal socio comercial de China y el mayor destino de inversiones en América Latina.
Con esto en mente, diez años atrás Xi propuso por primera vez en Brasilia la visión de una comunidad China-América Latina unida por un futuro compartido, señalando el camino para desarrollar las relaciones en una nueva etapa histórica. Analistas y expertos del continente señalan que, a lo largo del tiempo, el presidente chino se ha centrado en el progreso de las relaciones, la colaboración y el empoderamiento de los países del Sur Global, poniendo sobre la mesa los temas globales y reformando el sistema de liderazgo.
En esta perspectiva también se inscribe el G20 en la metrópoli brasileña, que tendrá lugar los días 18 y 19 de noviembre bajo el lema: "Construyendo un mundo justo y un planeta sostenible", que representa no solo un recordatorio de los tiempos, sino también de las aspiraciones de muchos países del planeta. Durante la próxima cumbre, en la undécima participación del líder chino en la asociación internacional, deberá afrontar temas clave, como la construcción de una economía mundial abierta y la mejora de la gobernanza global. Según fuentes de Beijing, el presidente también quiere ilustrar las posiciones chinas sobre los problemas globales y las posibles soluciones frente a los desafíos y situaciones críticas. Una perspectiva, también en este caso, orientada al desarrollo en un marco de "colaboración" a pesar de las evidentes dificultades, comenzando por la economía.
El puerto de Chancay
El interés chino en el continente sudamericano queda bien demostrado por uno de los muchos eventos significativos programados para estos intensos días del viaje del líder de Beijing al continente: la inauguración "virtual", por videoconferencia, del megapuerto de Chancay, a unos ochenta kilómetros al norte de Lima, junto a su homóloga peruana Dina Boluarte y al menos 16 jefes de Estado de la APEC. Este convertirá la ruta "Chancay-Shanghai" en un verdadero "camino de prosperidad, promoviendo el desarrollo común de China y Perú", como señaló el propio Xi Jinping en un artículo que lleva su firma y fue publicado en un periódico local. Y también ayudará a construir "un Camino Inca de la Nueva Era con el puerto de Chancay como punto de partida, aumentando así el desarrollo general y la integración de la región", sigue diciendo el líder chino, al tiempo que auspicia "esfuerzos conjuntos de ambos países para garantizar el éxito".
El puerto de Chancay será un nodo marítimo clave para el comercio entre América del Sur y Asia, en particular China (puerto de Shanghai), porque constituirá un centro regional para distribuir mercancías entre Perú, Chile, Ecuador y Colombia. En este momento se requieren entre 35 y 40 días para llegar desde Sudamérica hasta Asia (China, Corea o Japón), pero con el puerto de Chancay los barcos pueden llegar en 23 días, lo que supone un fuerte ahorro en términos de tiempo y costos. La estructura también beneficiará a miles de familias en el corredor que va desde el centro del país hacia la costa, generando un impacto económico y social equivalente a 4.500 millones de dólares al año, o el 1,8% del producto interno bruto (PIB). Esto se traducirá en miles de puestos de trabajo en sectores como el comercio internacional, la pesca, los alimentos, las bebidas y la metalurgia, entre otras. Es una infraestructura multipropósito que permitirá al Perú recibir buques de gran tamaño y capacidad de carga, de hasta 24 mil contenedores. Su objetivo es movilizar entre el 30% y el 40% de la carga nacional hacia China y el Sudeste Asiático en los primeros años de actividad. El único acceso al puerto es a través de un puente de 1.840 metros, el más largo del Perú, construido para generar un menor impacto en la ciudad de Chancay, y a través del cual se llega a la zona operativa de los muelles, con una longitud total de más de 1,5 kilómetros.
Sin embargo, desde una perspectiva basada en el desarrollo económico y las asociaciones comerciales, no faltan elementos críticos, comenzando por los riesgos "psicológicos" relacionados con la adicción a las compras y las compras compulsivas en un mundo donde el marketing es cada vez más invasivo. La psicóloga uruguaya Verónica Massonier comparte esta preocupación y explicó a la AFP que hay personas que pasan "noches enteras navegando por las pantallas" y comprando de forma "cómoda y rápida" en las principales plataformas comerciales chinas como Shein, Temu y AliExpress. Según la plataforma de datos Statista, los latinoamericanos gastaron alrededor de 122.000 millones de dólares en compras online en 2022, una cifra que se espera que aumente a 200.000 millones de dólares para 2026 con una tendencia creciente. Además de los daños psicológicos, también hay problemas ambientales, como señalan los expertos de las Naciones Unidas, según los cuales sólo la industria de la moda vinculada al comercio online genera alrededor del 10% de las emisiones de carbono que sobrecalientan el planeta, más que todos los vuelos internacionales y envíos marítimos juntos. Y un informe de 2023 de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos-China, una agencia del gobierno estadounidense, añade que "Shein y otras plataformas de fast fashion están agravando esta tendencia".
Desafío entre Washington y Beijing
Este es un escenario con el que la nueva administración de Donald Trump en la Casa Blanca también tendrá que lidiar cada vez más. En un informe publicado hace apenas unas semanas por el senador Marco Rubio, designado oficialmente ayer como próximo secretario de Estado de EE.UU., confirma que "la China comunista es el adversario más poderoso que Estados Unidos ha enfrentado hasta donde se puede recordar". Sobre todo porque, señala, las amenazas del pasado como la Alemania nazi y la Unión Soviética "tenían economías más pequeñas que nosotros", mientras que el Partido Comunista Chino "está jugando una mano mucho mejor". Beijing, señala, "controla la base industrial más grande del mundo, alimenta las fábricas con subsidios que distorsionan el mercado y robos desenfrenados, y en este momento es líder en muchas de las industrias que determinarán la supremacía geopolítica en el siglo XXI, desde la construcción naval hasta los vehículos eléctricos". "Esto significa que Beijing - concluye - tendrá más influencia sobre qué conjunto de valores definirá el siglo XXI: la libertad y el gobierno representativo, o el autoritarismo y la opresión".
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