Cumbre con Beijing, derechos humanos: la UE no calla sobre los crímenes chinos
La crisis de Ucrania no debe desviar la atención de las atrocidades cometidas por el régimen chino, dicen los firmantes de un llamamiento a Europa. En la mira están los abusos contra los uigures, los tibetanos, el movimiento a favor de la democracia en Hong Kong y los disidentes en China. La UE debe pedir la liberación de todos los presos políticos. La tensión entre los europeos y Beijing es alta.
Beijing (AsiaNews) - “Siendo conscientes de que la crisis en Ucrania será el principal tema de discusión [entre la Unión Europea y China], pedimos a las autoridades europeas que aborden el problema de las violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno chino”, reclaman en un mensaje a la Comisión Europea y al Consejo de la UE un grupo de organizaciones humanitarias, antes de la cumbre UE-China del 1 de abril. Entre los signatarios se encuentran Human Rights Watch, Chinese Human Rights Defenders, World Uyghur Congress e International Campaign for Tibet.
Los impulsores del documento subrayan que sus preocupaciones están en consonancia con las afirmaciones de Josep Borrell en la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich. En esa oportunidad el responsable de la política exterior europea habló sobre la necesidad de resistir la "campaña revisionista" de Beijing y otros gobiernos contra los derechos humanos y las instituciones internacionales.
Desde la última reunión chino-europea, en diciembre de 2020, los grupos humanitarios recuerdan que han brindado nueva información sobre las atrocidades masivas cometidas por el régimen chino contra los uigures y otras comunidades de habla turca en Xinjiang. Lo mismo ocurre con las políticas de Beijing destinadas a eliminar los derechos culturales, lingüísticos y religiosos de los tibetanos y suprimir el movimiento a favor de la democracia en Hong Kong.
Los activistas denuncian el aumento del uso de sistemas de vigilancia de alta tecnología por parte del gobierno para controlar a la población china y la persecución sistemática de los abogados de derechos humanos, así como los esfuerzos de Beijing para debilitar los mecanismos internacionales que podrían obligar a los dirigentes chinos a responder por su conducta ante las Naciones Unidas.
Concretamente, los promotores del llamamiento piden a la UE que suspenda el diálogo bilateral sobre derechos humanos con China, que se considera inútil, y que inicie uno "en la sombra" con activistas humanitarios que puedan aportar una imagen más realista de las políticas represivas de Beijing. También piden ayuda de Europa para llevar a cabo una investigación internacional independiente sobre los abusos contra los uigures y otras minorías musulmanas y para impulsar una "jurisdicción universal" sobre los crímenes humanitarios cometidos por las autoridades chinas.
Los firmantes consideran que la UE debería adoptar sanciones adicionales contra los autores de atrocidades en China y pedir el acceso sin restricciones al Tíbet y Xinjiang para diplomáticos y parlamentarios extranjeros, expertos de la ONU, periodistas y organizaciones no gubernamentales. Y lo que es más importante, solicitan a los líderes europeos que antes de comenzar la cumbre con China pidan la liberación inmediata de los presos políticos, especialmente aquellos que se encuentran en condiciones de salud graves,. Entre los nombres mencionados está el bloguero independiente Zhang Zhan, el economista uigur Ilham Tohti, el editor con ciudadanía sueca Gui Minhai, el activista social Li Qiaochu, el monje tibetano Rinchen Tsultrim, el jurista Xu Zhiyong, la ecologista Anya Sengdra y los abogados de derechos humanos Chang Weiping, Ding Jiaxi y Gao Zhisheng.
Se espera que el diálogo entre la UE y China sea difícil, sobre todo debido a la posición ambigua de Beijing sobre la invasión rusa de Ucrania. Las cancillerías europeas han invocado la mediación china para resolver el conflicto, pero han destacado que dicha petición será retirada si resulta -como afirma Estados Unidos- que Xi Jinping está dispuesto a ayudar a Moscú militar y económicamente.
Hace un año China sancionó a cinco parlamentarios de la UE, al subcomité parlamentario de Derechos Humanos, así como a algunos académicos europeos. La medida del gigante asiático fue en respuesta a las sanciones adoptadas por la UE contra cuatro altos funcionarios chinos, responsables de reprimir los derechos de los musulmanes de habla turca en Xinjiang.
El intercambio de sanciones y contra-sanciones entre ambas partes ha congelado - si es que no ha "matado" - el proceso europeo de ratificación del acuerdo de inversión con China. En enero, la UE también denunció a Beijing ante la Organización Mundial del Comercio por un boicot comercial contra Lituania. Previamente, el uso de la palabra "taiwanés" para la misión diplomática de Taiwán en Vilnius había provocado represalias por parte de China, que considera a Taipei una "provincia rebelde".
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