Davos 2021: Xi Jinping pide al mundo que abandone los ‘prejuicios ideológicos’

de Wang Zhicheng

En un discurso en vídeo de 20 minutos, el presidente chino se muestra pacífico y amenazante con los Estados Unidos, y advierte sobre "una nueva guerra fría". Las diferencias son un impulso para la "cooperación". Rechaza el "intento de imponer una jerarquía a la civilización humana o de usar la fuerza para situar el sistema social, cultural e histórico de unos por encima de otros". No se mencionan los problemas de Xinjiang, Hong Kong o la pandemia surgida en Wuhan. El G20 es el lugar de la gobernanza.

Beijing (AsiaNews) - En un discurso pronunciado en el Foro Económico Mundial de Davos, el presidente chino Xi Jinping instó a todos los líderes mundiales a dejar de lado los "prejuicios ideológicos" para no caer en "una nueva guerra fría". Al mismo tiempo, llamó a promover la "coexistencia pacífica" para no caer en la "división e incluso la confrontación".

El discurso de Xi duró 20 minutos y fue pronunciado ayer, de manera virtual. El primer ministro indio, Narendra Modi, el japonés Yoshihide Suga, el presidente Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel también tienen previsto intervenir en la reunión de Davos, que se prolongará hasta el 29 de enero. En el encuentro participan más de un millar de líderes empresariales de 70 países y regiones. Por parte de los Estados Unidos estarán presentes John Kerry, el enviado especial de Joe Biden en materia de clima, y Anthony Fauci, un reconocido especialista en Infectología.

El discurso de Xi, apaciguado y cautivador, parecía estar dirigido precisamente contra los Estados Unidos, que bajo el presidente Trump han llevado las relaciones con China a puntos muy duros, con una guerra de aranceles, acusaciones de represión religiosa y de trabajos forzados y denuncias de violaciones de las normas comerciales que sin embargo fueron aceptadas por China.

Xi dijo que el mundo debe mantenerse firme en "la consulta y la cooperación, en lugar del conflicto y la confrontación". También dijo que "las diferencias históricas en los sistemas culturales y sociales no deben ser una excusa para el antagonismo o la confrontación, sino un incentivo para la cooperación".

"Las diferencias en sí mismas", reiteró, "no son motivo de alarma. Lo que causa alarma es la arrogancia, los prejuicios y el odio; es el intento de imponer una jerarquía a la civilización humana o de recurrir a la fuerza para situar el sistema social, cultural e histórico de uno por encima de los demás".

Sin mencionar las acusaciones contra China respecto a la represión contra los uigures, el movimiento democrático en Hong Kong, o la purga ideológica en las escuelas contra las religiones, Xi explicó en estilo irónico que "cada país es único, con su historia, su cultura y su sistema social y ninguno es superior al otro". El mejor criterio [para evaluar los méritos de un sistema político] es si el sistema histórico, cultural y social de un país funciona en una situación concreta, si recibe el apoyo del pueblo, si sirve para garantizar la estabilidad política, el progreso social y una vida mejor, contribuyendo al progreso humano".

Asimismo, sin ninguna explicación ni sobresalto al referirse a la difusión de la pandemia de Covid-19, Xi habló de las dificultades económicas que atraviesa el mundo, que registra la "peor recesión desde el final de la Segunda Guerra Mundial". También prometió que, en la medida en que esté en su poder hacerlo, "ayudará" a los países en vías de desarrollo en la lucha contra el Covid y la pobreza.

Por último, Xi hizo un llamamiento -en primera instancia, al G20- a asegurarse de que el planeta salga de la crisis "lo antes posible". Para el presidente chino, el G20 debe ser el lugar que gobierne el mundo económica y globalmente, manteniendo las cadenas industriales y alimentarias estables y abiertas. Por último, deseó que "la llama del multilateralismo ilumine el camino de la humanidad".