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BANGLADÉS
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Daca, crisis textil: huelgas y fábricas cerradas

de Sumon Corraya

Se trata de una situación desencadenada por la dimisión de la ex primera ministra Sheikh Hasina. Los trabajadores protestan por los salarios atrasados y acusan a los propietarios de las fábricas, muchos de ellos vinculados al anterior gobierno, de alimentar los disturbios por intereses políticos. Fuentes de AsiaNews confirman que los jóvenes que se quedaron sin trabajo han regresado a sus pueblos de origen. La renovación de los contratos para las próximas temporadas está en peligro.

Daca (AsiaNews) - En las dos últimas semanas, el descontento de los trabajadores de las fábricas de indumentaria de Bangladés ha estallado en protestas cada vez más intensas, que culminaron el 11 de septiembre con el incendio de un almacén de productos químicos en la fábrica Big-Boss, del grupo Beximco, en Kashimpur, distrito de Gazipur. Los trabajadores, que protestaban por los salarios atrasados, bloquearon a los bomberos, que habían llegado para apagar el incendio, y saquearon las propiedades de la fábrica.

Salman F. Rahman, propietario del grupo Beximco y ex parlamentario del gobierno de Sheikh Hasina (que huyó el 5 de agosto tras las protestas estudiantiles que exigían su dimisión), se encuentra actualmente detenido. Mientras tanto, los disturbios han provocado el cierre de 183 fábricas, 54 de ellas en la zona de Savar-Ashulia-Jirani y 12 en Gazipur. Muchos trabajadores han sido despedidos. Es probable que el sector textil, pilar de las exportaciones bangladesíes, sufra pérdidas considerables debido a estas perturbaciones, poniendo también en peligro los pedidos internacionales. Muchos temen que no se renueven los contratos con compradores extranjeros para la próxima temporada.

La hermana Rose, una misionera de la Inmaculada que trabaja con los Padres del PIME en Bangladés en un centro para trabajadores en Zirani, a las afueras de Daca, declaró a AsiaNews que «los chicos y chicas de nuestro centro, procedentes en su mayoría de las zonas rurales y tribales de Bangladés, están volviendo a sus pueblos de origen. Cada vez son más los que piden ayuda a los Padres PIME debido a la presión económica. Los que no trabajan se deprimen».

La crisis se desencadenó con el cambio de gobierno tras la dimisión de la ex primera ministra Sheikh Hasina, abriendo la puerta a las reivindicaciones de los trabajadores, que piden primas de asistencia, dietas de comida, aumentos para los turnos de noche y mejores condiciones para las trabajadoras embarazadas. Sindicatos y gobierno intentan encontrar soluciones para estabilizar el sector, pero las tensiones políticas complican la situación.

Algunos acusan a los propietarios de las fábricas, muchos de ellos vinculados al gobierno anterior, de alimentar el malestar por intereses políticos. Los líderes sindicales culpan a los propietarios de las fábricas de los cierres, afirmando que, a pesar de los acuerdos entre empresarios y trabajadores, apenas se han tomado medidas concretas. Manjur Moin, secretario general del Centro Sindical de Trabajadores de la Confección, se hizo eco de esta opinión y afirmó que las fábricas se cerraron sin motivo cuando los trabajadores regresaron tras las protestas antigubernamentales.

Asif Mahmud Sajib Bhuiyan, asesor de trabajo, empleo y deportes para la juventud del gobierno técnico interino presidido por Muhammad Yunus, expresó su esperanza de que la agitación laboral se controle pronto: «Ningún trabajador atacaría su propia fábrica, porque cuando cierra son los trabajadores los que más sufren». Sin embargo, advirtió que el gobierno tomará medidas contra los elementos de terceros que inciten a los trabajadores a crear disturbios.

Bhuiyan también señaló el carácter estacional de la industria de la confección, donde los productos tienen que estar listos para el mercado con tres meses de antelación. En muchos casos, los pedidos se cancelan, con una pérdida estimada del 15-20%. 

El propietario de una fábrica, que prefirió permanecer en el anonimato, también comentó que «el gobierno debe actuar con responsabilidad y comprender la mentalidad de los trabajadores», y pidió, como muchos otros, la activación de la Dirección de Inspección de Fábricas y Plantas para solucionar la crisis. 

Bangladés es el segundo mayor fabricante de ropa del mundo, después de China. Se calcula que más de cuatro millones de personas, en su gran mayoría mujeres, trabajan en el sector textil. Además, más de dos millones de personas trabajan en el transporte relacionado con el sector.

 

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