Dan inicio al proyecto. “El Papa por Sudán del Sur”
No pudiendo ir personalmente al país, Francisco lanza iniciativas de apoyo para la salud, la agricultura y la educación. Nuevo pedido a la comunidad internacional para que detengan las masacres terribles que se están consumando.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Si bien no puede ir personalmente al Sur de Sudán, el Papa Francisco no se olvida del país en el cual a una cruel y sangrienta guerra, con la violencia y las violaciones que ella trae consigo, se le sumó una terrible epidemia de cólera. Por lo tanto, el Papa, por un lado renueva el pedido a la comunidad internacional para que se realicen mayores y renovados esfuerzos a fin de alcanzar una solución pacífica del conflicto y por otro, lanza proyectos para brindar apoyo en materia de salud, agricultura y educación.
Se llama: “El Papa por Sudán del Sur” la iniciativa que fue descripta hoy por el Card. Peter Kodwo Appiah Turkson, prefecto del Dicasterio (ministerio) para el servicio del desarrollo humano integral, por una hermana comboyana (de la Congregación del p. Comboni) Laura Gemigani, por el Hospital Nzara Sud Sudan, por Michel Roy, secretario general de Caritas Internationalis y por sor Yudith Pereira-Rico,rjm, Associate Executive Director de Solidarity with South Sudan.
“Lejos de los reflectores -dijo el Card. Tukson- hay una guerra que continúa cobrándose víctimas. Muerte y desesperación afligen a la población. El conflicto está en acto desde 2013 y provocó una gravísima crisis humanitaria que ve a más de la mitad de la población, unos 7,3 millones de personas, sufrir continuamente hambre. La vida de miles de personas está en riesgo de una epidemia de cólera sin precedentes; 1 millón y medio de habitantes fue obligado a escapar de sus pueblos y ciudades a causa de la guerra; en este país se suceden masacres y atrocidades, sistemáticas y generalizadas, realizadas contra civiles por motivos étnicos; mujeres y niños son cotidianamente víctimas de violencia y abusos”.
“El Papa Francisco es un pastor universal que supera los confines. Él siente la necesidad imeriosa de sensibilizar a la comunidad internacional sobre este silencioso drama, pidiendo mayores y renovados esfuerzos para alcanzar una solución pacífica del conflicto”. Habiéndole sido imposible realizar el viaje ya programado para ir personalmente a Sudán del Sur, “para dar impulso con su presencia, a un cambio fundamental en el proceso de paz y para dar voz al grito desesperado de una Iglesia que quiere decir “¡Basta de armas, basta de violaciones, basta de muertos!”, el Papa “quiso hacer tangible la presencia y la cercanía de la Iglesia para con esa población afligida”.
Así nació la iniciativa: “El Papa por Sudán del Sur”. “Se trata de una iniciativa que va a unirse, apoyar y alentar la obra de diversas organizaciones religiosas y organismos de ayuda internacionales que están presentes en el territorio y que se prodigan incansablemente en socorrer a la población y en promover el proceso de desarrollo y de paz”.
Dos proyectos son para el campo de la salud. Se trata de dos hospitales dirigidos por las Hermanas misioneras comboyanas que trabajan en el Sur de Sudán: el hospital de Wau y el hospital de Nzara. Un proyecto se ocupa de la educación: a través de la asociación Solidarity with South Sudan, se trata de proveer becas de estudio que duran dos años para los estudiantes, al fin de obtener el diploma de enseñanza para la escuela primaria en el Solidarity Teacher Training Center en Yambio. En el campo de la agricultura, un proyecto dirigido por Caritas Internationalis que ve involucradas a unas 2.500 familias en las diócesis de Yei, Tombura-Yambio y Torit, a través de instrumentos que favorecen los cultivos y la cría de ganado, hacia la capacitación de las comunidades locales para que sean auto-suficientes para sostenerse.
“El Santo Padre no olvida a las víctimas no escuchadas y silenciosas de este conflicto sangriento e inhumano, no olvida a todas estas personas que son obligadas a escapar de sus pueblos natales a causa de los crímenes, de las injusticias y de la guerra- las lleva a todas en sus oraciones y en su corazón. Él espera vivamente poder ir lo antes posible a realizar una visita oficial al país: la Iglesia no cierra la esperanza en un territorio tan turbulento: en cambio invita a elecciones audaces y a creer que la Divina Providencia es capaz de realizar lo que a los ojos del mundo parece irreal, imposible”.