Dacca: el antiterrorismo salva a un niño víctima de la trata de personas
Md. Siddique, de solo tres años, había sido engañado y vendido a una familia sin hijos. La alegría del padre cuando lo encontraron, más de tres semanas después del secuestro. Detuvieron a sus secuestradores, al intermediario y a la pareja. Un fenómeno creciente en Bangladés, una sociedad de mayoría hindú y musulmana donde tener hijos es muy importante y la práctica de la adopción todavía no está muy extendida.
Dacca (AsiaNews) - Un equipo de la sección antiterrorista (RAB) de la policía de Bangladés recuperó a un niño de tres años en el distrito de Gopalganj, lo rescató de sus secuestradores y lo devolvió a su familia. El pequeño, identificado con el nombre de Md. Siddique, fue secuestrado el 26 de abril en la zona de Udyan del distrito de Mohammadpur, en Dacca. Un extraño lo atrajo prometiéndole un chocolate y lo separó de sus hermanos; los agentes, tras una persecución que duró más de tres semanas, lo encontraron el 18 de mayo.
En la conferencia de prensa que se llevó a cabo ayer en el cuartel general del RAB, en Karwan Bazar, los investigadores dieron a conocer más detalles. Los arrestados son el secuestrador, Piyush Kanti Pal, de 29 años, su esposa Riddhita Pal, de 25 años, y los compradores del niño (Pallab Kanti Biswas, de 52 años, su esposa Bebi Sarkar, de 46 años, y su hermano Sujan Sutar, de 32 años). Pallab y Bebi están casados pero no tienen hijos, por eso contrataron a un hombre para que buscara a un niño y convertirse en padres.
La intervención del equipo antiterrorista resultó decisiva para devolver al niño a su familia. “Cuando perdí a mi hijo - cuenta el padre Delwar Hossain - se me vino el mundo abajo. Me volví loco. No sé cómo agradecer al RAB". Anwar Hossain Khan, capitán del equipo RAB-2, explicó: “Gracias a las investigaciones pudimos confirmar que Piyush había secuestrado al niño. Posteriormente lo vendieron a una pareja sin hijos de Gopalganj, Pallab y Bebi, por una suma de 200 mil tk (equivalente a 1710 euros). Sujan desempeñó el papel de mediador".
Una figura clave en esta historia de horror que terminó de manera positiva, fue Piyush Kanti Pal, a quien la policía ya conocía. El hombre de 29 años, matriculado en una universidad privada, trabajó durante algún tiempo en un centro de bienestar donde conoció a su esposa Riddhita Pal (con la que se casó en 2020) y se involucró en la trata de personas. Por esta razón fue arrestado el año pasado durante una investigación de la policía de Banani aunque recuperó la libertad, previo pago de una fianza, a la espera del juicio.
Pocos días antes Piyush y su esposa habían publicado un anuncio en las redes sociales para "la adopción de un niño", que había llamado la atención de la pareja sin hijos dispuesta a comprarlo a cambio de dinero. El Capitán de RAB continúa señalando que “Riddhita le envió una foto del niño a Sujan, diciendo que era el hijo de su empleada doméstica. Riddhita añadió que el niño estaba disponible para la adopción a cambio de dinero, porque el marido de la empleada había huido dejándola sola. Entonces las partes - concluye el oficial - acordaron la venta".
Historias como las del pequeño Siddique no son infrecuentes en Bangladesh, donde a menudo los niños son víctimas de la trata, secuestrados y vendidos a cambio de dinero por personas sin escrúpulos, a tal punto que se ha convertido en una noticia cotidiana en los periódicos. Las autoridades todavía no han publicado estadísticas oficiales, sobre todo por los casos que no se denuncian y son difíciles de cuantificar. En general, los varones son más solicitados que las mujeres, aunque no falta la explotación de niñas muy pequeñas con fines sexuales
A esto se suman los datos sobre la infertilidad que afecta al menos a una de cada seis parejas, y constituye un factor de fuerte presión familiar y social. Los hombres no dudan en repudiar a sus esposas y buscar un segundo matrimonio para tener hijos. La práctica de la adopción legal todavía está poco difundida y se tiende a favorecer la compra a través de bandas o intermediarios que alimentan el tráfico apropiándose incluso de recién nacidos. Y sin duda también influye una realidad, tanto la hindú como la musulmana, donde la única manera que garantizar la plena posesión de la propiedad y salvar a la familia es tener hijos, lo que se traduce en un aumento de la demanda y precios cada vez más altos en el mercado negro.
29/08/2020 11:22